martes. 30.04.2024

La ocupación humana en Etiopia es de las más antiguas en el planeta y es posible que la aparición del primer homo sapiens de produjera en este país. Su historia comienza hace tres mil años antes de Cristo y se basa en el descubrimiento arqueológico de Lucy, uno de los primeros homínidos hallados y debido a esto se le conoce al país como la Cuna de la Humanidad.

  1. El reino de Aksum
  2. El reino de Zagwe
  3. La dinastía salomónica
  4. El sultanato de Adel
  5. Período Gondar entre los años 1632 al 1855
  6. La era de los príncipes y el reinado de Teodoro II de Etiopía
  7. El emperador Menelik II y el Reparto de África
  8. Reinado de Haile Selassie I

Los primeros datos que conocemos de la actual Etiopia proceden de comerciantes egipcios que ya visitaron el país alrededor del año 3000 a. C., que dan el nombre de Punt y Yam.

Eran las tierras de los dioses y donde los comerciantes egipcios compraban perfumes como incienso y mirra, además de marfil, ébano y esclavos.

La expedición egipcia que aportó más datos de este país fue la de la faraona Hatshepsut, en el siglo XV a. C. con la finalidad de conseguir mirra.

El reino de Saba que es mencionado en el Antiguo Testamento se le relaciona con Etiopía. Si seguimos las leyendas existentes, el rey Menelik I fue hijo del rey Salomón y de la reina de Saba que se dice fue el fundador del Imperio de Etiopía.

Si seguimos las fuentes bíblicas, en el país se practicaba el judaísmo antes de la introducción del cristianismo en el siglo I a. C. El usó del judaísmo provocó la mayor leyenda histórica del país, cuál era la Reina de Saba.

Siguiendo esta leyenda, Menelik I sustrajo del antiguo Israel el Arca de la Alianza y fue llevada a Etiopía. Según las creencias etíopes este Arca se encuentra actualmente en la ciudad de Aksum, custodiada por unos monjes cristiano ortodoxos.

Durante el primer milenio existieron una serie de potentes emigraciones de pueblos semitas desde el sur de Arabia, hacia la zona de Eritrea. Tanto Eritrea como Etiopía tuvieron contacto intenso no sólo con Egipto sino también con las civilizaciones griega y romana.

Hubo una intensa relación comercial y cultural entre Etiopía y Eritrea, dando lugar a la aparición del reino de Aksum, que comprendía los territorios de Etiopía, Eritrea y Yemen.

La reina de Saba, que es una monarca reivindicada tanto por los etíopes como por los yemeníes, visitó Jerusalén y se produjo su unión con el rey Salomón y fruto de dicha relación nació Menelik I fundador de la dinastía salomónica que veremos posteriormente.

La llegada de la religión musulmana se produce en el siglo VII y coexistió con el cristianismo de forma pacífica hasta el siglo XIII que provocaron continuas guerras en el siglo XIV. A finales del siglo XIV llegan los portugueses que auxilian a la Etiopia cristiana, consiguiendo la hegemonía del mundo cristiano.

Llegados al siglo XX destaca el reinado de Haile Selassie conocido como el Negus que gobernó el país entre los años 1930 y 1974, y que dicho reinado fue interrumpido por la ocupación italiana entre los años 1933 a 1941

Tras la muerte de Haile Selassie llegó un régimen comunista liderado por Mengistu que gobernó el país entre los años 1974 al año 1991.

El reino de Aksum

El primer estado conocido de la actual Etipía se corresponde con el reino de Aksum, que toma el nombre de la ciudad de Aksum. Su origen se encuentra en la lelgada alrededor del año 400 a. C. de colonos provenientes del sudoeste de Arabia.

Las tierras altas etíopes, con su monzón anual habitual y su suelo fértil, llevaban habitadas desde la Edad de piedra. La agricultura y el comercio con Egipto, el sur de Arabia y otros pueblos africanos, como hemos visto, garantizaron el surgimiento del poderoso reino de Aksum, que se fundó en el siglo I d.C. Se sabe que se comerciaba con la India y el imperio Bizantino a través del puerto de Adulis, situado en el mar Rojo.

