viernes. 26.04.2024

La realidad fue ligeramente peor

Los resultados electorales del 20 de Noviembre no han supuesto ninguna novedad. Todo estaba, esta vez sí, reflejado por los distintos sondeos de opinión. Acertaron en la debacle de los socialistas, y como consecuencia, en la victoria del Partido Popular. A pesar de que, como también estaba previsto, su subida real en votos haya sido de un discreto medio millón en relación a los anteriores comicios del año 2008.

Los resultados electorales del 20 de Noviembre no han supuesto ninguna novedad. Todo estaba, esta vez sí, reflejado por los distintos sondeos de opinión.

Acertaron en la debacle de los socialistas, y como consecuencia, en la victoria del Partido Popular. A pesar de que, como también estaba previsto, su subida real en votos haya sido de un discreto medio millón en relación a los anteriores comicios del año 2008.

Paralelamente, acierto también en el ascenso en votos y escaños de los pequeños partidos, del nacionalismo catalán y del sector independentista radical vasco.

LAS LÍNEAS GRUESAS DE LOS RESULTADOS ELECTORALES

Hay dos líneas gruesas, o si lo prefieren tres, que difuminan todo lo demás.

En primer lugar, la estrepitosa derrota del Partido Socialista que le ha llevado a obtener los peores resultados de su historia desde la llegada de la democracia. Con esa pérdida de cuatro millones y medio de votos y ese nuevo suelo de 110 escaños.

En segundo lugar, y lógicamente en paralelo, la victoria con clara mayoría absoluta en ambas cámaras, del Partido Popular; obteniendo así mismo y en contraposición con lo ocurrido con los socialistas, los mejores resultados de su historia.

Y por último, una tercera línea gruesa que estaría representada por la victoria y la obtención de siete escaños por parte del independentismo radical vasco. Aunque finalmente la mayoría en votos haya sido para el Partido Nacionalista Vasco (PNV) merced a su victoria en Vizcaya.

Son los tres datos que destacan por encima de todo lo demás en estas elecciones.

Las subidas de Convergencia, o de UPyD, o de IU…, con ser significativas pasan a tener escasa relevancia política; salvo claro está para los propios afectados, naturalmente.

Y ello, porque la victoria con mayoría absoluta obtenida por el Partido Popular, convierte a sus potenciales aliados, en meros acompañantes de lo que vayan a ser las políticas que (ahora sí) nos anuncien desde el Partido Popular.

Igualmente, la derrota estrepitosa de los socialistas, no va a privarles de ser quienes lideren la oposición.

A estos últimos, les espera un agitado congreso de renovación; en discurso, formas y maneras…, y veremos si también en las principales caras, aunque en esto creo bastante menos. Tienen la ocasión pintiparada de abrir el partido a la sociedad, de escuchar sus demandas, de dar respuesta a las inquietudes que están instaladas en amplios sectores de izquierda al respecto de comportamientos poco éticos…

Tienen una magnífica oportunidad para afrontar, desde la severa derrota recibida, la renovación que viene reclamándose a la socialdemocracia en toda Europa. Y si lo hacen, tras el congreso, poder empezar a vislumbrar el comienzo de la recuperación en las próximas elecciones autonómicas del mes de Marzo en Andalucía.

Porque…, en política, nada es definitivo. Y todo puede ser un hasta luego, un paréntesis en espera de ser borrado por el tiempo; siempre y cuando a un análisis correcto le siga una práctica consecuente.

La realidad fue ligeramente peor
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