14 de abril de 2009, 8:31
NUEVATRIBUNA.ES - 4.3.2009
La campaña electoral del PP en Galicia parece sacada de una película de Azcona y Marco Ferreri, con unas secuencias de cine del destape de Mariano Ozores a cargo del rústico Baltar, que llamó maricón al conselleiro de Medio Ambiente.
Por raro que parezca, la compra de un coche nuevo -vamos de paseo, pí, pí, pí- para Pérez Touriño se ha convertido en uno de los principales argumentos esgrimidos para desalojar de la Xunta de Galicia al gobierno bipartito de PSOE y BNG. Parece mentira, pero ha dado resultado, porque ha brindado al PP ocasión para acusar a Touriño de despilfarrar el dinero en tiempo de crisis. ¡Ojo!, la crisis de Zapatero, ¿eh?, que no se olvide, como no se cansa de repetir Dolores de Cospedal, que debe de hacer por lo menos un año que no ojea los periódicos.
El flamante coche blindado no ha resultado ser el coche fantástico -¿Me oyes, Kit?- sino un coche maldito, que ha envuelto en un maleficio a su propietario y, como si se tratara del cochecito de un minusválido, lo ha dejado incapacitado para responder al juego sucio en que son tan diestros en el PP. El poder maléfico ha sido tan grande que ha afectado también a su partido, poco menos que paralizado ante la potente campaña montada por el adversario. Claro que tampoco se han movido mucho antes de la campaña. Han reaccionado desde Madrid, pero ya era demasiado tarde.
De los logros del bipartito, poco se sabe, sí de los desacuerdos con el BNG, con el que los sociatas han contraído una especie de matrimonio a la italiana, juntos pero mal avenidos o juntos hasta la muerte, como en la película de Raoul Walsh, pero sin Virginia Mayo.
Tampoco en el Bloque han andado muy listos, en particular Anxo Quintana, al que han pillado, foto mediante, en un yate, y los yates los carga el diablo, con una amistad peligrosa, no una mujer, él que ha sido acusado de mujeriego por el PP, sino la más peligrosa para una persona de izquierda: un empresario que ha obtenido alguna concesión de la Xunta y eso parece por lo menos sospechoso, criticable desde la izquierda y no tanto desde la derecha, porque suele ser práctica corriente allí donde gobierna como en Castellón, en Baleares, en Valencia, en Alicante, en Murcia, en Madrid, lugares tan llenos de presuntos�
Lo que no ha corrido como la pólvora es que Touriño mandó comprar ese coche, que es como el de Gallardón, aunque seguramente los habría más baratos, porque el que había se lo había llevado Fraga, el pobrecillo, como está tan mayor, creyó podía seguir utilizándolo aunque hubiera dejado el cargo. Por otro lado, en tiempos de Fraga se compró más de un coche, y más de dos. Y uno de ellos, lo gastaba Nuñez Feijoo, que no era el Presidente. Ahora que lo es, ha decidido emular a Sor Citroen y comprarse un idem; no un 2 cv., sino un C-6, de 10 kilos de los de antes, porque no se atreve a usar el cochecito, que se venderá. Para que luego digan que Feijoo no es ahorrador�en medio de la crisis de Zapatero.
Francisco Javier Vivas es escritor
La campaña electoral del PP en Galicia parece sacada de una película de Azcona y Marco Ferreri, con unas secuencias de cine del destape de Mariano Ozores a cargo del rústico Baltar, que llamó maricón al conselleiro de Medio Ambiente.
Por raro que parezca, la compra de un coche nuevo -vamos de paseo, pí, pí, pí- para Pérez Touriño se ha convertido en uno de los principales argumentos esgrimidos para desalojar de la Xunta de Galicia al gobierno bipartito de PSOE y BNG. Parece mentira, pero ha dado resultado, porque ha brindado al PP ocasión para acusar a Touriño de despilfarrar el dinero en tiempo de crisis. ¡Ojo!, la crisis de Zapatero, ¿eh?, que no se olvide, como no se cansa de repetir Dolores de Cospedal, que debe de hacer por lo menos un año que no ojea los periódicos.
El flamante coche blindado no ha resultado ser el coche fantástico -¿Me oyes, Kit?- sino un coche maldito, que ha envuelto en un maleficio a su propietario y, como si se tratara del cochecito de un minusválido, lo ha dejado incapacitado para responder al juego sucio en que son tan diestros en el PP. El poder maléfico ha sido tan grande que ha afectado también a su partido, poco menos que paralizado ante la potente campaña montada por el adversario. Claro que tampoco se han movido mucho antes de la campaña. Han reaccionado desde Madrid, pero ya era demasiado tarde.
De los logros del bipartito, poco se sabe, sí de los desacuerdos con el BNG, con el que los sociatas han contraído una especie de matrimonio a la italiana, juntos pero mal avenidos o juntos hasta la muerte, como en la película de Raoul Walsh, pero sin Virginia Mayo.
Tampoco en el Bloque han andado muy listos, en particular Anxo Quintana, al que han pillado, foto mediante, en un yate, y los yates los carga el diablo, con una amistad peligrosa, no una mujer, él que ha sido acusado de mujeriego por el PP, sino la más peligrosa para una persona de izquierda: un empresario que ha obtenido alguna concesión de la Xunta y eso parece por lo menos sospechoso, criticable desde la izquierda y no tanto desde la derecha, porque suele ser práctica corriente allí donde gobierna como en Castellón, en Baleares, en Valencia, en Alicante, en Murcia, en Madrid, lugares tan llenos de presuntos�
Lo que no ha corrido como la pólvora es que Touriño mandó comprar ese coche, que es como el de Gallardón, aunque seguramente los habría más baratos, porque el que había se lo había llevado Fraga, el pobrecillo, como está tan mayor, creyó podía seguir utilizándolo aunque hubiera dejado el cargo. Por otro lado, en tiempos de Fraga se compró más de un coche, y más de dos. Y uno de ellos, lo gastaba Nuñez Feijoo, que no era el Presidente. Ahora que lo es, ha decidido emular a Sor Citroen y comprarse un idem; no un 2 cv., sino un C-6, de 10 kilos de los de antes, porque no se atreve a usar el cochecito, que se venderá. Para que luego digan que Feijoo no es ahorrador�en medio de la crisis de Zapatero.
Francisco Javier Vivas es escritor