viernes. 03.05.2024
Carteles electorales 23J-2023
Carteles electorales 23J-2023

Toda decisión tiene sus consecuencias (incluido no tomar decisiones) también toda situación. En breve sabremos si es posible un gobierno o nos vemos camino de unas nuevas elecciones y obviamente, sea nuestra opción preferida o no, esto traerá amenazas y oportunidades, intentemos señalar algunas de cada, dejando claro que tanto amenazas como oportunidades pueden acabar convirtiéndose en lo contrario en un simple parpadeo, y que seguramente en estos días podrán surgir muchas más de ambos tipos.

Empecemos con las amenazas, seguramente hay gente que la puede considerar un punto a favor, pero para la mayoría de la ciudadanía en unas supuestas próximas elecciones primaría el voto útil, y útil nos referimos a los dos partidos por liderar un gobierno. Probablemente cualquier voto que no sea a estos partidos está destinado a favorecer un gobierno del color contrarío. Las matemáticas son crueles no es una cuestión de opinión y estas últimas elecciones han demostrado que hasta el último voto es importante. Es probable un fortalecimiento del tal denostado bipartidismo, en detrimento de la variedad de opiniones y la pluralidad. Es decir, con el panorama actual solo parecen dos posibles gobiernos, Uno liderado por Partido Popular y Vox y otro frente liderado por Partido Socialista y Sumar por lo que cualquier voto a otro partido corre un gran riesgo, de no solamente no importar, sino incluso ayudar a la posibilidad de Gobierno que más nos disguste. Esto es especialmente claro en la inmensa cantidad de pequeños partidos minoritarios o de ámbito local que se presentan en unas elecciones, pero también en el voto a cualquier partido nacionalista, pensar lo contrario no es solo negar la realidad sino ser negacionista de las matemáticas.

Es probable un fortalecimiento del tal denostado bipartidismo, en detrimento de la variedad de opiniones y la pluralidad

Una amenaza que no sólo puede ser algo puntual sino afectar a largo plazo es aumentar el clima de crispación que parece haberse instalado en la sociedad española. El lenguaje de campaña siempre aumenta la presión, siempre caldea los ánimos, eso es hasta beneficioso para motivar la participación y activar conciencias, pero la cantidad de citas electorales que hemos vivido y el tipo de campañas utilizadas a tensado mucho la capacidad de la ciudadanía para mantener una convivencia calmada. Siempre es más sencillo realizar una campaña agresiva, los mensajes emocionales son más efectivos, pero el abuso de la formula fácil y la acumulación de estas campañas puede convertir este estado de tensión en algo excesivo y lograr que la ciudadanía se rinda al desanimo o cosas peores. Lo suelo repetir con frecuencia, la gota que rebosa el vaso no es la más grande, es la última.

Enlazado con lo anterior es que, en un afán por buscar el voto fácil, la cuestión del modelo territorial y las pretensiones de los partidos independentistas condicione todas las elecciones. En realidad, a quien más va a perjudicar una posible repetición de elecciones es los partidos nacionalistas que se podrían ver tragados en una ola de voto útil, pero sería posible que se produjera la contradicción que perdiendo mucho poder convirtieran sus reivindicaciones en el centro de la política nacional. Esto es un peligro porque no sería lo que se está decidiendo realmente, pero también porque pasadas las elecciones podríamos sorprendernos que prestando tanta atención a unos partidos apenas representados en a nivel nacional hayamos pasado por alto las verdaderas propuestas de los partidos que pueden gobernar.

También puede ser que el resultado electoral, incluso incluyendo el probable trasvase de votos a los partidos mayoritarios, pueda ser muy similar al actual y terminar en una nueva parálisis o en un gobierno en solitario al que el resto deje de gobernar, pero sin estabilidad ni capacidad. Y, para empeorarlo, sigamos en una campaña no-oficial e indefinida a espera de unas nuevas elecciones, lo que sólo serviría para crispar y debilitar nuestra democracia.

La más peligrosa de las amenazas es la llegada al gobierno de Vox, si bien cualquier pacto de gobierno es legitimo, que un partido de extrema derecha llegara al gobierno no sería buena noticia para nadie, tenga ideología que fuera. Un caso muy probable es que esos votos a partidos de los que comentábamos en el párrafo anterior propicien más posibilidades de que Vox sea necesario para un gobierno de Partido Popular. Aunque dentro de este resultado más polarizado incluso podría darse la buena noticia que Vox perdiera mucho de su peso al ir los votos de sus votantes más sensatos a otras opciones de derecha, tenemos derecho a esperar lo mejor. La mejora o empeoramiento de los resultados de Vox es como vemos una verdadera ruleta rusa a nuestra democracia no sólo por sus ideas sino por su actitud de tensionar el debate y buscar la crispación en su ambición sin límites de buscar el voto fácil, en este sentido es una amenaza y una oportunidad al mismo tiempo.

