viernes. 26.04.2024
JORGE BOSSO | FEDERACIóN INTERNACIONAL DE ACTORES

Los políticos europeos defienden la cultura de sus pueblos

Los artistas intérpretes y creadores españoles nos sentimos bastante desasistidos, como las víctimas de un tornado, en medio de la batalla comercial que el mundo desarrollado está librando para salir de la crisis.

Jorge Bosso.

Los artistas intérpretes y creadores españoles nos sentimos bastante desasistidos, como las víctimas de un tornado, en medio de la batalla comercial que el mundo desarrollado está librando para salir de la crisis en la que precisamente los intereses comerciales y del capital nos han hundido. Esto tiene que ver a nivel español, con la política atentatoria contra los intereses de la cultura que desarrollan los distintos ministerios españoles, de Educación, Cultura y deporte, y los que tienen que ver con Hacienda, la Economía y la Industria, bajo una mascarada de asumir la defensa de los derechos de sus trabajadores artistas, en medio del más pavoroso porcentaje de desempleo, en una estadística de paro general ya importante.

Por ejemplo, en cuanto a los derechos de propiedad intelectual, para que las compensaciones (que no cánon) por la obra de creación de los artistas, las paguen no los que especulan comercialmente ni los fabricantes multinacionales de dispositivos audiovisuales que medran con el fruto de la creación, sino el Erario Público Español. Es decir, salir a la palestra a la vez que con una reducción del pago en esos derechos, por ejemplo, de copia privada, con el engendro de que ésta se pague de Los Presupuestos del Estado, que es fruto de los contribuyentes con sus impuestos, o lo que es lo mismo, veladamente exponer a los artistas al rencor de los ciudadanos españoles por otro sobrecargo, en su cada vez más exiguo presupuesto familiar. Como en la Roma imperial se hacía con los cristianos, arrojar a los leones a los artistas españoles.

Por tanto, cuando esta política de SÁLVESE EL MERCADO se trasladó a las negociaciones de acuerdo bilateral de Comercio, entre la Unión Europea y los Estados Unidos, sonó la alarma general. Hablo en este caso de los artistas europeos en general, porque tampoco corren buenos vientos en Europa para la Cultura, aunque se llenen la boca de ello los políticos. En España, especialmente, porque no confiábamos en quienes nos representan en el Parlamento  Europeo, como extensiones de lo que sostienen como política cultural de restricciones, (parece que está mal visto hasta por la Corona que digamos recortes salvajes) en el mundo de la Cultura española.

¿Por qué? Porque la  consigna del gobierno de EEUU en defensa, que es el “mejor ataque” precisamente de su propia economía, era la inclusión en ese acuerdo del paquete cultural, especialmente el audiovisual, bajo la presión que las multinacionales del sector imponen hasta al mismo gobierno de OBAMA.  Porque a la industria audiovisual europea, y especialmente a la depauperada española, incluir en el paquete comercial la compra y venta de material audiovisual, la hace añicos ante el ciclón que impone la política de los productores audiovisuales norteamericanos, en la todopoderosa MPA en las temibles siglas inglesas (Motion Picture Association), hoy con intereses de multinacionales detrás. 

En una reunión sostenida por los sindicatos de actores y artistas intérpretes europeos de la Federación Internacional de Actores, en la cuál ejerzo una de las vicepresidencias, en Edimburgo, los días 13, 14 y 15 de abril, este tema se debatió a destajo. Y se decidió, por un lado escribir una carta de solicitud de apoyo a los sindicatos de actores de EEUU, para explicar la importancia que tenía para nuestro trabajo, para nuestra industria en Europa, para nuestra identidad cultural, mantener la exclusión de la Cultura de tales negociaciones. Es decir, reclamar la aplicación de la DIVERSIDAD CULTURAL, que dio lugar a una Convención de la UNESCO, aprobada en su defensa, en el 2005, apoyada globalmente por la UE, y no suscrita, especialmente por los EEUU. Por otro lado, los asistentes representantes del sector de los actores-artistas intérpretes, incluso de las sociedades de gestión europeas, nos comprometimos a recurrir a nuestros parlamentarios europeos, para que rechazaran con su voto la inclusión de la cultura como mera mercancía, cuando se sometiera al Parlamento Europeo este acuerdo bilateral, entre la UE y EEUU. Y así fue que los sindicatos norteamericanos se mostraron receptivos a entender la carta en la que pedían apoyo los sindicatos de artistas europeos, en la llamada EUROFIA, y cada uno de los representantes sectoriales nos decidimos a intentar convencer nuestros respectivos países a nuestros parlamentarios europeos.

En medio de la defensa a ultranza de esta diversidad cultural, que en la práctica implica que cada gobierno europeo pueda mantener políticas de ayuda a su industria cultural, especialmente a su producción audiovisual, que reconocemos sostuvo el anterior gobierno del PSOE, y sus ministros/as de Cultura, el siempre locuaz ex presidente de gobierno Aznar, declaró en una Universidad de EEUU que la diversidad cultural, era poco menos que el refugio de los parásitos que querían vivir de la ayuda estatal, porque eran incapaces de luchar (supongo que en el libremercado que defiende) para imponer su obra artística. En otras palabras, que era la defensa no de los creadores, sino de los incapaces. Aunque luego haya salido a defender la Diversidad Cultural de la América Latina, dentro de sus edictos políticos de la FAES, para poder preservar según él la libertad de esa región, y de los gobiernos democráticos.

O sea que con estos antecedentes, y la política cultural o anti- cultural del actual gobierno del PP, los artistas y productores españoles la teníamos cruda, y aunque no podamos asegurar un cambio de política nacional, tenemos que considerarnos orgullos que realmente nuestros políticos europeos (hay más de 50 parlamentarios europeos españoles sobre los que, sin determinar cómo han votado, con independencia de la política de partido, hemos intentado que nos apoyen en nuestra demanda) hayan dado un voto mayoritario en defensa de la Cultura y de la Excepción en el mundo comercial-en esta Europa empobrecida en la que vivimos.

El Parlamento Europeo votó a favor de EXCLUIR LA CULTURA del paquete de Tratado bilateral de Comercio, que se quiere resolver para este mes de junio  del 2013, por una mayoría de 381 parlamentarios, a favor, con 191 que votaron en contra de la exlcusión cultural su diversidad, (o sea a favor de la imposición de la cultura del más poderoso), con 17 abstenciones.

En nombre de los artistas europeos, y especialmente de los españoles, damos un verdadero OLE de aliento y agradecimiento a esos 381 parlamentarios europeos, del país y del partido que sean, y nos quedamos con la angustia de qué hará el gobierno español con respecto a la defensa de la cultura en nuestro país, que por diversidad de lenguas y tradiciones, es ejemplo por excelencia, incluso en el mundo, de la Diversidad Cultural.


Jorge Bosso | Vicepresidente Federación Internacional de Actores | Miembro del Ejecutivo de la Federación Internacional de Coaliciones para la Diversidad Cultural | Vicepresidente de la Coalición Española

Los políticos europeos defienden la cultura de sus pueblos