sábado. 27.04.2024
M0000148 Louis Pasteur [1822 - 1895], microbiologist and chemist
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Louis Pasteur [1822 - 1895], French microbiologist and chemist in his laboratory
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1920's By: Ernest BoardPublished:  - 

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Retrato de Louis Pasteur inoculando la rabia en el cerebro de un conejo, Disponible en https://wellcomecollection.org/works/nenw689s/items Consultado 2/12/2022

El 27 de diciembre de 2022 se cumplen 200 años del nacimiento del químico Louis Pasteur, uno de los científicos cuya obra ha tenido más amplia y mayor repercusión. La obra de Pasteur forma parte de nuestra existencia diaria.

Su obra comenzó en equilibrio entre la física y la química: si el estudio de las propiedades de los cristales minerales es papel de la física, y el de la composición y propiedades de los productos químicos está en el terreno de la química, Pasteur escogió estudiar, combinando los recursos de ambas ciencias, el efecto que producen algunos compuestos químicos capaces de cristalizar cuando incide sobre ellos la luz polarizada, desviándola a izquierda o derecha, y la relación de este efecto con su composición química, lo que le llevó a explicar un nuevo fenómeno, el de la isomería óptica[1], y a la fundación de la nueva rama de la química que la estudia, la estereoquímica, que se ha desarrollado durante el siglo XX.

Estos estudios sobre la actividad óptica de los cristales enlazan con la microbiología, al explicar la presencia de ciertos isómeros como el resultado de la actividad de sustancias que facilitan la reacción química, pero sin intervenir en ella. Sustancias que ya eran conocidas como fermentos (y el resultado de su actuación como fermentación), pero que Pasteur pensó que se trataban de organismos vivos.

El proceso de pasteurización (…) tiene su repercusión en la economía de las empresas al prolongar la vida de los productos y facilitar con ello su conservación y distribución

A partir de estos trabajos se produjo la vinculación con la industria, puesto que las fermentaciones y sus alteraciones en el caso concreto de la producción de alcohol (la fermentación alcohólica, que lo produce a partir de azúcares, y acética que provoca el avinagramiento) serían una consecuencia de la actividad de ciertos microbios. Cuando con la pasteurización se consiguió controlar esta actividad, se solucionó uno de los problemas más serios de la producción industrial de vinos y cervezas. El proceso de pasteurización que lleva el nombre del científico nos permite, en la actualidad, no sólo acceder a alimentos libres de contaminación biológica, sino que también tiene su repercusión en la economía de las empresas al prolongar la vida de los productos y facilitar con ello su conservación y distribución. Hasta cierto punto, una buena parte de la industria alimentaria descansa sobre el proceso desarrollado por Pasteur.

M0013300 Apparatus used by Pasteur in experimentsCredit: Wellcome Library, London. Wellcome Imagesimages@wellcome.ac.ukhttp://wellcomeimages.orgApparatus used by Pasteur in experiments on alleged spontaneous generation.Memoire sur les corpuscles organises qui existent dans l'atmosphereLouis PasteurPublished: 1862Copyrighted work available under Creative Commons Attribution only licence CC BY 4.0 http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
Aparatos para las experiencias sobre la generación espontánea. En: Mémoire sur les corpuscules organisés qui existent dans l'atmosphère : examen de la doctrine des générations spontanées / par L. Pasteur. 1882. Disponible en https://wellcomecollection.org/works/njdg2696/images?id=npmfadq9 Consultado 2/12/2022

Esta línea de trabajo le llevó, además, al descubrimiento de que algunos de estos organismos son capaces de sobrevivir en ausencia de aire (los denominó anaerobios, y así seguimos designándolos). También a intentar demostrar de forma definitiva y experimental la imposibilidad, incluso entre los seres microscópicos, de que un ser vivo aparezca en determinado medio sin unos progenitores de la misma especie. Desde Pasteur quedó descartada definitivamente la posibilidad de la generación espontánea.