A quien más va a perjudicar una posible repetición de elecciones es los partidos nacionalistas que se podrían ver tragados en una ola de voto útil

En cuanto a las oportunidades, la principal sería que el resultado diera una posibilidad de gobierno más estable, ya que un gobierno no es solo la investidura. Es evidente que a más socios más complicado la convivencia de una legislatura. Lo que sería lógico, que no siempre es lo habitual, es que el resultado se polarizara en los dos partidos con opciones (como hemos dicho antes) y que el nuevo gobierno estará sustentado por dos, como mucho tres partidos, lo que ya de por sí sería más estable que la situación actual. Es decir, no solo más fácil lograr una investidura, sino que esta pudiera arrojar un gobierno estable para cuatro años dando algo de la tranquilidad necesaria y quizás un respiro en este ambiente de campaña permanente. La legislatura es solo el principio de un gobierno que debe durar cuatro años más. 

La posible repetición de elecciones sería también la oportunidad de probar la famosa segunda vuelta, de manera no oficial, pero sería casi idéntico a una segunda vuelta, solo dos partidos tienen opciones reales de liderar un gobierno, sabemos las políticas de pactos de todos los partidos, sabemos cuáles son sus prioridades para alcanzar acuerdos y sabemos lo importante que puede ser nuestro voto, su lugar y o su ausencia. En realidad, sería incluso más a cara descubierta que una segunda vuelta.

Dejo para el final algo otra situación que puede considerarse una amenaza u oportunidad para cada cual pero que desde mi punto de vista sería un gran error de consecuencias muy perjudiciales a medio y largo plazo. Es uno de los argumentos que sobrevuela esta investidura, me refiero al pacto de los partidos mayoritarios, algo que en teoría suena como algo sensato y estable, pero ¿Qué repercusión traería a largo plazo? ¿No puede ser que diera alas a todos aquellos que dicen que todos los partidos son lo mismo? ¿No daría fuerzas a todos los que han perdido la confianza en la democracia? En mi opinión, si esto pasara, las siguientes elecciones serían un hervidero de partidos con votos desencantados con los dos partidos grandes, solo trasladaríamos el problema de esta investidura, y aumentado, a las próximas elecciones. Todos y todas debemos entender que vivir en democracia es asumir que la opinión del resto importa, y que vivir en sociedad no es vivir en una cueva, cuanto antes lo aprendamos mejor. Ese pacto de estado solo sería un paliativo, no querer mirar la complejidad real existente. Evidentemente los dos partidos deben entenderse en los grandes asuntos, pero para eso está el congreso, el poder legislativo, como decíamos antes un gobierno no es solo una investidura.

¿Y qué puede sacarse en claro de todo esto? Si no se logra una investidura tendremos unas elecciones que pueden llevar al mismo estancamiento, pero será muy diferente. Deberían ser unas elecciones donde los dos partidos mayoritarios deban poner sus mejores personas e ideas al frente y no guardarse nada, cada voto será vital, ya que uno de los dos gobernará, pero con un margen muy pequeño de votos. Los votos se deciden por factores muy humanos, incluso pasionales, pero también tienen su influencia las personas que se presentan y las campañas, por ejemplo, con el resultado actual habría que ir provincia por provincia analizando que hubiera pasado si los candidatos hubieran sido otros, quizás, unos pocos votos, un escaño aquí o allá, hubiéramos tenido ya gobierno, para quien diga que un diputado más o menos da igual tendrá que pensarlo mejor. Las últimas elecciones generales, además fueron también condicionadas por las recientes elecciones autonómicas, tanto el electorado como los mismos partidos no podían ser totalmente ajenos a los resultados. 

La posible repetición de elecciones sería también la oportunidad de probar la famosa segunda vuelta, de manera no oficial

Los partidos nacionalistas deberían entender que una repetición de elecciones sería lo peor para ellos. Nadie que vaya a votar, y desee que su voto sirva para algo, votaría algo que no fuera a uno de los partidos mayoritarios. La mayoría gente se lo tomará, además, como elecciones para que no gobierne el que menos me guste, ya que esa podría ser la realidad. Y no se confundan, votar a otro partido, no votar o votar en blanco simplemente será desentenderse de que gobierno vamos a tener, no librarse de sus medidas. Alguien va a gobernar que menos que querer que sea el menos nos disguste.

Esta repetición de elecciones no es que sea la opción ideal pero tampoco sería el fin del mundo, la política en la mayoría de las veces es hacer lo menos malo aspirando a lo mejor, lo mismo que en la vida cotidiana de la mayoría de los seres humanos, principalmente porque no todos definimos lo mejor o lo malo de la misma manera. 

Ante todas estas posibilidades todos los partidos políticos deberían evaluar muy bien sus posturas porque el panorama que nos encontremos puede ser completamente diferente y si bien es inútil hablar de culpables si es importante hablar de responsabilidades, de las personas que han buscado acuerdos y de las que no, las que han crispado y las que han calmado. En política no existe el cero o el cien por ciento, por eso, más allá de posibilidades es imposible asegurar el resultado, pero si se puede asegurar que luego no hay vuelta atrás, mejore o empeore la situación ya será tarde para política ficción. En definitiva, mejoren o perjudiquen nuestra democracia unas próximas elecciones, será responsabilidad de todos los partidos y de la ciudadanía para bien o para mal.

Amenazas, oportunidades y demás