Este floreció entre los siglos III y VI d.C., y perduró como una entidad política mucho más pequeña hasta el siglo VIII. Se convirtió en la principal potencia de la región como lo podemos comprobar mediante el profeta persa Manes que lo cita como uno de los grandes imperios de la época, junto con Roma, China y Persia

El reino de Akxum fue el primer estado subsahariano en adoptar oficialmente el cristianismo en torno al año 350 d.C. Axum. También creó su propio sistema de escritura, llamada Ge'ez, que todavía se sigue usando hoy en día en Etiopía. El idioma ge’ez procede de la época del rey Ezana y acabó sustituyendo al griego en la liturgia y aun hoy en día es la lengua litúrgica de la iglesia etíope.

El cristianismo fue introducido en el país por el monje sirio, Frumencio, que posteriormente fue nombrado obispo de Etiopía por parte de San Atanasio que era patriarca de Alejandría.

El obispo Frumencio consiguió la conversión del rey Ezana del que se conservan algunas inscripciones. La iglesia etíope procede de la iglesia copta de Alejandría que permaneció fiel al credo monofisita [1], condenado en el concilio de Caldedonia en el año 451 d. C

Por todo este reino cristiano se construirían iglesias, se fundarían monasterios y se hacían traducciones de la Biblia. La iglesia más importante de Akxum era la iglesia de Maryam Tsion, que según los textos medievales etíopes posteriores guardaba el Arca de la Alianza.

El Arca, donde se guardan las tablas de piedra originales de los Diez Mandamientos que entregó Dios a Moisés, se supone que todavía está allí, pero como nadie tiene permitido verlo, es difícil confirmar su existencia.

El monasterio más importante de Akxum estaba en Debre Damo y fue fundado en el siglo V por el asceta bizantino San Aregawi, uno de los célebres nueve santos que trabajaron en la región para expandir el cristianismo estableciendo monasterios. El éxito de estos esfuerzos supuso que el cristianismo se siguiera practicando en Etiopía hasta el siglo XXI.

El reino de Akxum entró en decadencia a partir del siglo VI d.C. Parece ser que, a partir del siglo VIII, el avance del islamismo fue dificultando el desarrollo del comercio en el mar Rojo, obligando a un repliegue hacia el sur.

Las causas de su decadencia son:

- Un uso excesivo de la tierra agrícola.

- Las incursiones de pastores bedja [2] del oeste.

- La creciente competición por las redes comerciales del mar Rojo de los árabes musulmanes.

El corazón de Akxum se movió hacia el sur mientras que a la ciudad de Akxum le fue mejor que al reino del mismo nombre y nunca ha perdido su importancia religiosa. En el siglo VIII d.C. el puerto akxumita de Adulis fue destruido y el reino perdió el control del comercio regional a manos de los musulmanes. Fue el fin del estado, pero no de su cultura.

Quedan algunos restos arqueológicos del reino de Aksum, como los obeliscos de Aksum o de Matara, que son sin duda monumentos funerarios de los principales reyes.

El reino de Zagwe

A partir del siglo VIII, el reino de Aksum quedó totalmente aislado en el mar Rojo. La ciudad de Massawa cayó en manos de los musulmanes y el puerto de Adulis fue destruido totalmente.

Durante dos siglos, el reino etíope se vio obligado a replegarse hacia el interior, hacia las mesetas meridionales de Amhara y del Shoá. Hubo intentos de recuperar los territorios perdidos. Massawa fue reconquistada a inicios del siglo X, y las islas de Dahlák y de Zeila se convirtieron en tributarias de los etíopes.

Hacia el año 1000, una princesa no cristiana llamada Judit venció al último de los reyes de Aksum, aniquilando a toda la familia real y según la leyenda existente, solamente se salvó el heredero, que posteriormente restauraría la dinastía y persiguió ferozmente a los cristianos.