Su éxito en la industria de la cerveza y el vino hizo que fuera reclamado para la solución de otro problema de importancia económica para Francia: las enfermedades de los gusanos de seda, que finalmente atribuyó a la actuación de ciertos microorganismos y para las que creó medios de control.

La Medicina y la sanidad a partir de Pasteur

En nuestro caso, nos interesa especialmente que la amplia obra de Louis Pasteur, además de sus aplicaciones prácticas inmediatas ya comentadas, tuvo unas derivaciones que han transformado, en todos los sentidos, la actividad sanitaria. Y esta transformación parte de la demostración de que detrás de las enfermedades infecciosas se encuentran seres vivos microscópicos.

La transformación de la actividad sanitaria parte de la demostración de que detrás de las enfermedades infecciosas se encuentran seres vivos microscópicos

De manera directa sus trabajos fueron decisivos para a) la difusión de las técnicas de asepsia y antisepsia, b) para la creación de la inmunología como ciencia que trata de desentrañar los mecanismos del fenómeno de defensa frente a las enfermedades microbianas, así como para la utilización de este fenómeno como una técnica preventiva y curativa: la inmunoterapia. De sus trabajos surge una consecuencia lógica que es c) el intento de combatir a los microbios responsables de la enfermedad con medicamentos específicos, los antibióticos y los quimioterápicos antiinfecciosos. Y la confluencia de todo ello desembocó en d) una transformación profunda de las concepciones y actuaciones en el campo de la sanidad pública.

a) Asepsia y antisepsia

Aunque desde el siglo XVIII algunos médicos (Charles White, Thomas Watson, Oliver Wendell Holmes, Ignaz Semmelweis...) venían proclamando la necesidad de mantener una estricta higiene en manos y ropas de los cirujanos, fue la obra de Pasteur la que dio su fundamentación científica. El descubrimiento de Pasteur de que detrás de putrefacciones, infecciones y sepsis había siempre un microbio, y el descubrimiento de que estos microbios no se podían generar espontáneamente sobre el cuerpo de las personas, sino que necesariamente procedían de un contagio, dieron la justificación definitiva para mantener la asepsia en las intervenciones quirúrgicas.

Fue Joseph Lister (1827-1912), buen conocedor de la obra de Pasteur, quien con una serie de artículos publicados en la revista Lancet a partir de 1897 difundió la idea de que las bacterias presentes en el aire, las manos o el instrumental médico, penetraban en las heridas causando supuración y putrefacción Era por eso necesario destruir las bacterias que pudieran existir alrededor de las heridas y aplicar vendajes o paños impregnados en alguna sustancia bactericida. Consiguió con ello la reducción drástica de la mortalidad quirúrgica, y el método antiséptico se extendió en la práctica médica.

En España se relaciona, desde 1880, en Cataluña con Salvador Cardenal, Antonio Morales Pérez, Miguel Fargas o Nicolás Ferrer, en Valencia con Juan Aguilar y Lara o Miguel Mas Soler, en Murcia con Agustín Ruiz Martínez, etc.

El descubrimiento de que estos microbios (…) necesariamente procedían de un contagio, dieron la justificación definitiva para mantener la asepsia en las intervenciones quirúrgicas

b) Inmunología e Inmunoterapia

Edward Jenner (1749-1823) había descubierto casualmente que las personas que trabajaban con el ganado vacuno, podían contagiarse de una enfermedad muy benigna propia de él (cow pox, o viruela vacuna), y que esta enfermedad les protegía de la infección por la extremadamente grave viruela humana (small pox), lo que le llevó a desarrollar un procedimiento de inoculación de la viruela vacuna para prevenir la humana[2]. Pero la causa y el mecanismo de este fenómeno estaban por dilucidar.

