viernes. 26.04.2024

¿Iglesias como regidor municipal de Torrelodones?

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Pablo Iglesias primero se presentó como eurodiputado. Las papeletas llevaban su rostro. Fue un triunfo fulgurante. Rubalcaba dimitió como secretario general del psoe. Luego vinieron las contiendas electorales como candidato a la presidencia del gobierno. Cada vez que se repetían unas elecciones, cosechaba peores resultados y obtenía menos escaños. Con todo, su menguado número resultó vital para formar un gobierno de coalición. 

Ahora deja el ejecutivo para salvar al pueblo de Madrid. Ya ha repartido los roles en su coleto. Al psoe la corresponde captar votos del centro-derecha, porque la izquierda le tiene a él como referencia única e indiscutible. Logró anular a Izquierda Unida y escindir a Unidas Podemos.

Ahora puede lograr hacer otro tanto con Mas Madrid. Vuelve a pretender sobrepasar al partido socialista. Quienes optan por votar socialista son adictos al Régimen del 78 y no merecen respeto.

Bienvenida sea Yolanda Díaz a la primera línea. Sin pretenderlo, como suelen ocurrir estas cosas, ha demostrado que merece liderar una formación progresista de izquierdas.

Quiere seguir tutelando a Sánchez. Ahora desde fuera del gobierno. De un modo muy paternalista, deja sucesora, no sólo de su cartera ministeriall sino también del cargo en su formación política, sin primarias. Bueno, las habrá. Pero los inscritos acostumbran a secundar sus propuestas. Los detractores ya fueron expulsados y otros que permanecen ahí por pura inercia optan por el silencio. 

Se comprende que haya forzado más de una vez la repetición de contiendas electorales. En ellas es donde se crece y se le ve realmente a gusto. Por eso ahora que no podía forzar unas generales, decide presentarse a las autonómicas. Le quedaría probar el ámbito municipal. Pero debe dudar de que le voten sus nuevos vecinos. Comenzó diciendo que podía hacer política por vivir como la gente normal y habitar un barrio popular. Dudo que quienes comparten residencia en su exclusivo enclave domiciliario le votasen como alcalde.

Siendo esto así, ¿como piensa movilizar el voto de aquellos con quienes hace tiempo que no coincide al ir a las tiendas del barrio ni montar en metro? 

Nunca sabremos que habría pasado en las elecciones del cuatro de mayo sin su presencia. Quizá Gabilondo hubiese conseguido aglutinar el voto de la gente tranquila, que la hay, aunque no haga tanto ruido como quienes vociferen, y Más Madrid hubiese revalidado sus buenos resultados anteriores. Ahora todo cambia. Cada vez que Iglesias haga una soflama, muchos decidirán dar su voto a Vox y en cualquier caso Ayuso verá reforzado su discurso de trincheras. En cambio la izquierda, girando en torno al mesías carismático, puede perder apoyos una vez más. No sería la primera. Ojalá sea la última. 

Para cerrar el círculo que comenzó en Europa, Iglesias debería presentarse a las elecciones municipales de Torrelodones y convencer a sus vecinos de que le voten como su alcalde. Si es dudoso que consiguiera hacer eso, cuesta creer que pueda movilizar a quienes no comparten su vecindario. Sería muy paradójico. Debería Intercambiar impresiones con otras gentes que no integraran su séquito personal y ofician como una prebendada guardia pretoriana. 

Bienvenida sea Yolanda Díaz a la primera línea. Sin pretenderlo, como suelen ocurrir estas cosas, ha demostrado que merece liderar una formación progresista de izquierdas. Pueden mantenerse las convicciones y asumirse una u otra responsabilidad sin estridencias ni un protagonismo autocomplaciente. Pero es una decisión que no le corresponde tomar a quien abandona el cargo, consciente de un desgaste que no sabe reconocer, al ser incapaz de asumir unos errores que, así las cosas, difuminan sus aciertos

¿Iglesias como regidor municipal de Torrelodones?