viernes. 26.04.2024

Estilo Gabilondo

La elección de Angel Gabilondo como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid está generando unos efectos que van más allá de la obvia ventaja en las expectativas electorales del PSOE. 

La elección de Angel Gabilondo como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid está generando unos efectos que van más allá de la obvia ventaja en las expectativas electorales del PSOE. El estilo propositivo, integrador y respetuoso del profesor Gabilondo ha elevado sustancialmente el nivel del debate político en nuestra región. Hasta tal punto ha sido asumido este cambio en la política madrileña que otras formaciones políticas se han visto obligadas a elegir perfiles similares en sus propias candidaturas.

El “estilo Gabilondo” consiste en anteponer el debate en torno a lo que interesa a la ciudadanía por encima de los habituales debates estériles entre los propios partidos. Se trata de analizar los problemas y los retos a los que se enfrenta la sociedad antes que examinar con ánimo crítico las conductas de los rivales políticos. Y se trata de plantear propuestas para solucionar los problemas de los ciudadanos y las ciudadanas antes de ensayar cada día nuevos golpes certeros sobre la mandíbula del adversario electoral.

Gabilondo entiende, con mucha razón, que a menudo la ciudadanía contempla entre sorprendida y hastiada los absurdos reprochatorios que se lanzan unos dirigentes políticos contra otros, mientras parecen olvidar que se les eligió no para pelearse entre ellos sino para resolver los problemas de quienes les pagan. Si aquello del “y tú más” siempre fue reprochable, lo es en mayor medida cuando muchos madrileños y madrileñas están sufriendo los rigores de la crisis y de los recortes, a la espera de una solución que no acaba de llegar.

El estilo del candidato socialista consiste también en fundamentar las propuestas políticas en principios y en valores antes que en la acostumbrada puja electoralista. Gabilondo suele hablar de un modelo económico compatible con la justicia social. Habla de empleos con derechos. Habla de políticas públicas para asegurar la equidad social. Habla de instituciones justas al servicio del interés colectivo. Habla de cambios en las políticas y en las formas de hacer política. Y a partir de ahí desgrana su programa concreto en cada área de Gobierno.

Durante demasiado tiempo, la política madrileña se ha asemejado a una especie de mercadeo de ofertas con las que impresionar al electorado. Si tu pones siete hospitales, yo pondo ocho. Si tú prometes colegio y centro de salud, yo prometo colegio, centro de salud, universidad, hospital y centro aeroespacial. Si tú ofreces bajar este impuesto, yo bajo este, el otro y el de más allá. Como es lógico, muchos ciudadanos contemplaban este espectáculo entre escépticos y hartos. Resulta mucho más interesante y enriquecedor tratar sobre modelos de región y acomodar las propuestas concretas a estos grandes modelos diferenciadores.

Gabilondo comenzó su andadura como candidato hablando de honestidad. Creo que ha sido el único candidato de la historia de las elecciones en España que ha logrado poner en pie a un auditorio con una cita de Kant apelando a la honestidad como prioridad en el quehacer político. Pero jamás ha hecho uso de este a priori como un arma arrojadiza. Es más, ha reprochado las conductas deshonestas en todas las filas, incluidas las más cercanas. Solo así será creíble el político que se compromete a una gestión transparente y limpia, además de eficaz. Este discurso es mucho más inteligente y efectivo que cualquier auto-tribunal para candidatos.

Los socialistas estamos orgullosos de hacer campaña con “estilo Gabilondo”. Y estamos convencidos de que el beneficio no se quedará solo en nuestra orilla, sino que alcanzará, y ya está alcanzando de hecho, al conjunto de la política madrileña.

Estilo Gabilondo