SINOPSIS: Un antiguo empleado del narcotraficante Pablo Escobar pone al autor sobre la pista de uno de los secretos mejor guardados de la Guerra Fría: la implicación del cantante José Luis Rodríguez el Puma en la batalla entre la CIA y el KGB. Una vez que la editorial Pie de Página accede a publicar la historia con la condición de que parezca una novela, el antaño periodista se embarca en una trepidante aventura que lo lleva a Miami y lo devuelve a Londres en medio de una cruenta disputa entre estadounidenses y rusos.
Un secreto a voces es el culmen de una tortuosa senda plagada de traiciones, envenenamientos, persecuciones y asesinatos. El novelista y la editorial no se enorgullecen de tan tristes vicisitudes, pero se vanaglorian de regalar al mundo una de las exclusivas periodísticas más rutilantes de las últimas décadas en el marco de una narración tan fascinante como cautivadora.
Autor: Santiago Díaz-Bravo (La Orotava, 1968) inició su andadura en el mundo del periodismo en 1991. Corresponsal político, cronista parlamentario y enviado especial a países como Venezuela o Marruecos, ha desarrollado su carrera, entre otros medios, en El Día, Europa Press, La Gaceta de Canarias, La Opinión o ABC. Desde 2012 reside en Londres, donde ha compatibilizado la labor de asesor de prensa con su trabajo en el departamento de español de una organización internacional. Un secreto a voces es su cuarta novela.
Un secreto a voces Autor: Santiago Díaz-Bravo. Colección: Tinta Negra 15 × 23 cm. Páginas: 268 páginas. ISBN: 9788412406085 IBIC: FA PVP: 18€ Encuadernación: Rústica fresada. Idioma: Español.
ENTREVISTA A SANTIAGO DÍAZ-BRAVO
“Hay novelas que deambulan por el mundo hasta que eligen escritor. Creo que es el caso”
Hablamos con Santiago Díaz-Bravo sobre Un secreto a voces. La novela que la CIA y el KGB intentaron sabotear. Un relato que lleva cinco años sorteando la censura y varias amenazas porque en él se revela uno de los mayores secretos de los últimos 50 años.
¿Qué se siente al lanzar ahí afuera tu cuarta novela? Felicidad, porque un escritor halla su razón de ser cuando es leído. Pero no creas, no deja de ser un momento de cierta tristeza, porque uno, en cierto modo, echa de casa a una criatura con la que ha convivido y con la que ha compartido alegrías y disgustos. La deja a expensas del mundo, y uno nunca sabe cómo la va a tratar ese mundo. La novela es un ente con vida. Para lo bueno y para lo malo. En este caso, por las especiales circunstancias que la envuelven, lo anterior se acrecienta hasta extremos hiperbólicos. Esta no es una obra cualquiera. Casi que no llega a publicarse por la sombra de la censura.
¿Cómo has vivido este entuerto? Das por hecho que Un secreto a voces va a publicarse. ¿Por qué estás tan seguro? A día de hoy, viernes 30 de septiembre, la novela está acabada y editada, y no sé si, incluso, impresa. Pero es que hace cinco años también nos hallábamos en ese estadio del lanzamiento y, de repente, todo se vino abajo. Respondiendo a tu pregunta, lo vivo con cierto desasosiego. No estaré tranquilo hasta que llegue a los lectores. La CIA y el FSB, fiel heredero del KGB, trabajan las 24 horas del día los 365 días del año. Eso lo sabemos de sobra quienes vivimos la experiencia de 2017.
¿Has llevado peor este drama o la muerte de Isabel II? Como sabes, Isabel II fue uno de los personajes a los que recurrí en mis dos anteriores novelas. La consideraba casi de la familia, ni más ni menos que como al resto de quienes deambulan por mis páginas y, por ello, le profesaba una especial simpatía. Tengo la pena de que se haya ido sin conocer la gran revelación de Un secreto a voces.
¿Cómo llegó a tu cabeza la idea para escribir esta novela? Hay novelas que deambulan por el mundo hasta que eligen escritor. Creo que es el caso. ¿Cómo, si no, se explica que el origen de Un secreto a voces sea la revelación de un pintor de brocha gorda que había trabajado para Pablo Escobar?
¿Se siente uno cómodo escribiendo sobre traiciones, envenenamientos y asesinatos que son tan cercanos? En absoluto, máxime cuando los afectados son familiares y amigos. Cuando fui consciente de que mi empeño en escribir Un secreto a voces había puesto en peligro a la totalidad de los miembros de la editorial, y sobre todo cuando vi que ese peligro se extendía a mi familia, el mundo se me vino abajo. Es en esos momentos extremos es cuando uno saca lo mejor de sí. No me quedó otro remedio que continuar adelante para solventar el sombrío panorama que se avecinaba. Lo logré, pero me ha dejado una profunda huella.
¿A quién recomendarías este libro? Acabo antes citando a quienes no se los recomendaría: a quienes gastarse los 18 euros que cuesta la novela les suponga pasar hambre. Es la única excusa válida. Esta novela debería ser de compra obligatoria. No lo digo atendiendo a mi beneficio personal, que también, sino porque la revelación de la verdad no debe tener precio. Si me pides que abunde en ello, se la aconsejo a quien ansíe sumergirse en los entresijos de la historia; a quien desee hallar respuestas que nadie ha dado; a quien busque razones para confirmar que la verdad reside más allá de lo conocido… En definitiva, a quien quiera conocer de primera mano cómo se gestó y perpetró la mayor mofa de la historia. Y todo ello empleando una inocente canción.
¿Hace falta poner de fondo a José Luis Rodríguez el Puma mientras se lee? Es aconsejable que suene Pavo real de fondo. Nunca en la historia de la literatura una canción y un libro han estado tan íntimamente entrelazados.
Y poniéndonos un poco cotillas, ¿Cuál es tu mayor secreto a voces? Eso deberías preguntárselo a Reynaldo Quintero. Como bien descubrirán los lectores que se adentren en las páginas de Un secreto a voces, él sabe más sobre mí que lo que yo mismo sé. Y probablemente también sobre ti.
