martes. 07.05.2024

Más allá de las palabras

No es momento para entretenerse en la semántica de si estamos siendo rescatados o no. De todas formas, la discusión me recuerda bastante al empecinamiento del anterior presidente en no reconocer, durante varios meses, que estábamos en una crisis de caballo.

No es momento para entretenerse en la semántica de si estamos siendo rescatados o no. De todas formas, la discusión me recuerda bastante al empecinamiento del anterior presidente en no reconocer, durante varios meses, que estábamos en una crisis de caballo.

En cualquier caso, lo que me parece bastante más grave y un error imperdonable de nuestro presidente Rajoy, es que no haya dado cuenta en el Congreso de los Diputados con urgencia, de todo lo que conlleva la “ayuda financiera” acordada para el sistema financiero español.

Y lo digo, no especialmente porque sea el órgano donde tiene que rendir cuentas, que también; si no porque el estar ocultando las condiciones en las que se basa ese préstamo de hasta cien mil millones de euros para sanear la banca española, está dando pábulo a todo tipo de interpretaciones y especulaciones, haciendo que en pocos días se haya disparado la prima de riesgo a niveles desconocidos hasta la fecha y tiemblen los mismísimos pilares del sistema.

Como tampoco es creíble ni es normal que mientras Rajoy pretende “sacar pecho” y decir que él ha presionado en Bruselas para lograr ese dinero para la banca española, salga por otro lado el presidente de la Comisión (que les recuerdo que es también del mismo grupo del Partido Popular Europeo) y diga que tuvo que llamar al señor Rajoy y decirle que debía pedir el rescate para el sistema financiero español.

Y claro, con todos estos contrasentidos, lo normal es que se desaten todo tipo de especulaciones y rumores sobre cuales son las condiciones reales de ese préstamo que se le hace al gobierno de España. Y lo que debía haber sido “agua sobre el fuego de la prima de riesgo y las incertidumbres”, resulta que se convierte “en gasolina” que aviva y hace crecer el fuego y los miedos sobre que esto sea sólo el principio.

Por todo ello, lo normal y lo inteligente habría sido acudir al Congreso de los Diputados de inmediato y explicar, con luz y taquígrafos, todo el proceso y los resultados del mismo. Y sí, es cierto, sería ponerse una vez rojo de vergüenza señor presidente, al tener que dar explicaciones sobre lo acontecido con Bankia (antes Caja Madrid y bajo la responsabilidad política de ese “dechado de virtudes” del Partido Popular llamado Esperanza Aguirre). O por lo ocurrido con esa otra “cueva de Alí Babá” llamada Banco de Valencia, y que también estuvo bajo la responsabilidad de la Generalitat Valenciana con gobierno del Partido Popular. O por lo acontecido igualmente con la Nova Caixa de Galicia…

Sí, rojo de vergüenza por los desastres causados bajo responsabilidades directas del Partido Popular; pero al menos a la vez serviría para poner, negro sobre blanco, la realidad del sistema financiero español y evitar que los miedos y las especulaciones estén dibujando y conformando una visión peor que la real, con el resultado del caos financiero en el que se encuentra nuestro País.

Un par de cosas quedan claras de todo este proceso; la primera es que España, o sea su gobierno señor Rajoy, se ha tenido que declarar incapaz para solucionar el agujero financiero sin la ayuda de los fondos europeos. Lo digo porque ésta es una de las condiciones que sí debe cumplir cualquier Estado de la Unión que quiera acudir a recapitalizar sus bancos, el reconocer su incapacidad para proceder a la refinanciación, con fondos propios, de su sistema financiero. Y la segunda cuestión que ha quedado clara a lo largo del proceso es la ineficacia del regulador, léase Banco de España con sus gobernadores al frente, porque el desaguisado en el sistema financiero no es sólo del último periodo, ahora es cuando les ha estallado en la cara pero viene de la burbuja del ladrillo, de cuando un suelo edificable valía lo que le querían poner…

Así que, en cualquier caso, hace mal nuestro presidente en sacar pecho alardeando de que él ha puesto condiciones y ha presionado a Bruselas cuando todos sabemos que no es verdad. Pero desde luego, lo ha hecho todavía mucho peor no acudiendo con urgencia a las Cortes a dar todo tipo de explicaciones en el Congreso.

Más allá de las palabras
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