viernes. 26.04.2024

pantallazo decreto Franco

La noticia de la adopción la recoge la prensa zaragozana, el diario “Amanecer”, de 18 de marzo de 1942, con el titular “HÍJAR ADOPTADO POR EL CAUDILLO” de una manera muy pormenorizada por el corresponsal de Híjar.

La adopción era un privilegio que no estaba al alcance de todos; estaba reservado a aquellas poblaciones que hubieran sufrido graves destrozos materiales y que por tanto iban a ser reconstruidas, hecho que estaba regulado en el Decreto de 23 de septiembre de 1939. RECONSTRUCCIÓN NACIONAL. Adopción por el Jefe del Estado de localidades dañadas por la guerra, en el que se indica en el preámbulo la necesidad de dictar normas de derecho singular, para la protección máxima para las máximas devastaciones colectivas, aprovechando, al mismo tiempo, la oportunidad para realizar en los Municipios aludidos, bajo la dirección del Gobierno, las mejoras urbanas y sociales que son exigencia de los principios rectores del Régimen. En la Orden de 28 de octubre de 1939 del Ministerio de la Gobernación sobre RECONSTRUCCIÓN NACIONAL se establecen las Normas para aplicación del Decreto de 23 de septiembre pasado.

Pero parece conveniente hacer una panorámica de los acontecimientos ocurridos en Híjar durante la Guerra Civil, que nos servirán para entender las razones de su Adopción por el Caudillo.

Los primeros días del estallido de la guerra estuvo bajo el control de los rebeldes. Y a finales de julio de 1936 se recuperó para el bando republicano tras la llegada de la columna anarquista de Antonio Ortiz. El 13 de marzo de 1938 fue recuperado definitivamente por las tropas rebeldes. Una vez establecido este marco cronológico describo con más detalles los distintos momentos.

En Híjar hubo un auténtico saqueo de iglesias, ermitas, conventos, así como fusilamientos de unas 30 hijaranos de derechas por las tropas anarquistas, sobre todo a partir de finales de julio de 1936. Podemos hacernos una idea de lo ocurrido en estos días con el libro L´òmnibus de la mort: Parada Falset, del periodista catalán, nacido en el pueblo tarraconense de Falset, Toni Orensanz, y que versa sobre las correrías en el verano del 36, del grupo de la Brigada de la Muerte, vinculada a la FAI, la corriente más extremista del anarquismo. Este grupo, se conoció con el nombre de “La Calavera”, cometió numerosos tropelías, bajo el paraguas de la revolución, asesinando a muchos vecinos, por el simple hecho de ser católicos, sacerdotes, terratenientes, o de derechas, en numerosos pueblos de Cataluña y Aragón, como Caspe, Fabara, Maella, Gandesa, Mequinenza, Albalate del Arzobispo, Samper de Calanda, Calanda, Híjar, Bot, Flix, Ascó, Ribarroja, Mora de Ebro y Reus. Toni ha conseguido rastreando con gran esfuerzo numerosos archivos, y orientado por uno de los mejores historiadores aragoneses actuales, José Luis Ledesma, el que podamos conocer la vida y obra del cabecilla de esa caravana de la muerte, a Pascual Fresquet, incluso físicamente a través de una foto realizada en Caspe el 25 de julio de 1936, proveniente del libro de Ledesma Los días de llamas de la revolución: violencia y política en la retaguardia republicana de Zaragoza durante la Guerra Civil. Es un documento gráfico impresionante, donde aparecen todo un grupo de milicianos que, armados hasta los dientes y con numerosos objetos religiosos como imágenes o crucifijos, eufóricos tras la toma de Caspe, se están mofando de toda la simbología religiosa. En el centro aparece Fresquet, que antes del estallido de la Guerra Civil había cometido ya atracos y asesinatos diversos en la Cataluña de los años 20, por lo que estuvo en diferentes ocasiones en la Modelo de Barcelona. Para hacernos una idea del perfil de todos estos desalmados, es que a lo largo del verano del 36 más de la mitad habían contraído la sífilis, y en cuanto a Fresquet el que le arrebatase la novia a su propio hijo, cuando este le visitó al sur de Francia, donde se había refugiado. Lo auténticamente valioso de este trabajo de Toni Orensanz es que muestra de una manera contundente quiénes y cómo ejercieron la represión en los primeros meses de la Guerra Civil en el bando republicano, aprovechándose del vacío de poder, ya que no existía propiamente aparato estatal, y que tanto daño haría a la causa republicana. Una vez restablecida la autoridad se cortaron de cuajo estos desmanes represivos. Muy diferente fue la actuación por parte de los rebeldes, ya que la represión estaba perfectamente planificada, se mantuvo durante y después de la Guerra Civil. Uno de los motivos por los que triunfó el golpe fue por la extrema violencia con que fue acometido por los rebeldes y las contundentes amenazas dirigidas a quienes no apoyaran el movimiento.

