viernes. 26.04.2024

Y ahora nos piden calma

NUEVATRIBUNA.ES - 23.4.2010Acabo de ver estupefacto a Dívar y a Juanes pedirnos calma. O sea que nos piden que nos soseguemos, supongo que a la ciudadanía de izquierdas indignada.
NUEVATRIBUNA.ES - 23.4.2010

Acabo de ver estupefacto a Dívar y a Juanes pedirnos calma. O sea que nos piden que nos soseguemos, supongo que a la ciudadanía de izquierdas indignada. ¿Pero a quién se dirigen? ¿Es que no hemos tenido una calma frailuna durante décadas? ¿Es que no hemos sido comprensivos, respetuosos, generosos, pacientes y hasta olvidadizos? La izquierda española ha sabido ser moderada, extremadamente moderada, durante y después de la Transición, por mor de aquello que Morán denominaba la ética de la responsabilidad. Y esta actitud estará siempre en el haber de los progresistas españoles. Supimos buscar el encuentro y no la división. Lo que unía a todos, por encima de legítimos intereses de clase o ideología ¿qué fueron si no los Pactos de la Moncloa? Un gran acuerdo para combatir la crisis de entonces (muchísimo más dura y en peores condiciones de partida que la de ahora, que se nos olvida) y asentar la democracia que continuaba bajo la amenaza de los fascistas recalcitrantes. Dejamos de lado cuestiones “espinosas” aún en contra de nosotros mismos y por ello perdimos en el camino a miles de compañeros en aquel primer “desencanto”. Y salió bien. Pero una parte de la derecha debió de entender aquello como una renuncia perpetua a rehabilitar a los miles de españoles que fueron asesinados, encarcelados, exiliados, marginados y que padecieron sufrimientos indecibles a manos del franquismo. Hemos soportado los “caballos”, estelas, retratos y monumentos erigidos por la dictadura en espacios públicos de toda España. Todavía algún municipio lleva el sobrenombre “del Caudillo” y hay colegios públicos que se llaman “General Mola” (como si se llamaran “Jack el Destripador”). Y llega este Gobierno, hace un leve movimiento de justicia con la Ley de Memoria Histórica, suave, sin pisar un callo, sin anular los simulacros de juicio por los que se condenó a miles de inocentes.

Pensamos que ha llegado el momento de recuperar el derecho a la dignidad de los hombres y mujeres que tienen a sus familiares tirados en las cunetas y resulta que se nos ponen como hidras toda una pléyade de “demócratas” sobrevenidos: los meapilas del ABC, el encorsetado periodista de investigación mundial, los “estadistas” de la sin-Razón y toda la patulea de tertulianos fachosos, incluido ese al que le partieron los morros en una casa de putas y fue diciendo que habían sido los rojos por culpa del Wyoming. Pero es más, denuncian (vieja costumbre de la posguerra, aunque ahora le llamen querellarse) a Garzón y aprovechan para ir en tromba a por él. La emprenden con Berzosa y con todos los que le apoyamos y encima Aguirre nos llama carcamales resentidos. Supongo que lo de carcamal se lo habrá inspirado Fraga y lo de resentido Moa. ¿Y con la que está cayendo vienen estos de las puñetas con la vaselina vaticana y nos piden calma? ¡Que se la pidan a los que admiten insostenibles querellas – denuncia de fascistas, mientras los corruptos (perdón presuntos corruptos) de la derecha van escapándose por la gatera previa depilación por láser!.

Por tanta calma y mesura estamos como estamos. Por tanto querer pactar lo imposible con quienes no quieren pactar, sino imponer. Por tanto tragar bolas y bilis. Por tanto poner en puestos clave a remilgados y repeinados que ni frío ni calor, algunos totalmente intercambiables, mientras gente como Bermejo, por una bobada pues a la calle. Ya es el tiempo de poner a la gente de izquierdas en los lugares decisivos, como hicieron ellos con los suyos ¿o es que se equivocaron con alguno? De aplicar los programas electorales progresistas que votaron los ciudadanos mayoritariamente en toda su extensión y de que el Estado asuma la responsabilidad de exhumar y enterrar dignamente a nuestros desaparecidos, a los que ni tan siquiera se les quiere reconocer el derecho a una lápida.

Como siga este Gobierno con los pactismos (Gabilondo olvídate, lo que quieren es hundir la escuela pública) y cediendo, pues va a llegar la hora del relevo y tendremos otra vez a Trillo triunfante y a los "Aveces", Cascos y hasta a Rodríguez, actuando como tienen por costumbre: ¡sin complejos! Entonces nos vamos a enterar de lo que hacen con los tribunales, la universidad, la TVE, etc.

¡Se os ha olvidado cómo es la derecha española! ¡Pusilánimes, que sois unos pusilánimes, que diría un Guerra apócrifo!

Pedro Díez Olazábal participó en la fundación del Sindicato de Enseñanza de CC.OO y ha estado siempre vinculado a los movimientos sociales. Ha desempeñado los cargos de Alcalde de Arganda del Rey, diputado de la Asamblea de Madrid y Vicepresidente Tercero, portavoz en la Comisión de Medio Ambiente y Presidente de la Asamblea de Madrid.

Y ahora nos piden calma
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