Judit y sus descendientes dirigieron Etiopia hasta el año 1137, en que un agua llamado Mara Takla Haymanot los derrocó, estableciendo la dinastía Zagwe.

En el tiempo entre Akxum y el reino de Abisinia hubo un tercer reino, el de Zagwe, con su capital en Roha, a 300 kilómetros al sur de Akxum. Fundado en el año 1137 d.C. por un comandante de Lasta en circunstancias poco conocidas y gobernó hasta el año 1270 que fue derrocada.

Su capital fue la ciudad de Roha que se corresponde con la actual ciudad de Lalibela, en Lasta.Este reino nuevo siguió promoviendo el cristianismo en la región y seguía teniendo muchas de las tradiciones culturales y artísticas de Aksum.

El reino se expandió de su región central en el norte de Etiopía gracias a un poderoso ejército y bien equipado, especialmente en el sur y el oeste paganos. Un rey famoso, Lalibela que gobernó entre los años 1185 y 1225, que ordenó construir iglesias cortadas en la roca y estas tuvieron tal efecto en la población que se cambió el nombre de la capital en su honor.

El cristianismo, que era dirigido por el patriarca de Alejandría, continuó como el hilo que uniría varios estados políticos en la historia de Etiopía. El país construyó más de 1.500 iglesias excavadas en la roca.

Los diseños siguen la forma de la basílica romano-bizantina tradicional con naves, galerías y una nave abovedada, pero hay muchas variaciones, tales como la Iglesia de San Jorge de Lalibela construida entre los siglos XI al XII d.C. con una disposición distintiva en forma de cruz.

El ejemplo más grande es Beta Madhane Alem, que también se encuentra en Lalibela. La mayoría de las iglesias no se pueden datar porque no hay inscripciones ni restos fiables, pero son un argumento convincente de que Etiopía no sufrió una época oscura culturalmente entre Axkum, Zagwe y el reino de Abisinia.

La dinastía salomónica

El reino medieval de Abisinia fue fundado por la dinastía salomónica en torno al año 1270 d. C. El último rey de Zagwe fue destronado por Yekuno Amlak, que se suponía descendiente de los reyes de Aksu, quien restauró la dinastía salomónica.

El primer gobernante fue Yekuno-Amlak que reinó entre los años 1270 a 1285, que era un líder local de Amhara. Esta dinastía recibe este nombre porque se proclama heredera, a través de los reyes de Aksum, de Menelik I, que como hemos visto se supone es hijo de Salomón y la reina de Saba.

Es probable que esta dinastía viera a los reyes de Zagwe como usurpadores, una interrupción en la dinastía que había gobernado Akxum, por lo que buscaron el apoyo de las facciones anti-Zagwe que se habían opuesto continuamente a su gobierno a lo largo de los siglos XII y XIII.

La dinastía de Zagwe contribuyó a su propia caída con disputas sobre el derecho de sucesión. Incluso el gran Lalibela fue depuesto brevemente por su propio sobrino.

Yekuno-Amlak y sus sucesores, según las tradiciones orales y escritas de la Edad Media, afirmaban ser descendientes directos del rey Salomón de la Biblia y de Makeda, la reina de Saba, que según esta tradición se equipara con Etiopía, pero que es más probable que fuera el sur de Arabia, de ahí el nombre de la dinastía salomónica.

La historia dice que la reina de Saba visitó al rey Salomón en Jerusalén tras oír hablar de su gran sabiduría. La pareja real disfrutó de un encuentro amoroso, fruto del cual nacería un hijo llamado Menelik. Cuando se hizo mayor, Menelik también fue a Jerusalén y, gracias a uno de sus compañeros de viaje, regresó a Akxum con un premio importante, el Arca de la Alianza.

Puede que sea una afirmación dudosa, de hecho, no hay ninguna evidencia directa de que un rey Salomón histórico gobernara Israel en el siglo X d.C., pero parece que los propios reyes de Etiopía creían en su ascendencia, o por lo menos así lo afirmaban públicamente.

