3 de septiembre de 2009, 4:19
NUEVATRIBUNA.ES - 18.5.2009
Mayor Oreja no puede empezar con mejor pie la campaña. Tras el estrepitoso fracaso en Eurovisión late la nulidad de una política exterior incapaz de hacer oír su voz en el proceso de construcción de Europa. Y cuando lo hace es para quedar penúltimos. Y eso gracias a que seguimos comprando pelucos y transistores en Andorra y son gente agradecida. Uno, en su ceguera, puede culpar a Soraya de esta catástrofe pero la culpa ya se sabe de quién es por mucho que se haga el loco mientras riega las petunias de Moncloa.
El día en que don Jaime sepa con exactitud a qué se dedica, a qué elecciones le presentan, en qué calle está el Parlamento Europeo y por qué le pagan ese pastizal todos los meses, éstas y otras sesudas cuestiones de estado ocuparán todos sus desvelos aunque tenga que sacrificar su siesta. De momento ha sido elegido uno de los eurodiputados más vagos y eso no está al alcance de cualquiera. Pocholo y pocos más. De hecho, el PP, partido competitivo donde los haya, copa buena parte del ‘top ten’ de escaqueos institucionales.
Por ejemplo, el viaje del diputado y mártir de la democracia Luis Herrero a Venezuela fue tan agotador que es lo único que ha hecho ya que las horas extras en el palco del Bernabéu no le computan en la vida laboral. Tremenda injusticia. En el caso de Pilar del Castillo, que fuese ministra y todo, aún precisa del GPS para saber dónde está su escaño. Bien es cierto que el hecho de que la derecha no haga nada no deja de ser una virtud. Lo malo es cuando se desperezan y se ponen a trabajar. Con dos bostezos previos te han privatizado la sanidad o han contratado el suministro de folios con un primo segundo.
Por eso Mariano, en su línea, tampoco se desvive por hacer sombra a Stajanov. Anda tan mohíno que ni siquiera hojeó el manual de Josemari antes de ir al Debate del Estado de la Nación. Mira que tenía ahí todas las recetas para salvar a España de la crisis y de las garras del socialcomunismo. Pues nada. Él erre que erre. Señor ZP, hay que reformar el mercado laboral ¿Cómo? ¿Quiere abaratar el despido? ¿Quiere rebajar las cotizaciones? ¿Quiere más contratos temporales? ¿Quiere recortar las pensiones? ¿Quiere un carajillo? Con dos terrones de azúcar por favor. De ahí no pasó.
Que pierdas por goleada un debate sobre el estado de un país con cuatro millones de parados no deja de tener un mérito que el tiempo se encargará de situar en la puerta grande de la Historia. Hay vacíos que no los llenas aunque te lleves a Manolo el del Bombo a jalearte desde los escaños. Él, sin embargo, andaba contento. Al parecer tenía tres y el complementario en la Primitiva. En tiempo de crisis ya se sabe que cualquier pellizco es poco.
Menos mal que las carencias de Rajoy las llena Josemari de política de altos vuelos y de poesía. La penúltima (no me refiero a Soraya) ha sido llamar a los socialistas ‘artistas de la triquiñuela y trapecistas’ al tiempo que pedía grandes políticas y no políticas de campanario. Debe referirse a que esta totalmente en contra de que sea la esposa de Jesulín quien redacte los decretos del Consejo de Ministros ¿Por qué no? ¿No lo hacía en sus tiempos Celia Villalobos?
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS
Mayor Oreja no puede empezar con mejor pie la campaña. Tras el estrepitoso fracaso en Eurovisión late la nulidad de una política exterior incapaz de hacer oír su voz en el proceso de construcción de Europa. Y cuando lo hace es para quedar penúltimos. Y eso gracias a que seguimos comprando pelucos y transistores en Andorra y son gente agradecida. Uno, en su ceguera, puede culpar a Soraya de esta catástrofe pero la culpa ya se sabe de quién es por mucho que se haga el loco mientras riega las petunias de Moncloa.
El día en que don Jaime sepa con exactitud a qué se dedica, a qué elecciones le presentan, en qué calle está el Parlamento Europeo y por qué le pagan ese pastizal todos los meses, éstas y otras sesudas cuestiones de estado ocuparán todos sus desvelos aunque tenga que sacrificar su siesta. De momento ha sido elegido uno de los eurodiputados más vagos y eso no está al alcance de cualquiera. Pocholo y pocos más. De hecho, el PP, partido competitivo donde los haya, copa buena parte del ‘top ten’ de escaqueos institucionales.
Por ejemplo, el viaje del diputado y mártir de la democracia Luis Herrero a Venezuela fue tan agotador que es lo único que ha hecho ya que las horas extras en el palco del Bernabéu no le computan en la vida laboral. Tremenda injusticia. En el caso de Pilar del Castillo, que fuese ministra y todo, aún precisa del GPS para saber dónde está su escaño. Bien es cierto que el hecho de que la derecha no haga nada no deja de ser una virtud. Lo malo es cuando se desperezan y se ponen a trabajar. Con dos bostezos previos te han privatizado la sanidad o han contratado el suministro de folios con un primo segundo.
Por eso Mariano, en su línea, tampoco se desvive por hacer sombra a Stajanov. Anda tan mohíno que ni siquiera hojeó el manual de Josemari antes de ir al Debate del Estado de la Nación. Mira que tenía ahí todas las recetas para salvar a España de la crisis y de las garras del socialcomunismo. Pues nada. Él erre que erre. Señor ZP, hay que reformar el mercado laboral ¿Cómo? ¿Quiere abaratar el despido? ¿Quiere rebajar las cotizaciones? ¿Quiere más contratos temporales? ¿Quiere recortar las pensiones? ¿Quiere un carajillo? Con dos terrones de azúcar por favor. De ahí no pasó.
Que pierdas por goleada un debate sobre el estado de un país con cuatro millones de parados no deja de tener un mérito que el tiempo se encargará de situar en la puerta grande de la Historia. Hay vacíos que no los llenas aunque te lleves a Manolo el del Bombo a jalearte desde los escaños. Él, sin embargo, andaba contento. Al parecer tenía tres y el complementario en la Primitiva. En tiempo de crisis ya se sabe que cualquier pellizco es poco.
Menos mal que las carencias de Rajoy las llena Josemari de política de altos vuelos y de poesía. La penúltima (no me refiero a Soraya) ha sido llamar a los socialistas ‘artistas de la triquiñuela y trapecistas’ al tiempo que pedía grandes políticas y no políticas de campanario. Debe referirse a que esta totalmente en contra de que sea la esposa de Jesulín quien redacte los decretos del Consejo de Ministros ¿Por qué no? ¿No lo hacía en sus tiempos Celia Villalobos?
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS