viernes. 26.04.2024
jeringa

La tripanofobia o aicmofobia como toda fobia, es un miedo patológico a las agujas u otros objetos que puedan pinchar o cortar. Es una de las fobias más comunes, aproximadamente el 10% de la población lo padece.

Esta fobia se desarrolla en la infancia. Puede haber una predisposición genética, con antecedentes familiares de trastornos de ansiedad y por otro lado haber vivido desde la niñez experiencias desagradables con respecto a las inyecciones. El aprendizaje en la infancia de esta fobia se lleva a cabo por un condicionamiento vicario. Es un aprendizaje por modelaje, observando a otros. Así pues, se aprende por la experiencia ajena.

Es una fobia simple o específica, como toda fobia de este tipo se presenta cuando la persona es expuesta al objeto fóbico, en este caso la aguja y la jeringuilla. Según el Manual de Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), una fobia específica debe de cumplir los siguientes criterios: miedo o ansiedad intensa ante la presencia del objeto o situación fóbica específica (inyección, sangre, volar…), evitación del objeto o de la situación fóbica, el miedo o la ansiedad provocada por el objeto o situación es desproporcionada al peligro real, el miedo o la ansiedad son persistentes durando seis meses o más, el miedo o ansiedad son clínicamente significativos provocando malestar en distintos ámbitos (social, laboral, familiar, y por último el trastorno no se debe a la presencia de otro trastorno mental.

En el caso de la vacuna contra el COVID 19 además de este aspecto que hemos revisado con carácter general para la tripanofobia, se da el miedo en si mismo a la vacuna o vacunofobia. Como la anterior, es una fobia específica a la que se pueden aplicar los mismos criterios diagnósticos.

En el caso de la vacuna para el COVID 19, además se añaden otros factores de ámbito social que vamos a analizar. El factor principal es la posibilidad, por su rápido desarrollo, de no conocer bien sus efectos secundarios adversos. Así en España, el porcentaje de mujeres que rechazan ponerse la vacuna es superior a los varones con una diferencia de seis puntos percentuales. Por segmentos de edad, los mayores de 60 años son los que están dispuesto en vacunarse lo antes posible. La franja de edad entre 25 y 35 años de edad baja 10 puntos percentuales con respecto a los mayores. En datos de población total en Europa aproximadamente el 30% de la población rechaza la vacunación contra el COVID 19.

Otro factor que afecta es la influencia social del grupo de los negacionistas, que han aprovechado las redes sociales para mandar mensajes del tipo desde negar la existencia del virus a pesar de las cifras contundentes de la pandemia, promover falsos remedios para la pandemia, entre los que destaca por su aberración el de la lejía del expresidente Donald Trump, o la fiabilidad de los test de diagnóstico, entre otros.

Por otro lado, el perfil de la persona dispuesta a vacunarse es ser hombre, expresar confianza en la investigación y en la ciencia médica y estar pendiente de la evolución de la pandemia.

Para finalizar, que factores pueden contribuir a mejorar la aceptación de la vacuna contra el COVID 19?.  El Grupo Consultivo Técnico de la OMS sobre conocimientos y ciencias del comportamiento para la salud, ha publicado un informe en el que se describen los factores que condicionan la actitud de las personas respecto a la vacuna. Además, este informe hace recomendaciones para favorecer la aceptación de la vacunación: en primer lugar, la vacunación debe ser fácil, rápida cómoda y asequible. En segundo lugar, aprovechar las influencias sociales, sobre todo de miembros respetados de la comunidad, así como mostrar que los profesionales de la salud se están vacunado para generar mayor aceptación de la población general. En tercer lugar, se debe aumentar la motivación individual a través de una comunicación abierta y trasparente, tanto de la seguridad como de los beneficios de vacunarse.

Por último, reflejar lo que algunos han denominado “infodemia” en el COVID 19, es decir, una sobreabundancia de información, tanto rigurosa como falsa. Con respecto a esta infodemia la OMS hizo el siguiente comunicado:  “ “También hacemos un llamamiento a todas las otras partes interesadas –en particular a los medios de comunicación y las plataformas de las redes sociales que difunden información errónea y falsa, a los investigadores y especialistas en tecnologías que pueden concebir y establecer estrategias y herramientas eficaces para responder a la infodemia, a los líderes de la sociedad civil y a las personalidades influyentes– a que colaboren con el sistema de las Naciones Unidas, con los Estados Miembros y entre sí, y a que sigan fortaleciendo sus acciones para difundir información precisa y prevenir la difusión de información errónea y falsa”.

Tripanofobia y otras fobias: repercusión en la vacunación del Covid-19