Cuando le preguntaron por sus antepasados, el rey Zara Yakob, que reinó entre los años 1434 al 1468 d. C., afirmó osadamente lo siguiente en su coronación: “Soy el hijo de David, el hijo de Salomón, el hijo de Melenik”.

Puede que esta afirmación fuera inventada, y ciertamente se perpetuó para dar legitimidad a la línea salomónica. Muchos reyes salomónicos celebraron su coronación en Akxum por la conexión que tenía con el Arca de la Alianza.

Es interesante destacar que en la literatura etíope sobre lo que constituye un buen rey hay dos cosas que se consideran vitales:

- Descender de una persona, como Salomón, que había hecho una alianza sagrada con Dios.

- Poseer el Arca sagrada de la Alianza.

Los reyes etíopes tenían la suerte de poder afirmar ambas condiciones y, por asociación, el pueblo de Etiopía también podía afirmar ser el pueblo elegido de Dios, algo que quedaba reforzado por el aislamiento de este reino cristiano en África oriental, rodeado como estaba de estados que eran predominantemente musulmanes, judíos o que practicaban las creencias africanas tradicionales.

Para el pueblo etíope, ellos eran el segundo Israel. Esto no quiere decir que la religión tradicional africana se erradicara por completo en Etiopía, e incluso el rey realizaba un sacrificio ritual de un búfalo y un león en la coronación.

Los salomónicos establecieron su capital en Amhara, cerca de la capital actual de Etiopía, Adís Abeba. Aunque los esfuerzos por controlar el comercio costero tuvieron cierto éxito, las rutas comerciales por tierra y a lo largo del Nilo Azul demostraron ser más provechosas para los etíopes.

Los salomónicos también se disputaban el territorio con los comerciantes musulmanes del Mar Rojo, que establecieron los pequeños estados de Harar, Dawaro, Bale y Adal. Al mismo tiempo, los salomónicos expandieron su reino en todas las direcciones posibles hasta llegar a forjar un imperio que abarcaba de Shoa en el sur hasta las tierras al norte de lago Tana en la otra dirección.

Fue en esta época cuando se escribió que era el Libro de la Gloria de los reyes de Etiopía. En él se reúnen diversas tradiciones y cuyo principal propósito es fundamentar la legitimidad y continuidad de la dinastía.

De este momento histórico proviene el título “Negus negusti”, que significa rey de reyes o emperador, que distingue al soberano de Etiopía. El título marcaba la preeminencia sobre otros reyes, nominalmente tributarios.

Todos los esfuerzos de los reyes de esta dinastía iban encaminados a lograr la unidad nacional basada en la religión cristiana y en su autoridad por derecho divino.

El reino etíope estaba formado por tres provincias principales. Tigré en el norte, Amhara en el centro y Shoá en el sur. La sede del negus negusi se encontraba en la región central del Amhara.

Los reyes más importantes de esta época fueron Amdé Tsion que rein´entre lso años 1314 y 1344 y realizó conquistas en la costa del mar Rojo, llegando incluso a la península de Arabia. Zera Yagob que gobernó entre los años 434 y 1468, que era un celoso guardián de la ortodoxia religiosa, que persiguió con saña a los musulmanes y redacto el “Libro de la luz”.

El sultanato de Adel

Etiopía fue visitada por exploradores portugueses a finales del siglo XV como Pero de Covilha, quien llegó a la región en el año 1490, portador de una embajada del rey, Juan II de Portugal. Covilha creyó haber encontrado en Etiopía el reino del Preste Juan.

A principios del siglo siguiente, el emperador etíope, David II envió un emisario a la corte de Portugal y una delegación al Concilio de Florencia para solicitar ayuda contra los musulmanes. Respondiendo a esta petición, una flota portuguesa se adentró en el mar Rojo en el año 1520, y llevó una embajada ante el negus, que permaneció en el país durante seis años.