Como he comentado antes, Híjar fue recuperado por las tropas rebeldes en marzo de 1938. Trabajos de investigación, como el libro “Alcañiz/1938 El bombardeo olvidado” de José Mª Maldonado, nos permiten conocer con todo lujo de detalles el bombardeo de Alcañiz, por parte de la aviación italiana. Maldonado publicó además un artículo “Los bombardeos de Híjar por la Legión Cóndor hace 80 años”, en el que nos relata de una manera pormenorizada cómo a primeros de marzo de 1938, se sucedieron en Híjar una serie de bombardeos terribles por parte de la aviación alemana, la Legión Cóndor, que produjeron una cuantiosa sangría de víctimas humanas, como destrozos incontables en sus viviendas e infraestructuras.

hijar

Heinkel 111. Bombardeos de Híjar por la Legión Cóndor.

Maldonado nos contextualiza estos bombardeos de Híjar en la para él llamada batalla de Aragón, la más importante batalla de la Guerra Civil, cuyo objetivo era romper la España republicana en dos. Objetivo alcanzado cuando las tropas franquistas llegaron a Vinaroz el 15 de abril de 1938. Sigamos a Maldonado que me ha dado permiso para reproducir lo que sigue:

“Tras la reconquista de la ciudad de Teruel el 22 de febrero de 1938, el ejército gubernamental había quedado bastante diezmado y bajo de moral de combate. El frío, la derrota y el repliegue habían hecho mella entre los civiles y militares republicanos. Franco se encontró con una tremenda masa de hombres cercanos al frente de guerra aragonés y decidió utilizarlos para alcanzar un viejo proyecto: la rotura del frente de Aragón con el último objetivo de alcanzar el mar Mediterráneo y propiciar así la separación física de Cataluña respecto a la zona de Valencia y con ello del resto de la zona republicana. Podía conseguir, además de aislar a esta región, impedir el paso de cualquier mercancía, incluida la ayuda de armas, a través de la frontera francesa hacia las dos zonas gubernamentales, la del centro y la levantina. Esta operación iba a llevarse en un primer movimiento, por las tierras situadas al sur del río Ebro, y con un objetivo inicial muy claro: llegar hasta el río Guadalope y conquistar las ciudades de Alcañiz y de Caspe. Luego vendrían metas más osadas y definitivas. Esta ofensiva daría comienzo la mañana del miércoles 9 de marzo de 1938. Las órdenes para la preparación de esta gran maniobra se iniciaron nada más concluir la conquista de Teruel ya que la gran potencia ofensiva que en aquellos momentos contaba el ejército franquista contrastaba con la republicana. Los Cuerpos de Ejército de Castilla, de Galicia, el Marroquí, el Cuerpo de Tropas Voluntarias italianas (CTV), así como la 1ª División de Navarra iban a tomar parte en la conquista en la denominada Zona Sur del Ebro. A esta gran cantidad de tropas y material bélico se agregaron toda el arma de aviación con que contaba Franco: la propia Aviación Hispana, la Aviación Legionaria italiana y la Legión Cóndor alemana. Los días previos al inicio de la batalla, los grandes aviones bombarderos se encargaron de ir preparando el terreno destruyendo aquellos objetivos que pensaban podían dificultar su ataque o bien pudieran facilitar las acciones al enemigo. Así bombardearon puentes en Caspe y Sástago para evitar la llegada de cualquier tipo de ayuda desde la zona norte e impedir una posible retirada; destruyeron aeródromos y aviones en Sariñena, Bujaraloz y Caspe con el fin de imposibilitar el despegue de aviones que atacaran sus propias fuerzas. La realidad es que a pesar de que las fuerzas terrestres iniciaron sus acciones el día 9 de marzo, la ofensiva comenzó 6 días antes, el 3 de marzo, con el tremendo bombardeo de la ciudad de Alcañiz, ya citado, que dejó cientos de muertos bajo los escombros. Este bombardeo de Alcañiz se ha denominado el Guernica aragonés. Los días 6,7, y 8, previos al inicio de las operaciones, continuaron los bombardeos preparando el terreno a las tropas terrestres. Lugares cercanos al frente y otros más alejados, pero que se consideraban interesantes destruir, tuvieron la funesta visita de los aviones. La Puebla de Híjar e Híjar no fueron ajenos a estos castigos. El día 6, Híjar ya fue bombardeada, aunque con pequeñas consecuencias. Los grandes bombardeos que sufrió la Villa de Híjar tuvieron lugar en plena ofensiva de la rotura del frente de Aragón. Fueron tres días consecutivos, el 10, 11 y 12 de marzo los que la población sufrió las consecuencias de las bombas alemanas. En la distribución de las tropas y de los aviones para el ataque definitivo sobre esta comarca, fue la aviación alemana, la famosa Legión Cóndor, la encargada de dar apoyo y facilitar la labor de conquista a las tropas del Cuerpo de Ejército Marroquí que se encontraban al mando del ya general Yagüe. Tanto Híjar como Caspe, entre otras poblaciones, fueron bombardeadas por las tropas y las bombas alemanas. Fueron los enormes Heinkel 111 los que descargaron sus bombas sobre las casas, las tropas y sobre la población civil, un ensayo y un entrenamiento de lo que luego llevarían magistralmente a la práctica y a gran escala durante la Segunda Guerra Mundial.

