viernes. 26.04.2024

Un cuento de Navidad

ANTONIO DURÁN ESTRADA
En una entrevista, Desplechin compara su obra con “Sólo los ángeles tienen alas” de Howard Hawks, donde un grupo de aviadores que arriesgan a diario sus vidas no se cortan a la hora de decir lo que les vengan en gana.
NUEVATRIBUNA.ES - 20.4.2009

Resulta inevitable establecer relación entre la película que nos ocupa y el cine de Bergman o Renoir. Pero no sólo en el aspecto formal. Desplechin realiza de nuevo el experimento de colocar una situación típica de película estadounidense (reencuentro navideño) pero en la idiosincrasia familiar de la burguesía francesa. Si a eso se le añade que uno de los personajes está a punto de morir y otro tiene que sacrificarse arriesgando su salud, lo normal es que aquello acabe como el Rosario de la aurora.

Y así sucede. ¿Qué ocurre cuando existe la posibilidad de que dos personas que durante toda su vida han contenido su odio no se vuelvan a ver jamás? Pues que no se callan nada. Y con este material, el realizador pone en boca de los personajes diálogos crueles, sarcásticos, que van al hígado y al límite. En una entrevista, Desplechin compara su obra con “Sólo los ángeles tienen alas” de Howard Hawks, donde un grupo de aviadores que arriesgan a diario sus vidas no se cortan a la hora de decir lo que les vengan en gana.

El realizador no se limita a filmar el guión en plan artesano. Cuida al extremo la puesta en escena (cualquiera que haya grabado algo, aunque sea una comunión, sabe la dificultad que entraña filmar grupos de gente) aislando muy bien a los personajes en contrapunto a las escenas corales. Así, destacan sobre todo las escenas más íntimas y particularmente la relación entre la madre y el hijo (la secuencia final conviene verla sentado). Las escenas de grupo merecen estudiarse en las escuelas.

Da verdadera envidia ver una película así en Francia. Ojalá el giro político que ha dado la cultura estos días ayude a este tipo de cine.



TRAILER DE LA PELÍCULA

Un cuento de Navidad