Etiopía fue invadida por un ejército musulmán del Sultanato de Adel, en el año 1529, comandado por el famoso general, Ahmad ibn Ibrihim al-Ghazi. Las tropas de David II fueron derrotadas, y los musulmanes conquistaron buena parte del territorio etíope. El negus David II falleció en el año 1540, y su heredero fue capturado por los musulmanes.

Llegó a Etiopía, procedente de la India, una flota portuguesa, que transportaba una fuerza de 400 mosqueteros en el año 1541, bajo el mando de Cristóbal de Gama que era hijo del explorador Vasco de Gama.

Al principio, apoyados por numerosas tropas etíopes, los portugueses alcanzaron algunos éxitos, pero en agosto del año 1542, fueron vencidos por al-Ghazi, en una batalla en donde perdió la vida Cristóbal de Gama. Finalmente, al-Ghazi terminó por ser derrotado y muerto en la batalla de Wayna-Daga, el veintiuno de febrero del año 1543.

Con la expedición de Cristobal de Gama llegaron a Etiopía los primeros misioneros jesuitas. Uno de ellos, Pedro Páez llegó a ser un personaje influyente en la corte del negus y dirigió la construcción de varias iglesias, muchas de las cuales se conservan en la actualidad.

Su actividad misionera logró la conversión al catolicismo de numerosos etíopes e incluso el negus Malak Sagad II, que se convirtió a la fe romana. Dicha conversión provocó numerosas sublevaciones populares y la resistencia del clero local. Malak Sagad II proclamó la libertad de elección entre el catolicismo y el coptismo.

Período Gondar entre los años 1632 al 1855

Fasilidas el Grande sube al trono en el año 1632. Se inicia el período Gondar, el cual se prolonga del año 630 al año 1769. Se decretó la expulsión de los jesuitas en el año 1633y comenzó la persecución del catolicismo, como respuesta a los conflictos provocados por la latinización del país.

Durante este período el país se encierra en sí mismo, y se traslada la capital a la ciudad de Gondar, en la cual Fasilidas manda construir una serie de palacios, pues hasta dicho momento los emperadores etíopes vivían en campamentos reales temporales, sin asentarse en forma definitiva en una ciudad.

Fasilidas inicia una campaña militar para someter al pueblo Agaw en el año 1637, emplazado en las tierras altas del norte en torno al lago Tana, ocupando el resto de su reinado en repeler las incursiones de los Oromo contra su reino. Se producen expediciones periódicas contra los Agaw.

A pesar de su política de aislamiento, Fasilidas envía en el año 1664 una embajada a la India para felicitar a Aurangzeb por su ascensión al trono del Imperio Mongol. Fasilidas muere en el año 1667.

Acabando con la política aislacionista de sus predecesores, Iyasu I recibe a un embajador francés representante de Luis XIV en el año 1689. Consolidó su autoridad sobre la iglesia copta, siendo asesinado por su hijo Takla Haimanot en el año 1706, quien asumiría el trono, reinando tan solo dos años, pues murió a su vez asesinado.

Tras el asesinato de Takla Haimanót llegó un período de gran inestabilidad política en el cual el ejército intervino frecuentemente, entronizando y deponiendo gobernantes, 7 en 24 años.

Castillo de Gondar
Castillo de Gondar

Este período de inestabilidad coincide con la decadencia del período Gondar. Este período finaliza con la ascensión al trono, en el año 1730, del último emperador del período Gondar, Iyasus II “el Pequeño” siendo aún niño, quien gobernó por 25 años recuperando en parte la estabilidad política.

Su madre, la emperatriz Mentewab, desempeñó un importante rol en el reinado de Iyasu II, así como en el de su nieto Iyoas. Mentewab se coronó a sí misma como cogobernante, convirtiéndose en la primera mujer en ser coronada de esta manera en la historia de Etiopía.

