viernes. 29.03.2024
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Julio César Strassera. (Foto: El Diario de la Pampa)

@jgonzalezok | A los 81 años de edad, murió en Buenos Aires el ex fiscal Julio César Strassera, que pasó a la historia junto con el juicio que condenó a los principales comandantes de la dictadura argentina (1976-1983). Estaba internado desde el pasado 16 de febrero por una complicación intestinal.

Su nombre ha quedado asociado al Nunca Más, con el que finalizó su alegato previo a la sentencia en aquél juicio. Tomó como base de su acusación el informe elaborado por la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP), que encabezó el escritor Ernesto Sábato. Strassera seleccionó unos 300 casos, que consideró paradigmáticos.  

“Señores jueces, quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria, quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino: señores jueces, nunca más”. Era diciembre de 1985, cuando el primer gobierno de la recuperada democracia, de Raúl Alfonsín, vivía momentos sumamente difíciles, con los militares derrotados pero no resignados.

Alfonsín le había dado la oportunidad a la justicia militar de que juzgara a sus pares. Pero las tácticas dilatorias mostraron la nula disposición a hacer realidad este deseo. Se dispuso, entonces, en 1985, que fuera la Cámara Federal la que llevase adelante la tarea. Frente a un tribunal de jueces notable, estuvo el fiscal Strassera, que tenía como adjunto a un jovencísimo Luis Moreno Ocampo, que luego tendría una brillante trayectoria internacional.

Fueron condenados a reclusión perpetua, el general Jorge Rafael Videla, primer presidente del régimen de facto, y el almirante Eduardo Massera, que integró la primera Junta, y que se destacó en la represión. Roberto Viola, segundo presidente de la dictadura, fue condenado a 17 años de prisión. El almirante Armando Lambruschini, a 8 años. Y el brigadier Orlando Agosti, a 4 años. El juicio hizo historia, fue el Nüremberg argentino, aunque en este caso los jueces fueron argentinos, el tribunal era de carácter civil y el juicio se celebró en el propio país.

Tras el juicio a las Juntas, Strassera fue nombrado representante argentino ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, pero dimitió en protesta por el perdón que el presidente Menem otorgó a los militares condenados. Durante un tiempo fue profesor invitado en la Universidad Complutense de Madrid.

En los últimos años fue notable su distancia del gobierno kirchnerista. Se sintió muy golpeado con el presidente Néstor Kirchner cuando, en 2004, pidió perdón a los ciudadanos “en nombre del Estado argentino, por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades”, ignorando el juicio del 85. Me parece de una injusticia notoria, porque si algo se hizo, si algo marcó el inicio, fue el juicio a las juntas militares, entonces eso no es hacer silencio”, afirmó entonces.

Desde el gobierno se le hostilizó y se le acusó de no haber atendido la mayoría de habeas corpus presentados durante la dictadura, cuando fue secretario de juzgado y fiscal. Una circunstancia que el mismo gobierno no se le reprochó al también juez Eugenio Zaffaroni, hasta hace dos meses integrante de la Corte Suprema y que fue el juez favorito del kirchnerismo.

A esto, Strassera respondió pidiendo que se mostrasen los habeas corpus presentados por Néstor y Cristina Kirchner durante ese período. Los acusó, a u vez, de hacer un uso político de los derechos humanos, y de dedicarse a hacer dinero en la Patagonia. Denunció el avance del gobierno sobre la justicia y fue especialmente crítico con la presidente de los fiscales, Alejandra Gils Carbó, y con el juez Eugenio Zaffaroni.

También fue muy duro con las actitudes de Hebe de Bonafini, histórica dirigente de una de las dos facciones de las Madres de la Plaza de Mayo, y de Estela de Carlotto, titular de la agrupación de las Abuelas, al considerar que ambas dejaron de ser referentes de la lucha por los derechos humanos, al pasar a defender incondicionalmente al gobierno de los Kirchner.

Capitanich es el Goebbels de la Argentina, con la diferencia de que Goebbels era inteligente”, fue una de las últimas frases que dedicó al gobierno, en este caso al ex jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Había sido uno de los adherentes a la marcha del silencio del pasado 18 de febrero, por la muerte del fiscal Nisman.

Murió Strassera, el fiscal del juicio a las Juntas Militares de Argentina