Permítanme que me centre en un par de frases que escuché hace pocas fechas en un acto del PSOE de Cantabria y que debieran provocar una reflexión y un revulsivo importante.
Una de ellas la pronunció la Secretaria General del PSOE en Cantabria, Lola Gorostiaga, y encierra mucha más miga de lo que parece algo tan sencillo como un “no es lo mismo”.
Y tiene mucha razón Lola en sus palabras. No es lo mismo.
No es lo mismo ser el Gobierno que más he hecho en el avance de las políticas sociales (educación, bienestar social, Ley de Dependencia, de Igualdad…), en las políticas medioambientales, en las energéticas e industriales que pasarse una legislatura yendo al monte a buscar palos que poner en las ruedas del bienestar de los ciudadanos. Nacho Diego es malo hasta en el lanzamiento de jabalina salvaje. Intenta e intenta que el palo alcance la rueda pero lo único que consigue es demostrar a cada vez más ciudadanos su incapacidad para llevar las riendas de una región como Cantabria. Una región que, aún hoy, se recupera de los desastres sociales y económicos a los que fue sometida por sus antecesores.
Y sirva de ejemplo Santander versus Torrelavega. Es el plañideo llorón frente al trabajo constante e imaginativo. Es el poner la mano a ver qué cae frente a un uso racional de los medios en épocas de crisis. No es lo mismo.
Tampoco es lo mismo ver a los romeros de romería en romería, haciendo que hacen (aunque no hagan nada) que ver un trabajo serio, planificado y hecho a conciencia. No es lo mismo, ni ha sido lo mismo esas consejerías bregadas y trabajadas del PSOE que aquellas dependientes del calendario festivo regional de los discípulos de Revilla. Afortunadamente, no es lo mismo.
Y qué decir de los bailes. Entre el PP y el PRC bailan cabezas de listas de un partido a otro. Sólo espero que ambos dos no se extrañen mucho cuando les aparezcan los tránsfugas como los champiñones. Que el trabajo de campo ya vendrá hecho.
¡Y qué decir de las apariciones televisivas de ambos dos! Gloriosas, sin duda. Revilla, muy ufano él, informándonos al común de la ciudadanía de dónde tuvo a bien perder su virginidad (algo sin lo que hubiera vivido igual de bien el resto de mis días, la verdad) y de jactarse de ser más de pueblo que las amapolas. Y eso está bien, aunque no tenga muy definido de qué pueblo. Una tiene un lío terrible porque, aunque le situaba en Polaciones, el otro día dijo que casi era pasiego. Es normal. De las tres Villas Pasiegas, por obra y gracia de los consejeros revillistas hemos pasado a trece. Y cualquier día, el Pas se extenderá desde Castro Urdiales hasta Potes. Y al que le pille dentro, pasiego queda. Es la moda.
Nacho Diego es más de encargar que le hagan el trabajo. Es por ello que se asegura de que la elección de sus periodistas de cabecera sean los de más extrema derecha que pueda, y he ahí a Isabel Durán y Alfonso Rojo, muy bien mandados ellos, proclamando las soflamas de Nacho Diego contra Revilla. Y supongo que todo será por el puro. Por el dichoso puro.
Y deben ser los malos humos, o la nicotina o el exceso de alquitrán el que ha conseguido opacar más a Nacho Diego. Es la excepción a la transparencia, todos los líderes de la comunidad han publicado su declaración patrimonial salvo Diego, que envía a los ciudadanos a buscar entre papeles, almacenes o retretes su patrimonio. Es su sino, aunque se medique contra ello, no es capaz de curarse de las meteduras de patas, la incapacidad y la demagogia aguda.
Cantabria es una de las comunidades autónomas a las que menos ha afectado la tasa del paro (casi seis puntos de diferencia con respecto a la media), es una de las que menos endeudada está, la que más ha apostado por un modelo energético desarrollado a partir de energía renovable y con un cuidado y mimo del medio ambiente del que respiramos, disfrutamos y dependemos, exquisito. Pero además, ha conseguido que llegue agua allá donde el PP no tuvo a bien dotar de suministro durante 30 años y ha conseguido que las ondas lleguen más allá de las montañas con una red WiFi que abarca a casi todo el territorio cántabro.
Lo decía Rubalcaba hace pocas semanas en Cantabria, y tiene mucha razón, el estado de bienestar no es irreversible. Y para muestra, el botón de Esperanza Aguirre o Camps (tan amigos de Bárcenas y Diego). Y he ahí que los hospitales madrileños acabarán gestionados por inmobiliarias o mamporreros y los colegios por empresas de autobuses o de góndolas venecianas. Eso, sí, de copago. O más bien de repago. Porque pagar, ya lo pagamos con impuestos. Pero esto que hemos hecho posible los socialistas, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la Ley de Igualdad, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, La ley de Dependencia…están en la ruleta rusa del machetazo de los conservadores más empeñados en retroceder al siglo pasado que de preocuparse de dotar de los mismos derechos a los ciudadanos.
No, no es lo mismo.