viernes. 26.04.2024

Cortijo de los gürteles

NUEVATRIBUNA.ES - 13.10.2009No quisiera, menos aún en estas fechas tan propensas al patriotismo, ofender ni al carnero de la Legión ni a la idiosincrasia de esta gran nación. Por ello, me limitaré a apuntar que este país, a veces, es raro, raro, raro. No lo digo ya porque comamos cuando los suecos cenan o porque llevemos a Chikilicuatre a Eurovisión.
NUEVATRIBUNA.ES - 13.10.2009

No quisiera, menos aún en estas fechas tan propensas al patriotismo, ofender ni al carnero de la Legión ni a la idiosincrasia de esta gran nación. Por ello, me limitaré a apuntar que este país, a veces, es raro, raro, raro. No lo digo ya porque comamos cuando los suecos cenan o porque llevemos a Chikilicuatre a Eurovisión. Lo digo porque, es tan subterráneo el nivel acostumbrado, que aupamos a la ejemplaridad más plausible a políticos que, de existir cierto aseo democrático, deberían haber ya convocado a los ciudadanos a las urnas para saber si respaldan un Gobierno que exhala inconfundibles regüeldos a chorizo.

Que a Espe se le suba a los altares por haber expulsado de su grupo a tres individuos más sospechosos que Rajoy tomando una decisión se antoja altamente extemporáneo. Tanto como levantar un busto de bronce a un carpintero en la plaza de su pueblo por haber encolado bien una silla. De hecho, sólo ha cumplido de manera tímida con su obligación. Por supuesto, mi proverbial modestia me impide ser yo mismo quien fije los parámetros de la responsabilidad política. Para eso está el propio partido de doña Esperanza y su prensa servil ¿Quién pidió en su momento la dimisión de Felipe González por nombrar a Luis Roldán? ¿Mi prima la de Villarcayo? ¿Quién nombró consejero a López Viejo? En efecto. Han acertado. También mi prima.

Es una suerte que la elasticidad de la coherencia sea capaz de anular de ese modo tan grosero la memoria. Sobre todo si bebes de gorra para olvidar o el encefalograma plano de tu vergüenza te evita reparar en esos nimios detalles. Lo cierto es que el Gobierno de Esperanza Aguirre, a quien no sólo se paga por posar en Telemadrid con niños sonrosados en sus brazos, cerró más de trescientos contratos con una manada de trincones.

Lo cierto es que hay dinero público que ha ido a parar, ya sea por consentimiento o negligencia, a financiar coches de lujo a vividores que no tienen más escrúpulos que beber Môet Chandon de la misma copa. Lo cierto es que esta banda ha vivido al cobijo de un partido que, según clamaba Aznar, el mismo que invitó a esta pandilla de mangantes con frac a la boda de la nena, era absolutamente incompatible con la corrupción. Es incomprensible que con estos destellos de hilaridad aún sigamos contando chistes de Lepe.

De todos modos el vendaval de adjetivos para definir a esta tropa cuenta con fecha de caducidad. Llegará un momento en el que, además de reprobar a este pijerío a punto de cambiar el Lacoste por un traje a rayas, también gratis, faltaría más, haya que buscar vías que eviten dejar mal a Rousseau. Es decir, demostrarle que el hombre era bueno por naturaleza hasta que conoció las suculentas comisiones del Correa y el Bigotes. Así, alguien deberá proponer que si el truco era trocear contratos con la facilidad de un fuet para quedar fuera de fiscalización, ese agujero se tape de manera inmediata.

Es decir, simplemente que todos los contratos que se paguen con el dinero de todos puedan ser conocidos por todos. Tampoco parece tan descabellado ahora que ya se venden hasta helados de fabada. Sólo así, desde la acción ejecutiva y no desde el estupor por las tropelías, se evidenciará que hay voluntad de enmienda. Rajoy tendría fácil acabar con su silencio. Aunque él piense, acaso no sin razón, que a los ciudadanos no le importan estas cosas a él sí debería importarle. No debe ser fácil llevar el timón de un barco cargado con tanta escoria. Claro que él, en vez de tratar de enderezar el rumbo, capaz es de bajarse a dar de comer a los pececillos. Otra vez hasta que escampe.

Germán Temprano es escritor y periodista

JAULA DE GRILLOS

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