La era de los príncipes y el reinado de Teodoro II de Etiopía

Este período se desarrolla desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX, es conocido como “la Era de los Príncipes”. Se inicia con la muerte de emperador Iyasis II en el año 1755, y el consiguiente debilitamiento de la dinastía salomónica.

Es una época caracterizada por los conflictos religiosos entre las comunidades musulmanas y cristianas tradicionales. También, es un período de conflicto entre los señores feudales y el gobierno central del emperador, en el cual el poder de la monarquía fue eclipsado por el poder de los caudillos locales. La falta de un poder imperial fuerte favoreció las luchas entre las distintas nacionalidades etíopes.

Los conflictos étnico-religiosos entre los distintos caudillos y príncipes locales contribuyeron a alimentar la hostilidad hacia los cristianos extranjeros y los europeos, que persiste hasta nuestros días, y fue un factor determinante en el aislamiento de Etiopía hasta mediados del siglo XIX.

Los primeros años del siglo XIX se caracterizan por las campañas militares entre el Ras Gugsa de Begemder y el Ras de Tigray, Wolde Selassie, que lucharon por el control de la figura del emperador, Egwale Seyon.

Wolde Selassie resultó vencedor, y gobernó prácticamente todo el país hasta su muerte en el año 1816 a la edad de ochenta años.

La coronación de Lij Kassa como emperador en el año 1855 pone fin a la era de los príncipes. Después de recibir una educación tradicional en un monasterio local, organizó una banda de bandidos que recorrió el país como una suerte de Robin-Hood etíope, combatiendo a los caudillos locales.

Sus hazañas los hicieron ampliamente conocidos entre la población, y su banda de seguidores creció de manera constante hasta convertirse en un gran ejército, lo cual le permitió conquistar numerosas ciudades y regiones del país.

Depuesto el último emperador títere, Wube Haile Maryam, Kassa fue coronado como Rey de Reyes de Etiopía en el año 1855, con el nombre de Teodoro II.

La población del imperio era de 3 a 4 millones de personas en el año 1800. A fines del siglo XIX el imperio etíope tenía de 7 a 11 millones de habitantes, además se dice que en Somalia y otras regiones, donde la autoridad imperial no era total, vivían 2 millones de musulmanes no sometidos.

El emperador Menelik II y el Reparto de África

El emperador Menelik II modernizó el reino etíope. Fundó la nueva capital, Addis Abeba, abolió la esclavitud, aunque solo nominalmente y proyectó instaurar la enseñanza obligatoria y un moderno código de derecho. Aunque no pudo poner en práctica todas sus reformas, Menelik II inició un proceso de mejorías de la sociedad etiópica todavía anclada al medievo. Los europeos se habían apoderado de los principales puertos del mar Rojos. Los itaianos de Massawa, los británicos de Zeila y los franceses de Obók y luego de Yibuti. Menelik firmó con los italianos el Tratado de Uchalli en el año 1889.

Sin embargo, Menelik, ante los intentos italianos de privarle de la soberanía, denunció el Tratado en el año 1896 y venció al ejército italiano, comandado por el general Baratieri, en la batalla de Adua. Los italianos se vieron obligados a reconocer la soberanía etíope, pero no abandonaron sus pretensiones en la zona.

Menelik sufrió una semiparálisis en el año 1906. Designó como sucesor a su nieto Lij-Iyasu en el año 1909, aunque el poder efectivo pasó a manos del Regente, el Ras [3] Tessemma. Menelik II murió en 1913.

Lij-Iyasu, su sucesor lo hace con el nombre de Iyasu V que se convirtió abiertamente al islam, proclamándose descendiente de Mahoma, y no de Salomón, lo que provocó la irritación de sus súbditos cristianos, que lo depusieron en el año 1916, con la aprobación de la Iglesia ortodoxa etíope.

Los etíopes cristianos entonces entronizaron a la hija de Menelik, Zauditu, teniendo como regente y heredero al Ras Tafari, el futuro Haile Selassie I.

