domingo. 05.05.2024

Hay que decidirse…

NUEVATRIBUNA.ES - 7.6.2009Se acabó la campaña electoral, que, en general, ha sido un muermo, y llega la hora de decidirse. Es lamentable que los partidos concurrentes, aunque con honrosas excepciones, hayan dejado pasar la ocasión de hacer un poco de pedagogía sobre la Unión Europea.
NUEVATRIBUNA.ES - 7.6.2009

Se acabó la campaña electoral, que, en general, ha sido un muermo, y llega la hora de decidirse. Es lamentable que los partidos concurrentes, aunque con honrosas excepciones, hayan dejado pasar la ocasión de hacer un poco de pedagogía sobre la Unión Europea. Gran parte de la culpa la ha tenido el PP, cuyos dirigentes han planteado estas elecciones internacionales como si fueran la primera vuelta de las generales nacionales, que quedan lejos. Claro que Rajoy, especialista en ganar elecciones “primarias” tan pintorescas como las de Galicia, confía en poder adelantar las elecciones generales si sale bien parado en éstas. Así que, si obtiene más votos que el PSOE, o si el PP europeo sale ganador, que es lo que anda anunciando Rajoy, nos esperan tres años de traca.

En el PP han montado su estrategia en atacar al Gobierno por la política nacional y en deslegitimar, de paso y como es su costumbre, las instituciones nacionales, tarea en que la Iglesia les ha acompañado gustosa, aprovechando el momento para defenderse de algunas sombras (demasiadas ya) sobre conductas inmorales y actos que son delitos, además de pecados, perpetrados por clérigos. Poco nos han dicho en el PP sobre Europa en estos momentos de crisis, quizá les ha dado vergüenza expresarlo abiertamente, pero conocemos sus recetas: bajar los impuestos directos a las rentas altas, subir los impuestos indirectos, congelar las pensiones y los salarios (hay quien pide que bajen), subvencionar la compra de viviendas no sociales, abaratar más el despido de los trabajadores y blindar más el de los directivos, aumentar la gama de contratos precarios y alargar la jornada laboral, conceder subvenciones a los empresarios sin contraprestación y entregar más dinero a empresas en crisis sin nacionalizarlas, privatizar servicios públicos y mantener o aumentar la desregulación económica. Con estas ideas, y con las de la moral católica, va a ir Mayor Oreja al parlamento europeo a impulsar una política claramente antipopular, pero así son ellos: se disfrazan de gente corriente para defender a los ricos.

La verdad es que la situación de la UE tampoco invita a votar: está atascada la reforma política, sometida a la influencia de la derecha, con una extrema derecha en ascenso, unos nuevos socios, ganapanes, muy poco convencidos, incluso hostiles, con escándalos en algunos de sus partidos, pero con muchos problemas que resolver: la propia unidad política, la enseñanza, la energía, la proyección exterior, la defensa, etc, etc, ante lo cual hay pocas propuestas que susciten no ya ilusión sino respeto. Dan ganas de mandarlos a freír espárragos.

Ante esta situación, lo tengo claro: si yo fuera millonario, no votaría. Si tuviera mi dinero en un paraíso fiscal, si no dependiera de un trabajo y un salario cuyas condiciones las fijan otros, si la educación de mis hijos no dependiera de la enseñanza pública, si mi salud y la de los míos no dependiera de la sanidad pública, si tuviera un refugio o pudiera huir a una isla lejana en caso de producirse un escape en una central nuclear, de las que algunos se proponen construir, si, si si… Como todo eso no ocurre, tengo que ir a votar contra la derecha, a votar en legítima defensa.

Francisco Javier Vivas es escritor.

Hay que decidirse…
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