16 de noviembre de 2010, 14:47
NUEVATRIBUNA.ES - 16.11.2010
El miedo paraliza, el miedo genera cobardía, pero también audacia, autodefensa. Es frecuente sorprenderse de las reacciones propias y ajenas ante el miedo, no es fácil saber como vamos a reaccionar ante él. Cuando un animal, un ser humano, una sociedad percibe miedo, inmediatamente genera una respuesta que puede ser de huída, de pelea o de rendición.
El miedo se propaga por el sistema nervioso en los animales y los seres humanos y el miedo se propaga, a través de los medios de comunicación, entre la sociedad. El miedo ha sido frecuentemente utilizado como forma de control social y hoy, los medios transmiten miedo.
Trasmiten miedo cuando se afirma que “la Comisión Europea admite que se puede producir un 'efecto contagio' si Zapatero no ahonda en las reformas del sistema de pensiones, laboral y financiera”. ¡Como si la crisis la hubiera generado el sistema de pensiones español!
Se trasmite miedo cuando se dice: "Nosotros queremos llevarnos bien con Marruecos, y entre vecinos y amigos nos podemos decir las cosas que no nos gusten". ¡Es todo un modelo de convivencia!
El miedo es real, el miedo existe, incluso hay quien afirma que el miedo es la ideología de nuestro tiempo. Hay miedo por la crisis internacional, por el conflicto de Sahara, por la reforma laboral, por las reformas o contrarreformas del gobierno. Hay miedo o al menos se transmite miedo a la sociedad.
Pero el miedo siempre provoca una respuesta y no todos los animales, ni los seres humanos, ni las sociedades reaccionamos lo mismo. El miedo no es una buena forma de gobernar una sociedad, porque el miedo también provoca estampidas y porque el ser humano puede racionalizar ese miedo y puede utilizarlo como palanca de cambio, de transformación, de diálogo, de acuerdo o de confrontación y de lucha.
Amalia Álvarez - Escritora
El miedo paraliza, el miedo genera cobardía, pero también audacia, autodefensa. Es frecuente sorprenderse de las reacciones propias y ajenas ante el miedo, no es fácil saber como vamos a reaccionar ante él. Cuando un animal, un ser humano, una sociedad percibe miedo, inmediatamente genera una respuesta que puede ser de huída, de pelea o de rendición.
El miedo se propaga por el sistema nervioso en los animales y los seres humanos y el miedo se propaga, a través de los medios de comunicación, entre la sociedad. El miedo ha sido frecuentemente utilizado como forma de control social y hoy, los medios transmiten miedo.
Trasmiten miedo cuando se afirma que “la Comisión Europea admite que se puede producir un 'efecto contagio' si Zapatero no ahonda en las reformas del sistema de pensiones, laboral y financiera”. ¡Como si la crisis la hubiera generado el sistema de pensiones español!
Se trasmite miedo cuando se dice: "Nosotros queremos llevarnos bien con Marruecos, y entre vecinos y amigos nos podemos decir las cosas que no nos gusten". ¡Es todo un modelo de convivencia!
El miedo es real, el miedo existe, incluso hay quien afirma que el miedo es la ideología de nuestro tiempo. Hay miedo por la crisis internacional, por el conflicto de Sahara, por la reforma laboral, por las reformas o contrarreformas del gobierno. Hay miedo o al menos se transmite miedo a la sociedad.
Pero el miedo siempre provoca una respuesta y no todos los animales, ni los seres humanos, ni las sociedades reaccionamos lo mismo. El miedo no es una buena forma de gobernar una sociedad, porque el miedo también provoca estampidas y porque el ser humano puede racionalizar ese miedo y puede utilizarlo como palanca de cambio, de transformación, de diálogo, de acuerdo o de confrontación y de lucha.
Amalia Álvarez - Escritora