Una vez que Pasteur sospechó la implicación de microbios en la aparición de diversas enfermedades, inició investigaciones para identificarlos en diversos procesos patológicos de aves, corderos, vacas... Fue precisamente en la investigación acerca del cólera aviar cuando otra casualidad hizo que Pasteur descubriera que unos cultivos del microbio responsable, viejos, abandonados, que habían perdido su capacidad de generar enfermedad, eran sin embargo capaces de defender a los animales inoculados con ellos de los efectos patológicos de cultivos virulentos. Para el científico resultó lógico investigar este efecto también en el carbunco y otras enfermedades, creando un procedimiento que él mismo denominó vacunación, como homenaje a Jenner.

Siguiendo los pasos de Pasteur, Jaime Ferrán (1851-1929) creó la primera vacuna bacteriana humana, la del cólera (1895), al tiempo que Pasteur creaba la vírica contra la rabia. Su éxito y la demanda de vacunas en todo el mundo hicieron insuficiente el laboratorio de Pasteur y llevaron a la fundación, por suscripción popular, del Instituto Pasteur, que de forma inmediata creó sucursales en todo el mundo.

La demanda de vacunas en todo el mundo hicieron insuficiente el laboratorio de Pasteur y llevaron a la fundación, por suscripción popular, del Instituto Pasteur

La investigación de los mecanismos de la inmunidad irían después desvelándose con las contribuciones de Ilia Metchnikoff, Émile Roux, Alexander Yersin, Emil von Behring, Paul Ehrlich y otros.

c) Terapia con antibióticos

Una de las consecuencias más evidentes de la concepción de la enfermedad como una manifestación de la invasión del organismo sano por un microbio, es el intento de desarrollar medicamentos capaces de destruir selectivamente a los microbios invasores, devolviendo la salud al organismo invadido. Esta es la consecuencia más lógica para la tradición terapéutica de la medicina occidental, que históricamente ha buscado antídotos específicos para las distintas enfermedades y sus manifestaciones.

En realidad, si no fuera por los antecedentes ya conocidos de inmunización contra la viruela, esta idea llegaría a ser, incluso, más obvia que el camino desarrollado por Pasteur de combatir la enfermedad por mecanismos inmunológicos, creando vacunas que actuarán como barrera frente a futuras invasiones, o, como en el caso de la rabia, a una invasión ya iniciada pero aún no manifiesta.

Figura 3 balas mágicas
Consecuencia de los trabajos de Pasteur fue la búsqueda de medicamentos que atacasen selectivamente a los microbios, sin dañar a los pacientes (“balas mágicas”). Publicidad de la película (1940) dirigida por William Dieterle.

La escuela francesa, con Pasteur a la cabeza, se dedicó fundamentalmente al desarrollo de la terapéutica inmunológica, mientras que la alemana de Robert Koch perseguía la destrucción especifica del microorganismo. Precisamente un discípulo de Koch, Paul Ehrlich, creó la idea de unas “balas mágicas” que Introducidas en el organismo enfermo destruyeran selectivamente al agente causal de la enfermedad. Él mismo creo la primera de estas balas mágicas: el producto 606 de sus experiencias, un derivado del arsénico al que denominaron salvarsán (arsénico salvador), para el tratamiento de la sífilis. Alexander Fleming publicaría en 1929 su trabajo de varios años en el que demostraba que la presencia del hongo Penicilium ejercía una acción antibacteriana, pero la aplicación clínica de la penicilina no se consiguió hasta la década de 1940.

Paul Ehrlich, creó la idea de unas “balas mágicas” que Introducidas en el organismo enfermo destruyeran selectivamente al agente causal de la enfermedad

d) La transformación de la actividad sanitaria

Durante la mayor parte del siglo XIX, con la obra de autores como Claude Bernard, François Magendie, Victor Broussais, etc. se concibe la idea de que la diferencia entre salud y enfermedad es solo cuantitativa y no cualitativa; los procesos que ocurren durante una enfermedad son los mismos que en salud, exacerbados o atenuados. Y con ello prevaleció en la ciencia médica la idea de que las enfermedades infecciosas eran consecuencia de la modificación de esos procesos por emanaciones pútridas, “miasmas”, producidos por las deficientes condiciones de vida de la población en la revolución industrial (contaminación, deficiente higiene pública, hacinamiento, insuficientes condiciones de habitabilidad de las viviendas...).

