viernes. 26.04.2024

Cuba, los hermanos Castro y los derechos humanos

NUEVATRIBUNA.ES - 28.2.2010El hombre cuya muerte sirvió para que la ausencia de derechos humanos en Cuba sea de nuevo noticia en todas las portadas de la prensa internacional, paradojas de la vida, nació en la misma localidad que Fulgencio Batista, el dictador al que derrocaron los que luego se convertirían en dictadores y a los que durante demasiado tiempo se les permitió basar su exculpación y la razón de ser de su política en el bloqueo y
NUEVATRIBUNA.ES - 28.2.2010

El hombre cuya muerte sirvió para que la ausencia de derechos humanos en Cuba sea de nuevo noticia en todas las portadas de la prensa internacional, paradojas de la vida, nació en la misma localidad que Fulgencio Batista, el dictador al que derrocaron los que luego se convertirían en dictadores y a los que durante demasiado tiempo se les permitió basar su exculpación y la razón de ser de su política en el bloqueo y acoso de Estados Unidos.

En marzo del año 2003 se produjo en Cuba una oleada de detenciones de activistas políticos. Amnistía Internacional “adoptó” a 55 presos de conciencia. Orlando Zapata era uno de ellos. “Orlando Zapata Tamayo fue detenido en marzo de 2003 y en mayo de 2004 fue condenado a tres años de prisión por desacato, desórdenes públicos y resistencia.

Posteriormente fue sometido a varios juicios por cargos adicionales de desobediencia y desórdenes en establecimientos penitenciarios, el último de ellos en mayo de 2009, y en el momento de su muerte cumplía una condena total de 36 años de prisión.

El hecho de que Orlando Zapata Tamayo, al verse ante una pena de prisión tan prolongada, sintiera que el único camino que le quedaba era matarse de hambre como protesta constituye una denuncia terrible de la constante represión que sufren los disidentes políticos en Cuba… Su muerte subraya también la urgente necesidad de que Cuba invite a expertos internacionales en derechos humanos a visitar el país para verificar que se respetan los derechos humanos, en especial las obligaciones establecidas por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.”


En Cuba no existe el poder judicial independiente. Según denuncia Amnistía Internacional, “los juicios son a menudo sumarios e incumplen gravemente las normas internacionales sobre juicios justos; una vez dictada la sentencia, las posibilidades de apelar son prácticamente nulas”. Orlando Zapata no fue sometido a un juicio sumarísimo. A Zapata se le quiso “camuflar” bajo el eufemismo de “preso común” pero la huelga de hambre de 85 días que acabó con su vida consiguió que este humilde albañil negro de 35 años se convirtiese en la representación de la represión en Cuba.

Aunque el gobierno cubano califica de “mercenarios a sueldo de Estados Unidos” a disidentes y a presos de conciencia, en la isla caribeña no hay libertad y sí presos políticos, evidencias que convierten a Cuba en un dictadura y a los hermanos Castro, Fidel y Raúl, en dictadores.

Por mucho que el castrismo se empeñó en gritar a los cuatro vientos que era únicamente un “preso común” no pudo evitar que Zapata se convirtiese en una figura capaz de movilizar e incluso aglutinar a una disidencia que no siempre camina en la misma dirección.

La huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo era una protesta por las lamentables condiciones que padecen los presos políticos cubanos. Es probable que su muerte marque un punto de inflexión, un antes y un después, en la mirada del resto del mundo sobre Cuba. Amnistía Internacional, como consecuencia inmediata, solicita una investigación que determine si los malos tratos pueden haber influido en el desenlace final además incide en la necesidad de que un comité de expertos internacionales en derechos humanos visite el país para comprobar si se cumple el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Pilar Rego - Educadora Social.

Cuba, los hermanos Castro y los derechos humanos
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