20 de septiembre de 2010, 15:14
NUEVATRIBUNA.ES - 27.7.2009
...De ser así, él también hubiera visitado Gibraltar. Claro que lo hubiera hecho. Pero no así. No en coche oficial como el blandengue de Moratinos. Él hubiera desembarcado de noche y sin avisar, reptando entre los matorrales y las cagarrutas de los monos, con la cara tiznada y recién ‘peinao’. Allí se hubiera camuflado con unos geranios en el casco con la leyenda ‘Nacido para rezar’ para pasar desapercibido entre las tiendas de relojes y los ‘bobbies’ con acento gaditano.
Ya demostró su singular valentía cuando desplegó varios fragatas y decenas de aguerridos soldados para la conquista de ese otro paraíso de los riscos conocido como el islote de Perejil. Cuánto hubiera aprendido Alejandro Magno de Federico de haber coincidido en alguna procesión cartagenera. Al final fue tan sofisticada la estrategia militar que resultó del todo incruenta. De hecho bastó el ruido de las aspas de los helicópteros para despertar al único marroquí que hacia guardia a esas horas de la siesta tras la ingesta de unos pinchos morunos y el aderezo de unas hierbas de Chaouen. En suma, toda una heroicidad que fue tomada a chufla y a la que el tiempo le hará justicia.
Quizás por esos antecedentes de gloria que remiten a la Armada Invencible Mariano se ha puesto hecho un basilisco. Por lo visto nos hemos humillado. Hemos doblegado la rodilla ante el enemigo gibraltareño. Y, mientras él se desvela por la protección de la patria, a usted no le sacan de la protección solar. Así no hay quien resucite un imperio. Uno escucha aquello de ‘Gibraltar español’ y le dan ganas de desempolvar del armario los pantalones de campana y los zuecos de chinchetas. Claro que mejor que emitirlo en los informativos casi más adecuado hacerlo en un capítulo de ‘Cuéntame’.
Desde luego por falta de provocaciones al espíritu racial no será. No me digan que, ya puestos al tajo y aprovechando la debilidad de Sarkozy causada por su síncope, no es razón de peso para invadir los Campos Eliseos que suba al podio Contador y en vez de ponerle el himno español le pinchen un remix del danés. Cómo se nota que anda Manolo el del Bombo de vacaciones. Y este vacío diplomático no hay pirueta de ZP que lo llene. Se hace el chaval tres mil kilómetros en bici, sube rampas mareantes, se juega la vida en los descensos, sobrevive a Armstrong y, después de todo, en vez de tomarle por un español con dos… piñones le toman por un refinado escandinavo. Intolerable.
No debe ser casual que, en tan pocos días, hayamos sufrido estas agresiones del exterior. Que el Gobierno no haya previsto para estos casos que sea el propio secretario de Estado o el ministro de turno quien entone el ‘chunda chunda’ cuando se perpetren estos agravios sólo es un ejemplo más de la timorata política socialista. Si hubiera estado Espe en París la arma, pero antes de ello entona el himno a capella y hasta se baila una jotica. Menuda es. De momento ha dado orden para que al próximo campeón francés de petanca, en vez de ‘La Marsellesa’ le pongan ‘Paquito el Chocolatero’. Y que no se queje que, por lo menos, esa pieza se puede bailar. No como el himno danés.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS
...De ser así, él también hubiera visitado Gibraltar. Claro que lo hubiera hecho. Pero no así. No en coche oficial como el blandengue de Moratinos. Él hubiera desembarcado de noche y sin avisar, reptando entre los matorrales y las cagarrutas de los monos, con la cara tiznada y recién ‘peinao’. Allí se hubiera camuflado con unos geranios en el casco con la leyenda ‘Nacido para rezar’ para pasar desapercibido entre las tiendas de relojes y los ‘bobbies’ con acento gaditano.
Ya demostró su singular valentía cuando desplegó varios fragatas y decenas de aguerridos soldados para la conquista de ese otro paraíso de los riscos conocido como el islote de Perejil. Cuánto hubiera aprendido Alejandro Magno de Federico de haber coincidido en alguna procesión cartagenera. Al final fue tan sofisticada la estrategia militar que resultó del todo incruenta. De hecho bastó el ruido de las aspas de los helicópteros para despertar al único marroquí que hacia guardia a esas horas de la siesta tras la ingesta de unos pinchos morunos y el aderezo de unas hierbas de Chaouen. En suma, toda una heroicidad que fue tomada a chufla y a la que el tiempo le hará justicia.
Quizás por esos antecedentes de gloria que remiten a la Armada Invencible Mariano se ha puesto hecho un basilisco. Por lo visto nos hemos humillado. Hemos doblegado la rodilla ante el enemigo gibraltareño. Y, mientras él se desvela por la protección de la patria, a usted no le sacan de la protección solar. Así no hay quien resucite un imperio. Uno escucha aquello de ‘Gibraltar español’ y le dan ganas de desempolvar del armario los pantalones de campana y los zuecos de chinchetas. Claro que mejor que emitirlo en los informativos casi más adecuado hacerlo en un capítulo de ‘Cuéntame’.
Desde luego por falta de provocaciones al espíritu racial no será. No me digan que, ya puestos al tajo y aprovechando la debilidad de Sarkozy causada por su síncope, no es razón de peso para invadir los Campos Eliseos que suba al podio Contador y en vez de ponerle el himno español le pinchen un remix del danés. Cómo se nota que anda Manolo el del Bombo de vacaciones. Y este vacío diplomático no hay pirueta de ZP que lo llene. Se hace el chaval tres mil kilómetros en bici, sube rampas mareantes, se juega la vida en los descensos, sobrevive a Armstrong y, después de todo, en vez de tomarle por un español con dos… piñones le toman por un refinado escandinavo. Intolerable.
No debe ser casual que, en tan pocos días, hayamos sufrido estas agresiones del exterior. Que el Gobierno no haya previsto para estos casos que sea el propio secretario de Estado o el ministro de turno quien entone el ‘chunda chunda’ cuando se perpetren estos agravios sólo es un ejemplo más de la timorata política socialista. Si hubiera estado Espe en París la arma, pero antes de ello entona el himno a capella y hasta se baila una jotica. Menuda es. De momento ha dado orden para que al próximo campeón francés de petanca, en vez de ‘La Marsellesa’ le pongan ‘Paquito el Chocolatero’. Y que no se queje que, por lo menos, esa pieza se puede bailar. No como el himno danés.
Germán Temprano es escritor y periodista
JAULA DE GRILLOS