7 de febrero de 2011, 4:22
nuevatribuna.es | 03.02.2011
He escuchado las explicaciones que Méndez y Toxo han dado en distintas medios sobre los Acuerdos firmados, han respondido a muchas preguntas, la primera si se sentían traidores, y han respondido que no. Lo han hecho de manera tranquila y hasta pedagógica “a la gente se le ha bombardeado con dos cifras, 67 y 38,5 años y claro, si yo veo esto también rechazo el contenido de la reforma”, ha dicho Toxo, “pero es un acuerdo equilibrado, con compensaciones”. Y han hablado extensamente de cómo una de las virtudes de acuerdo es la flexibilidad, el mantenimiento de la jubilación anticipada, la garantía de pervivencia del sistema público de pensiones.
Aquí me paro. Hemos asumido que la crisis no la han provocado los trabajadores, que había un ataque frontal al modelo social y a los propios sindicatos, y es posible que hoy esto sea un poco mas difícil que hace unas semanas, o unos meses.
En estos tiempos de brocha gorda, de ausencia de análisis, de ataques y limitaciones, se agradece la lectura pausada y reflexiva de las cosas. Se agradece la racionalidad de estos dos hombres y de sus gentes, para mirar un poco más allá de cualquier horizonte electoral, para limitar agresiones, para recortar recortes.
Hay que tener muchas claves en la cabeza para analizar pros y contras, para sopesar que hubiera pasado si en lugar de firmar este acuerdo no lo hubieran hecho; para saber cuando se gana más, o cuando se pierde menos; para implicarse en la solución de los problemas; para abrir ventanas cuando todo parece cerrado y bloqueado.
Amalia Álvarez | Escritora