sábado. 27.04.2024

Un acto de normalización

Ha sido, creo yo, el primer gesto de normalización política. Que José Luis Rodríguez Zapatero, presidente socialista del Gobierno, se entreviste con Mariano Rajoy, líder de la oposición, y que de esa reunión se salga con sendos acuerdos sobre temas tan importantes como el terrorismo y la Justicia, es una buena noticia, al margen de que cada uno tenga y mantenga sus propios criterios.
Ha sido, creo yo, el primer gesto de normalización política. Que José Luis Rodríguez Zapatero, presidente socialista del Gobierno, se entreviste con Mariano Rajoy, líder de la oposición, y que de esa reunión se salga con sendos acuerdos sobre temas tan importantes como el terrorismo y la Justicia, es una buena noticia, al margen de que cada uno tenga y mantenga sus propios criterios.

Desde la calle sólo puede analizarse el encuentro bajo un prisma positivo. Por fin los máximos responsables políticos son capaces de hablar, de acordar, de dialogar. No es probablemente la solución de todos nuestros problemas y Rajoy se ha apresurado a matizar que en materia económica las diferencias siguen siendo abismales. Lo mismo y con otras palabras ha venido a decir Rodríguez Zapatero.

Es verdad que queda mucho camino por recorrer y que en los próximos meses podemos asistir a duros enfrentamientos entre Gobierno y oposición. Lógicos enfrentamientos cuando habitamos una crisis económica profunda y larga.

Queda por ver, además, qué postura adoptarán las demás fuerzas del arco parlamentario con las que el Presidente tendrá que consensuar, dialogar y pactar. Rodríguez Zapatero no debe caer en la tentación �y máxime cuando no tiene mayoría absoluta- de despreciar a los demás partidos que, no lo olvidemos, representan a una buena parte de la sociedad española.

En cualquier caso, ponerse de acuerdo, hablar aunque sólo sea eso, sobre el terrorismo, problema que preocupa mayoritariamente a los ciudadanos, o sobre la renovación de los órganos de la Justicia, es ya un avance considerable si consideramos que hasta ahora había sido imposible siquiera tratar estos temas.

La crisis económica es otra cosa. Y aquí será más difícil unificar posturas. La visión que uno y otro tienen en este aspecto es antagónica y las recetas para afrontarla son muy distintas entre populares y socialistas.

En cualquier caso, habrá que saludar como un rayo de esperanza que unos y otros hayan querido buscar puntos de encuentro. Las próximas reuniones que mantenga el Presidente con los demás partidos serán fundamentales para lograr ese clima sosegado que ayer reclamaba. Como lo van a ser los encuentros que mantenga, a continuación, con los agentes sociales que tienen mucho que decir y hacer en esta situación.


León Felipe escribió unos versos sencillos, aparentemente sencillos. Los tituló Revolución:

Siempre habrá nieve altanera
que vista el monte de armiño

y agua humilde que trabaje
en la presa del molino.

Y siempre habrá un sol también
�un sol verdugo y amigo�

que trueque en llanto la nieve
y en nube el agua del río.

Me apunto a esa revolución que sea capaz de traer un agua humilde que trabaje en la presa del molino.

Un acto de normalización
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