Los hijaranos habían previsto un posible ataque aéreo y habían preparado diversos refugios antiaéreos para que la población pudiera resguardarse y evitar las consecuencias de las bombas. Nadie podía imaginar que precisamente uno de esos refugios iba a ser la tumba de varios de sus convecinos, alrededor de 30. Mariano, un hermano de mi abuelo paterno, perdió a su mujer y 5 hijos de una tacada. Las consecuencias de los bombardeos fueron notables y visibles en la población. Además de los muertos y heridos, además del miedo y el terror que produjeron en cuantos vivieron aquellos bombardeos, los edificios, el pueblo mismo, sintió y sufrió sus consecuencias. El castigo que sufrió la población y la villa hijarana fue muy notable, como acabamos de ver, probablemente exagerado para su importancia logística. El frente ya había sido roto, las tropas estaban en absoluto repliegue, ofreciendo muy poca resistencia al avance de las fuerzas franquistas. No había hombres de refresco ni en retaguardia que hicieran pensar en un castigo tan grande a una población. Lo que sí conocemos perfectamente son los daños que causaron los bombardeos franquistas sobre las casas de la Villa, gracias a la información que fue enviada con fecha de julio de 1942 para efectuar los descombros de los mismos con cargo a la Dirección General de Regiones Devastadas, merced a haber sido designada Híjar como pueblo adoptado por Franco”.  

Fin de las palabras de Maldonado.

Como he comentado al principio, Híjar fue adoptado por el Caudillo, para lo que continúo con la crónica del “Amanecer” de 18 de marzo de 1942:

72338043“Fue el 13 de marzo de 1938 cuando esta localidad se vio liberada por el victorioso Ejército Nacional. Es el 13 de marzo de 1942 cuando se recibe la noticia de que este pueblo ha sido adoptado por el Caudillo. Constituyen, pues, dos fechas tan memorables para esta villa, que el vecindario no podrá olvidarlas nunca. Con la primera, las dos Españas se van convirtiendo en una; con la segunda, sigue siendo un hecho real la conversión de nuestra Patria, en una España grande y libre de ruinas y miserias. Es tanta la emoción que reina en estos momentos en esta localidad que podríamos condensar nuestra crónica, diciendo que al conocerse la noticia de la adopción, ha habido una auténtica explosión de entusiasmo tan enorme y tan general, que es indescriptible. Hallábase la mayor parte del vecindario en el miserere, elevando sus plegarias al cielo, cuando por telégrafo se ha recibido la noticia de haber sido adoptado este pueblo por el Caudillo.

El párroco, don Vicente Gimeno, es el primero que da la noticia al pueblo. Inmediatamente las campanas entonan un himno de alegría. Terminada la ceremonia religiosa, era casi imposible el andar por las calles, pues todo el vecindario está frenético de júbilo. Seguidamente, y como por encanto, aparece toda la juventud, haciendo vibrar todo el pueblo con el típico tocar de sus tambores. La alegría es desbordante. No se habla de otra cosa. Todo el mundo desearía que estuviera nuestro Caudillo para testimoniarle nuestro agradecimiento. Por la noche sale una rondalla que festeja el acontecimiento con sus coplas alusivas al mismo. Nadie duerme, ya que no se lo permite la emoción ni los tambores, que no cesan en toda la noche.

El día 14 se celebra una manifestación popular, presidida por las autoridades civiles, militares, eclesiásticas y jerarquías del Movimiento, la cual sale de la Plaza de la Villa y después de recorrer las principales calles, vuelve al mismo sitio, donde el señor alcalde, Don Pedro José Sancho, manifiesta su satisfacción al poder comunicar que, como fruto de las gestiones realizadas por los buenos hijaranos, tanto de los que viven en el pueblo como de los que residen fuera, se ha podido conseguir la Adopción de Híjar por el Caudillo, y lleno de emoción y entusiasmo, resume su agradecimiento al Generalísimo, dando los gritos de Franco, Franco, Franco.

