sábado. 27.04.2024

Las pensiones son bajas, no generosas

NUEVATRIBUNA.ES - 21.3.2010 En el gasto social en  pensiones, la diferencia de España con la media de la UE-15, de 1993 a 2007, se ha ampliado: ha pasado de 2,6 a 3 puntos del PIB. Además, el gasto (en % del PIB) ha ido descendiendo: 0,9 puntos en la UE-15 (el 7%), y 1,3 puntos en España (el 12,6% de descenso).
NUEVATRIBUNA.ES - 21.3.2010 

En el gasto social en  pensiones, la diferencia de España con la media de la UE-15, de 1993 a 2007, se ha ampliado: ha pasado de 2,6 a 3 puntos del PIB. Además, el gasto (en % del PIB) ha ido descendiendo: 0,9 puntos en la UE-15 (el 7%), y 1,3 puntos en España (el 12,6% de descenso). Ello significa que nos distanciamos de la Unión Europea y que tenemos un margen de incremento de un tercio de gasto en pensiones para ponernos en el nivel medio europeo, y todavía más respecto de los países avanzados de nuestro entorno.

Igualmente, respecto del gasto público en protección social, es manifiesta la distancia de España (21%) con la UE-15 (26,9%). Con el tiempo se han mantenido las distancias, y España para situarse al nivel medio europeo debería incrementar su gasto social casi un tercio. No tiene fundamento el llamado techo actual del gasto público social, muchas veces expresado en ámbitos institucionales o económicos para evitar su incremento. 

Si se analiza el gasto en protección social por funciones se comprueba que la distancia más significativa se produce en la protección a la vejez (pensiones). España, para ponerse en la media europea, debería aumentar ese gasto un 57% (3,7 puntos del PIB).

Una de las referencias fundamentales sobre la situación y evolución de las pensiones es la llamada ‘tasa de sustitución’ (o de reemplazo) que es la relación del importe de las nuevas pensiones respecto del salario medio de los últimos años. Se trata de comparar el poder adquisitivo de los pensionistas respecto del de la población asalariada, es decir, de cuando estaban ocupados.

Según EUROSTAT-2010 (para el año 2008) la tasa de sustitución (relación entre las pensiones individuales de los pensionistas de 65 a 74 años respecto de los salarios de los de edad entre 50 a 59 años) es del 48% (56%, en el año 2005) en España, y del 49% en la UE-15, al igual que en la UE-27. Una de las más altas es la de Francia, el 66%; una de las bajas es Alemania con el 44%. No obstante, hay que advertir que para el año 2007 (último con datos de EUROSTAT-2010) el gasto en protección social para la vejez (en paridad de poder de compra por habitante, es decir, comparando su capacidad adquisitiva) en España es de 1.557 unidades, en Alemania de 2.659 (un 70% más), y en la UE-15 de 2.547 (un 64% más).

Las pensiones de España no son ‘generosas’, son bajas, al contrario de lo que muchos afirman, más si consideramos que la media salarial española es muy inferior a la de la UE-15; y que, en poder adquisitivo, las europeas son un 64% superiores a las españolas.

En determinadas fuentes, para abundar en esa ‘generosidad’, la tasa de sustitución de la pensión de jubilación en España se sitúa en el 80% (incluso en el 96%) en contraste con esa media europea del 49%. Como se ve, ese dato –también observado en algunos documentos europeos– es falso y tiene su origen en la comparación por parte de instituciones españolas de los ‘derechos nominales de los pensionistas’ no del importe efectivamente percibido, que sufre diversas penalizaciones por no cumplir las dos condiciones de 35 años de cotización y 65 años de edad –o bien sólo se contemplan las Altas del Régimen General–. Además, en los últimos años la tasa española ha descendido 8 puntos, frente a declaraciones alarmistas de su desboque.

Desde otro punto de vista, ciertamente, el incremento medio anual del gasto total en pensiones públicas, en los últimos nueve años, es significativo (4,22 puntos), y se sitúa por encima del crecimiento medio del PIB (3,11 puntos). Ello es debido al aumento del número de pensionistas que crece a un ritmo anual de 1,39 puntos y de la cuantía media de las pensiones que aumenta 2,47 puntos, derivado de que el importe de las altas al sistema es superior al de las bajas.

El crecimiento de ese gasto es real y debe ser tenido en cuenta a medio y largo plazo para equilibrar el sistema con nuevos recursos. Pero, incluyendo los datos del último año 2009, en recesión económica, la diferencia del incremento del gasto total es sólo de 1,11 puntos por encima del crecimiento del PIB. Como el gasto en pensiones es inferior al 10% del PIB, ese incremento, de mantenerse las mismas variables económicas y demográficas que esta década pasada, puede suponer en la próxima década hasta el año 2020 un aumento de un punto del PIB, todavía muy lejos de la media europea y fácilmente asumible por la economía española.

Antonio Antón - Profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid.
 

Las pensiones son bajas, no generosas
Comentarios