Simultáneamente, partir de los trabajos de Chadwick y el Sanitary Movement británico, se extendía también la preocupación por la “cuestión obrera”, las condiciones de vida de los trabajadores en la sociedad capitalista creada por la revolución industrial.

La consecuencia fueron las propuestas de la Medicina Social, uno de cuyos más destacados representantes, Rudolph Virchow, sostenía que “los sujetos de la terapia no son enfermedades, sino condiciones; en todas partes estamos solo interesados en cambiar las condiciones de vida. Enfermedad no es más que vida en condiciones alteradas”, y que “la medicina es una ciencia social y la política no es otra cosa que la medicina en gran escala”.

Con Pasteur y Koch se centra el combate contra el microbio con los recursos preventivos (vacunas y sueros inmunes) o terapéuticos (antibióticos)

La obra de Pasteur (junto a la de Robert Koch) suponen un autentico giro copernicano en estas concepciones. Puesto que la enfermedad procede de un agente microbiano y no de los miasmas producidos por las condiciones de vida, ya no es necesaria la actividad política que se ocupe de estas condiciones, sino estrictamente el combate contra el microbio con los recursos preventivos (vacunas y sueros inmunes) o terapéuticos (antibióticos) que la ciencia puede ofrecernos. El objetivo dejó de ser la comunidad para fijarse en el individuo. De la responsabilidad pública se pasa a la privada, y de la actividad colectiva a la individual.

La obra ingente de Pasteur se valora mejor si tenemos en cuenta que se enfrenta a las  consecuencias de seguir aplicando habilidades técnicas heredadas del pasado, cuando la Revolución Industrial ha desbordado esas magnitudes de tiempo y de cantidad. La evolución del mercado impone la necesidad de incrementar las cantidades de mercancías y de reducir los plazos de entrega de las mismas. Continuas llamadas de atención señalan que el método usado cotidianamente ya no da más de sí. El avinagramiento del vino y la cerveza, la acidificación de la leche, la aparición de súbitas epizootias en la aumentada crianza de animales para la alimentación o para la industria de la seda, etc. constatan que las costuras en los modelos de funcionamiento tradicionales no dan más de sí. Urge resolver estas disfunciones aplicando las enseñanzas de las nuevas ciencias. Precisamente la química, que Lavoisier consagró como ciencia unos cien años antes en Francia, ofrecerá soluciones con sus métodos cuantitativos.

Bibliografía:

  • Báguena MJ, Portela E (eds). Pasteur. Antología. Barcelona: Península; 1988
  • Balaguer Perigüell E, Ballester Añón R. Positivismo. Medicina y sociedad: la enfermedad y su prevención. En: P. Laín Entralgo (dir). Historia Universal de la Medicina. Barcelona: Salvat; 1976. vol. 6, págs. 363-370.
  • Sáez Gómez JM. Pasteur. Un benefactor universal. Madrid: Nivola; 2004
Notas:
  • [1] Son isómeros los compuestos químicos que tienen la misma fórmula molecular, pero distinta disposición estructural. Los isómeros ópticos tienen, además, la propiedad de desviar la luz polarizada en un sentido u otro según sea su estructura.
  • [2] Jenner publicó sus trabajos entre 1798 y 1801. No sin resitencias el procedimiento fue extendiéndose. La monarquía española patrocinó la expedición que dirigió el médico alicantino Francisco Xavier Balmis, para llevar la vacuna a las colonias españolas del caribe, América y Filipinas. Fue la primera campaña sanitaria internacional, y la viruela la primera enfermedad declarada oficialmente como extinguida en 1979.

Otros textos de los autores: 'La medicina en la historia'

José Miguel Sáez Gómez y Pedro Marset Campos | Catedráticos de Historia de la Medicina. Universidad de Murcia


 

Las consecuencias científicas y sociales de la obra de Louis Pasteur (1822-1895)