viernes. 03.05.2024
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Alex Guax | @alexguax

Godzilla, el icónico monstruo japonés, ha cautivado a las audiencias en el cine desde su primera aparición en 1954. Protagonista y antagonista de numerosas películas, Godzilla ha simbolizado la devastación y la resistencia, desde clásicos japoneses hasta producciones hollywoodenses recientes como Godzilla (2014) y Godzilla: King of the Monster (2019).

Sin embargo, muy pocas cintas del legendario kaiju (en japonés, bestia gigante) han logrado explorar temas de naturaleza, consecuencias nucleares y la lucha entre la humanidad y la colosal criatura. Takashi Yamazaki, cineasta japonés, dirige y escribe Godzilla Minus One con estos temas en mente para darle una frescura a la franquicia.

En una especie de remake del clásico de 1954, Yamazaki lleva la narración hacia un período posterior a la Segunda Guerra Mundial entre los años 1945 y 1947 en Japón, para realzar el drama humano en "Godzilla Minus One". Dando más vulnerabilidad a su personajes, que lidian con el trauma, el miedo y el horror de las catástrofes. El director nos coloca como observadores de una comunidad en reconstrucción hacia la normalidad después de una devastación, provocada por los ataques de Godzilla que se narran desde una perspectiva humana.

Este período en la historia japonesa también fue testigo de dificultades, como la escasez de recursos, y la adaptación a nuevas estructuras de Japón. A pesar de los obstáculos, el país logró recuperarse y se transformó en una potencia mundial hasta la actualidad. Yamazaki reconoce su propio pasado histórico para demostrar a través de la ficción de Godzilla que las catástrofes, a pesar de ser trágicas, al final logran sacar un rasgo humano: nuestra esperanza para seguir luchando.

También, el drama se combina con los efectos visuales y técnicos para darle vida al monstruo, creados por el propio Yamazaki, donde admiramos el aliento atómico como nunca antes visto, hasta escuchar algunos guiños musicales de la película original en la banda sonora compuesta por Naoki Satō.

Godzilla Minus One cartel

A diferencia de las últimas adaptaciones cinematográficas (americanas) de Godzilla, el cineasta japonés se enfoca en la importancia de los personajes para darnos una sencilla y a la vez compleja narrativa sobre el impacto del monstruo sobre los humanos. Al final, esto es lo más terrorífico de la cinta original en 1954, un factor que había sido olvidado tras el espectáculo visual en las entregas del exitoso Monster Verse, producidas por Warner Bros. y Legendary Entertainment.

Aunque no llega a los puntos melodramáticos de la franquicia americana, el guión de Godzilla Minus One peca al utilizar algunos clichés y recursos de las películas de catástrofes, que se caracterizan por presentar escenarios apocalípticos a una escala épica y donde usualmente terminan con un final esperanzador y alegre. A veces, el homenaje a lo clásico hace que la narrativa se sienta convencional y bastante tradicional, para irse a un espacio familiar que todos conocemos.

Ya veremos hacia dónde nos llevará Takashi Yamazaki más adelante, porque en su película número 37, Godzilla aún puede emocionar a las audiencias combinando el espectáculo visual y a la vez dar un discurso sobre la guerra, las catástrofes y sus consecuencias. El cine japonés de los kaijus vibra en las venas de Godzilla Minus One, al retomar la importancia humana detrás de los monstruos.

'Godzilla Minus One': la importancia humana detrás del monstruo