miércoles. 01.05.2024

No tener… para ser

Tengo dos pechos fantásticos. Si hubieran sido pitones de toro, los calificaría como cuernilargos y apuntados hacia arriba. ¿La modestia? ausente total...

Tengo dos pechos fantásticos. Si hubieran sido pitones de toro, los calificaría como cuernilargos y apuntados hacia arriba. ¿La modestia? ausente total.

Pese a lo expuesto, he sido enfrentada a la disyuntiva de ‘o mis tetas o yo’. ¿La razón? La probabilidad, casi del cien por cien, de desarrollar cáncer de mama. La genética y antecedentes familiares, avalan el diagnóstico. Tener o no tener… para no ser o ser. Así que, con treinta y…, acariciando los cuarenta, tenía que elegir entre la vida y la muerte. Y aunque la vida no es que dé para mucho, la muerte da para menos…y aquí estoy, en el ante quirófano o como se llame, a la espera de que el cirujano conceda a mi cuerpo el indulto que lo salve de la muerte, librándole de los objetos de deseos de seres que, según el doctor Freud, quedaron estancados en la fase oral. Personalmente creo que lo más simple y sincero es que ese señor, fracasado en la técnica de la hipnosis, hubiera confesado que los pechos de mujer albergan gran parte de la magia de la vida y el encanto del vivir. Pero había que inventar el psicoanálisis para albergue de los demonios que nos ocupan…

Ahora, antes de que me adentren en el habitáculo en el que extirparán una parte del cuerpo que siempre he cuidado, que ha sido parte distintiva de mi personalidad y objetos de deseos, me pregunto ¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando unas fuentes de vida para tantos seguirán siendo de muerte para otras? ¿Algún día podrán ser sólo manantiales que aplaquen la sed de cuerpos y de almas? ¿Cercano ya?

Y con el interrogante me sumo en un sueño que anestesia el cuerpo… pero llena de esperanza mi alma.

(A Angelina Jolie, con todo mi respeto y admiración)

No tener… para ser