Seguidamente el señor párroco, don Vicente Gimeno, pone a la consideración de todos la gratitud que merece el señor alcalde por su tesón en velar por los intereses del pueblo, y expone en lúcidos párrafos la predilección que el Caudillo siente por los pueblos que sufrieron por la guerra, y de manera maravillosa hace ver cómo siendo equivalente adopción a afecto, éste debe reinar entre todos los vecinos, para así conseguir el verdadero engrandecimiento del pueblo y el bienestar entre todo el vecindario.

A continuación, el camarada Ángel Romeo, Jefe Local de la Falange, recogiendo la idea expuesta por el señor párroco, insiste en que la nobleza del Caudillo, al conceder este beneficio, sin mirar si es para derechas o izquierdas, debe servir de ejemplo para unirnos a todos para laborar por la prosperidad de España, advirtiendo que la Falange está siempre dispuesta y con el mismo espíritu del 18 de julio de 1936, para defender y cumplir las órdenes de Franco. Se cierra el acto cantándose el himno de la Falange, dando los gritos de ritual el alférez de la Guardia Civil, don Ricardo Blanco. Terminamos nuestra crónica, felicitando efusivamente a las autoridades y a todos cuantos han intervenido en la consecución de este beneficio y rindiendo la más sincera y leal gratitud del pueblo de Híjar al Generalísimo Franco”. Fin de la crónica del Amanecer.

En el Decreto de adopción, acompañaron a Híjar las poblaciones de: Montoro y Pozoblanco, de Córdoba; Deifontes y Jayena, de Granada; Artesa de Segre y Mayals, de Lérida; Torrelló, de Barcelona; Tardienta, de Huesca; y Sarrión, de Teruel.

También podemos conocer los acontecimientos relacionados con La Adopción de Híjar por el Caudillo en el Libro de Actas del Ayuntamiento. Vamos a verlos.

El Ayuntamiento que presidía Pedro José Sancho Viraque, en Pleno de 13 de marzo de 1942, manifestó la gran importancia que tenía para Híjar la Adopción. A su vez declaró festivo el día 14, invitando al vecindario para exteriorizar su alegría y agradecimiento en una manifestación pública y que se cursaran los oportunos telegramas de agradecimiento y adhesión al Caudillo, al Ministro de la Gobernación, al Director General de Regiones Devastadas, al Subsecretario del Ministerio de la Gobernación, al Gobernador Civil, al Jefe Provincial de F.E.T. y de las J.O.N.S., y a todas aquellas personas de Madrid y Zaragoza que pusieron a disposición de la adopción sus amistades.

Del mismo modo, en Pleno de 15 de septiembre de 1942, merced a una propuesta suya y en justa compensación a los desvelos y actividades desplegadas en la pasada Cruzada de Liberación por el Excmo. Sr. General Franco y el acierto con que llevó a feliz término la campaña de exterminio del comunismo en el suelo patrio, a la vez que para perpetuar esta gesta, sirviendo de reconocimiento y admiración a generaciones venideras y creyendo interpretar fielmente el sentir del vecindario de esta Noble, Leal y Antiquísima Villa de Híjar, se aprobó por unanimidad: Dar el nombre de Avenida del Generalísimo a la vía pública que empieza en Arrabal del Puente y termina en la carretera de Alcañiz. Asimismo y con el fin de perpetuar la memoria del fundador de la Falange, vilmente asesinado por las hordas rojas en la pasada Guerra de Liberación y creyendo interpretar fielmente el sentir del vecindario por unanimidad se aprobó dar el nombre de José Antonio Primo de Rivera, a la vía pública que empieza en Avenida del Generalísimo y termina en la carretera de Samper.

A su vez siendo alcalde, las fiestas patronales de septiembre de 1942 se denominaron Fiestas de la Adopción, como homenaje y gratitud al Caudillo de España, Generalísimo Franco, por haber decretado la Adopción de la Villa de Híjar, en atención a lo mucho que sufrió en vidas y enseres, y a  fin de reparar en lo posible los destrozos y ruinas del dominio comunista sectario. La Comisión estaba presidida por el Alcalde, Pedro José Sancho Virache. El Rosario de Cristal, una de las procesiones más señaladas de las fiestas, lo presidió el Gobernador Civil, José Mª Sánchez Ventura. Se inauguró el Monumento a los Caídos en la Guerra de Liberación, y se descubrieron las placas de las calles de Franco y de Primo de Rivera. Estuvieron en las fiestas la Banda del Hogar Pignatelli de Zaragoza y varias rondallas de varios pueblos. Actuó el grupo de las Gitanillas. Hubo novilladas en la plaza portátil, fuegos artificiales, carrera ciclista, cucañas, bailes, etc.

Artículos relacionado:
Teruel, el 'pequeño Stalingrado' español
El exilio interior del magisterio durante la dictadura franquista

La Adopción de Híjar (Teruel) por el Caudillo en 1942