jueves. 02.05.2024
NUEVATRIBUNA.ES / ANTONIO SANTO 17.06.10

24 remates de España por 8 de Suiza. Aún así, 0 - 1 para los helvéticos. Con eso queda resumido perfectamente el partido de ayer. La roja disparó con pólvora mojada: la falta de acierto de los delanteros (Villa agotado tras una temporada terrible y Torres recién salido de una lesión), sumada a una extraordinaria defensa de Suiza y a, quizá, un exceso de precaución por parte de Del Bosque al colocar dos mediocentros (Busquets y Xabi Alonso, cuando visto el bagaje en ataque de los suizos habría podido defenderlos hasta el utillero), parecían condenar el partido al 0 - 0. Pero un golpe de suerte suizo mal defendido por los españoles (con la complicidad de un linier que debía de estar atándose los zapatos, porque el fuera de juego era claro) dio un resultado que, pese al partido falto de acierto de la escuadra española, fue injusto y no reflejó lo que se vio en el terreno de juego.

España empezó tocando rápido y bien, pero a los pocos minutos el juego de los hombres de Vicente del Bosque, al ver que los suizos aceptaban la superioridad española y no se molestaban en intentar morder, se tranquilizó y se fue volviendo inofensivo. A nadie parecía preocuparle, porque la manera de sobar la pelota de la escuadra roja, incluso cuando se dedica a hacer pases laterales, desquicia y acaba provocando huecos. Pero los suizos se habían estudiado a fondo el partido de EEUU en la semifinal de la Copa Confederaciones. Los 11 detrás del balón, y cuando lo agarraban, patadón arriba por si suena la flauta. Villa, agotado, no acertaba y se iba desquiciando. Hubo un par de buenas ocasiones: Ramos tuvo el pase de la muerte en los pies pero decidió tirar a puerta y la falló; Piqué hizo un recorte en el área chica digno de un Romario, pero el portero estuvo al quite y la detuvo. El primer tiempo se fue en eso y poco más: los suizos, correosos e incansables, defendían a muerte; los españoles deslumbraban y mareaban con el juego; pero ambos equipos se habían olvidado de las porterías. No merece la pena mencionar un par de acciones que podrían haberse considerado penalty, porque ningún árbitro del mundo pita eso al principio de un partido al Mundial. Aunque hay que hacer una reflexión: ¿por qué el reglamento sólo se aplica en determinados minutos de los partidos?

La pesadilla empezó en la segunda parte. En un saque largo de puerta Nkufo le gana el salto a Busquets, después Puyol cubre mal a Derdiyok y ahí empieza una carrera embarullada que primero detiene Casillas y termina con Fernandes marcando en un fuera de juego clamoroso que debió de pillar al linier atándose los zapatos. A partir de ahí se acabó la calma: los jugadores españoles, que no se esperaban ni por asomo este guión, no encontraron la jugada para marcar y Del Bosque no reaccionó automáticamente añadiendo más poder explosivo al campo. Tardó en quitar mediocentros y meter atacantes: finalmente Navas entró por Busquets y durante unos minutos supuso un soplo de aire fresco... Hasta que se obcecó también en repetir siempre la misma jugada, correr hasta el córner y centrar, pese a que Llorente no estaba esperando el centro en el área. Navas desbordó unas cuantas veces, y luego también se olvidó de eso: el partido, presa del agobio y del estupor, se perdió en intentar colgar balones al área por si caía el empate. Xabi Alonso casi lo consigue con un espectacular zapatazo que se estrelló en el larguero.

El pitido final trajo otras dos malas noticias aparte de la derrota: Iniesta, sustituido por un golpe en el muslo en el que había sufrido la lesión, y Ramos con un dolor en las costillas que no le dejaba respirar. Las pruebas confirman que ninguno de los dos tiene nada más que el susto. La lectura positiva de este partido es que hubo más mala suerte y falta de acierto en el remate que mal juego; pese a haber perdido, de entre las grandes España ha sido la selección que mejor juego ha desplegado. Probablemente en este partido se haya agotado la cuota de mala suerte de todos los mundiales, que se nos solía cobrar en cuartos de final. Además, supone un aviso importante de que hay que salir a matar desde el primer minuto, sin confiar en que ya llegará el gol: seguramente contra Honduras veremos pases y movimientos con bastante más intención de apuñalar que de mareaer. Del Bosque, un tipo inteligente y que sabe corregir sus errores, habrá tomado nota. Las matemáticas dicen que ganando los dos próximos partidos es prácticamente seguro clasificarse, con posibilidades incluso de ser primero... Pero queda alguna posibilidad de caer aún así debido al goal average. De todas formas, no hay absolutamente ninguna razón para caer en el fatalismo. Ninguna de las selecciones grandes ha empezado el Mundial con brillantez; personalmente, estaría más nervioso con el empate a 1 conseguido de milagro por los italianos que con la derrota de ayer. Es curioso ver cómo algunas selecciones se alegran de la derrota... porque así se libran de jugar con España hasta la final. Ni éramos tan buenos hace una semana ni somos tan malos ahora. Honduras espera.

Suiza da la sorpresa