jueves. 02.05.2024

Aborto: ¿Cuál es la responsabilidad de los médicos?

AGNESE MARRA
Los médicos pueden convertirse en responsables indirectos de los embarazos no deseados. Falta de información o incluso llegar a negarse a dar un anticonceptivo son compartimientos comunes que dejan a las jóvenes contra las cuerdas, sin saber a quién acudir ante un riesgo inminente.
> "Papá, mamá: estoy embarazada"
> Aborto sí, aborto no: ellas opinan
NUEVATRIBUNA.ES - 26.06.2009

Los médicos son una pieza clave en la prevención de embarazos no deseados. Sin embargo su labor se puede ver mermada por el miedo de las adolescentes de acercarse a ellos o bien porque existen otro tipo de colegiados que por creencias deciden no informar adecuadamente a las menores, o simplemente se encuentran doctores que no están lo suficientemente actualizados en esta materia.

La sexóloga Ana García, coordinadora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid, además de atender a las menores, imparte cursos de educación sexual a médicos de atención primaria: “Ellos son los primeros en ver a las mujeres y deben conocer cómo abordar estos temas, tener una información correcta sobre la postcoital o conocer cómo puede afectar la píldora en el cuerpo de la mujer”.

Este tipo de información, que puede parecer muy básica normalmente no se ofrece, denuncia García: “Tuvimos a una chica que se quedó embarazada dos veces tomando regularmente la píldora, no lo podíamos entender, hasta que ella nos contó que había estado tomando antibióticos y le tuvimos que explicar que esa medicación baja mucha el poder del anticonceptivo. Ningún médico se lo había advertido y es lo que llamamos el ‘embarazo de la amoxicilina’ es muy conocido, pero las mujeres lo desconocen. Muchos médicos dan medicaciones sin preguntar si la mujer usa algún anticonceptivo, y eso no puede ser”, dice indignada la coordinadora del centro.

EL TRABAJO QUE CORRESPONDE A LOS MÉDICOS

El Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid, que está ubicado en el barrio de Malasaña, lleva casi 20 años atendiendo a mujeres: “Nosotras hacemos el trabajo que le correspondería a los médicos, en realidad lo mejor que le podría pasar a esta ONG es que desapareciera, eso significaría que los médicos hacen bien su trabajo”, dice Ana García.

La posibilidad de que la píldora postcoital se venda en las farmacias sin receta médica probablemente reducirá parte del trabajo que ejercen en el centro: “Es cierto que ya no tendrán que acudir a nosotros para dársela, pero estamos negociando un acuerdo con las farmacias para que les ofrezcan nuestra dirección a las mujeres, ya que no es sólo una cuestión de dar una pastilla, lo importante es la educación sexual, y nosotras trabajamos especialmente este tema”.

En este sentido, Ana reconoce que tanto la facilidad de vender la postcoital sin receta médica, o la reforma de la Ley del Aborto, son medidas “más que positivas”, pero no le tiembla la mano al denunciar que es “insuficiente”. Para la sexóloga en ambas legislaciones “se ha dejado muy de lado” el tema de la educación sexual para los médicos, para los adolescentes y también para las unidades familiares, y según García “esa es la pieza clave de todos estos problemas”.

EL DECONOCIDO ANTICONCEPTIVO

La falta de información de las mujeres y especialmente de las adolescentes es enorme. El nivel de estudios se convierte en una referencia clara a la hora de hablar de embarazos no deseados: “Las universitarias tienen mucho menos embarazos que las adolescentes, sin embargo son las que más consumen la píldora postcoital”.

El anticonceptivo se convierte en la única herramienta para evitar llegar a situaciones en las que una mujer se tenga que plantear si abortar o no. A pesar de su importancia, no todos los médicos se esfuerzan por ofrecerlos y mucho menos por explicar sus efectos y sus ventajas: “En el caso de la postcoital es muy claro que hay médicos vagos, no la dan porque no quieren tener su consulta llena de chicas, pero ponen como excusa que es por creencias, y después a una mujer le ponen un DIU. Esas contradicciones son muy habituales, por eso yo creo que hay mucho de pereza en todo esto”, denuncia Ana García.

La sexóloga también señala “la falta de actualización” de los médicos ante diversos anticonceptivos: “Aquí han venido chicas que usaban el implante en el brazo y contaban que el médico se negaba a cambiárselo porque no saben en qué consiste. También pasa con los parches, otro método más moderno. Lo triste es que no hacen el esfuerzo por ponerse al día, muchas mujeres, sobre todo inmigrantes, sólo conocen estos anticonceptivos y si no se los dan no saben qué hacer, pero tampoco nadie les sugiere o les explica otras posibilidades”.

Ante un embarazo las posibilidades son dos, ambas pueden ser correctas siempre que sean pensadas y deseadas. Los problemas surgen cuando una parte de la sociedad denuncia una de las dos opciones. La soledad que siente cualquier joven en esa situación se ve multiplicada, no están lo suficientemente acogidas por los médicos (ya que hasta ahora era un delito decidir interrumpir el embarazo si no formaba parte de las tres excepciones) ni por sus familias, con las que a veces no saben cómo comunicarse.
Las relaciones sexuales las seguirán manteniendo, entonces al menos que la hipocresía no mande y que los médicos sean los primeros en informar y en dar los anticonceptivos necesarios. Es sólo un principio para evitarse malos tragos.

Aborto: ¿Cuál es la responsabilidad de los médicos?