Haile Selassie
Haile Selassie

Reinado de Haile Selassie I

Al morir la emperatriz, Ras Tafari Makonnen fue coronado emperador con el nombre de Haile Selassie. Se redactó una Constitución en el año 1931, que establecía un régimen absolutista en la que el emperador recibía todo el poder por derecho divino, con un Consejo Privado y un Parlamento bicameral, de carácter consultivo integrado por un Senado y una Cámara de Diputados.

Tratando de evitar las reivindicaciones italianas, firmó acuerdos comerciales con Japón y Estados Unidos para buscarse su favor. Fue obligado a refugiarse en Inglaterr luego de su derrota por los italianos en el año1936.

En la noche del dos al tres de octubre del año 1935, tropas de la Italia fascista procedentes de Eritrea invadieron Etiopía. Addis Abeba, fue tomada por los italianos el cinco de mayo del año 1936.

Italia se anexionó arbitrariamente Etiopía el nueve de mayo del año 1936, creando su Imperio bajo forma de un estado satélite colonial llamado África Oriental italiana.

La Sociedad de Naciones no resolvió el conflicto en favor de los intereses etíopes a pesar de las reclamaciones de Francia y el Reino Unido entre los años 1936 y 1937. Por otro lado. el rey de Italia, Víctor Enmanuel III fue reconocido oficialmente en el año 1940 como “Imperatore d'Etiopia” por casi todos los integrantes de la Sociedad de Naciones, con la excepción de URSS, Gran Bretaña y México.

Coronación de Haile Selassie
Coronación de Haile Selassie

Cinco años después de la victoria italiana, en el año 1941, en el contexto de la II Guerra Mundial, los italianos fueron derrotados por los etíopes con la ayuda de los británicos, siendo expulsados de Etiopía, Eritrea y Somalia.

Haile Selassie recuperó su trono, anexionándose el territorio de Eritrea. Selassie estableció un modelo constitucional más moderno en el año 1955, reconociendo el sufragio universal, aunque de hecho continuó el sistema absolutista.

La unión federal de Eritrea en el año 1952 y su posterior anexión en el año 1962, favorecieron el movimiento de resistencia e independentismo. Los problemas durante este tiempo no solo provenían del interior.

Alemania, Francia, Gran Bretaña desde Europa, Estados Unidos y la Unión Soviética en sus respectivas posiciones durante la guerra fría y los vecinos, Sudán y Somalia mantendrían un pulso en política internacional sobre el territorio etíope. Esto obligaba al emperador Haile Selassie a tratar de mantenerse equidistante de ambas potencias.

La definitiva crisis social se produjo tras la sequía de la primera mitad de los años 70 del siglo XX, cuando cerca de 450. 000 personas murieron de hambre y sed en el país.

Las protestas fueron generalizadas de sindicatos, estudiantes, grupos de oposición y parte del ejército se mostraron abiertamente hostiles a un régimen, que no podía responder a las necesidades de la nueva sociedad, siendo depuesto el emperador en septiembre del año 1974.

El depuesto Negus de Etiopía, Haile Selassie, moría en circunstancias no aclaradas a la edad de 83 años en agosto del año 1975. Oficialmente se declaró que la muerte se debió a complicaciones tras una operación de próstata.


BIBLIOGRAFÍA

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[1] El monofisismo es una doctrina religiosa que se basa en el rechazo de la doble naturaleza de Jesucristo. Los monofisitas, por lo tanto, no creen que Jesús tenga una condición divina y, a su vez, una condición humana: solo le atribuyen el carácter divino.
[2] Los bedja son un pueblo nómada que vive principalmente a las montañas de la costa de la mar Rojo, en Sudán. No son árabes, sino cusitas y son cerca de dos millones. Se denominan bedawiyet y hablan una lengua denominada bedja, pero hablan el árabe como segunda lengua. Son los descendentes de los blemios, ya mencionados hace cuatro mil años y que habrían vivido en la región desde hace seis mil años.
[3] Ras un título nobiliario en las lenguas etiópicas equivalente a un duque o príncipe.

Los reinos etíopes