viernes. 26.04.2024

Cumpleaños

Celebrar el día del nacimiento suele ser costumbre extendida. Al menos, en mi entorno socio familiar, lo es. 

Celebrar el día del nacimiento suele ser costumbre extendida. Al menos, en mi entorno socio familiar, lo es. Por fortuna algunos de los ritos tradicionales de mi niñez se han extinguido, como los cruentos tirones de orejas, venganza para resarcir los agravios infligidos a lo largo del año. Pervive la tarta aunque transformadas las velas tradicionales en la de dígitos por aquello de la economía espacial…

Sirve también la conmemoración para llamar, o viceversa, a la persona amiga; prometiéndonos mutuamente, una vez más, que nos tenemos que ver y hablarnos. Esta vez de verdad.

Es un celebrar de la llegada a la vida. En día señalado. Recordado una vez al año. En compañía…

¡Qué diferencia con el cumpleaños de muerte! También ocurrido en fecha fija, sí, pero de recuerdo presente. Y, por lo general, en soledad íntima.

En este que ha sido tu cumpleaños de fecha, cincelado en el pensamiento día a día, y haciendo caso al  -¡No te guardes todo, háblalo! que me decías, apropiándome de palabras de Manolo García, tu favorito entre los favoritos, quiero decirte que:

 ‘Quedaba mucho por hacer/quedaba mucho/porque de ti volví a aprender lo necesario/Del brillo de tus ojos, a disfrutar del tiempo lento/A tirar del lastre, de eso que es el existir…Y muchas cosas más de ti aprendí/Y quedaba mucho por hacer/recoger los sueños en las noches frías…A robarles el tiempo al minutero…Y quedaba mucho por hacer…quedaba mucho’

Cómo duelen los cumple días de ausencia, cómo duelen… ¡Quedando tanto por hacer!

Cumpleaños