viernes. 26.04.2024

La CEIM debe rectificar

NUEVATRIBUNA.ES | 12.2.2009La propuesta de la Ceim madrileña para instaurar un nuevo “contrato de crisis”, es una provocación al conjunto de la sociedad.
NUEVATRIBUNA.ES | 12.2.2009

La propuesta de la Ceim madrileña para instaurar un nuevo “contrato de crisis”, es una provocación al conjunto de la sociedad.

Los empresarios madrileños, durante el año 2008, el período de profundización de la crisis económica, (según la EPA -encuesta de población activa-), han despedido a 62200 trabajadores temporales, tan solo un 11% del total de temporales de la Comunidad de Madrid, trabajadores, cuyas indemnizaciones no superaran en ninguno de los casos 12 días de salario por año trabajado.

Han sido despedidos 6453 como consecuencia de la aprobación de un expediente de regulación de empleo, que permite extinguir la relación laboral, cuando hay causas económicas o de organización del trabajo que lo justifique, con una indemnización máxima de 20 días de salario por año trabajado.

¿Cuántas nuevas formulas necesitan los empresarios para despedir mas barato? ¿ No son suficientes, el colchón de los trabajadores temporales, cuando todavía el 25% de los trabajadores tiene un contrato temporal en la Comunidad de Madrid, y la figura del despido individual o colectivo (ERE) por causas objetivas?.

Justo en un momento en el que la situación se agrava, en el que la posibilidad de alcanzar los 4 millones de parados a finales de 2009 es cada día más factible, y en el que el conjunto de actores sociales políticos y económicos se afanan en intentar resolver los graves problemas de liquidez para poder inyectar dinero público a las empresas, para que de ese modo puedan mantener su empleo. La CEIM pide dinero público (aplazamiento de las cotizaciones sociales, reducción del impuesto de sociedades y una nueva modalidad de contrato temporal), para poder despedir con más facilidad.

Esta posición solo merece un calificativo, el de provocación.

La economía madrileña, como el resto de la economía nacional y de las economías internacionales, tiene un gravísimo problema de colapso de su actividad, como consecuencia de la enorme incertidumbre, no resuelta todavía, que ha generado el derrumbe del sistema financiero internacional. Con el agravante de una enorme dependencia del sector de la construcción, que se ha desplomado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria

Esta situación ha provocado la caída del consumo privado, abocando al conjunto de las economías occidentales a una situación de recesión, en la que están inmersas.

Ya en el verano de 2007, existía la conciencia generalizada de que el sector de la construcción iba a sufrir un ajuste muy importante con graves consecuencias para el empleo, si bien es cierto que nadie pronostico, que fuera tan severo y sobre todo en tan poco tiempo, la creencia de que la desaceleración del sector se llevaría a cabo de forma progresiva hizo pensar que con un esfuerzo suplementario en formación profesional ocupacional una buena parte de los desempleados de la construcción podrían ser recolocados en otros sectores de la producción y de los servicios.

En esas mismas fechas CCOO de Madrid a través de la Fundación Sindical de Estudios publicaba su informe anual sobre la situación económica en España, coincidía con el análisis de la situación de la construcción y sus consecuencias y hacia expresa su intención de convocar a las fuerzas políticas, sociales y económicas de la región para debatir la situación y afrontar el futuro económico de la Comunidad de Madrid para orientar sus potencialidades hacia nuevas especializaciones productivas.

Una convocatoria que adquirió carta de naturaleza a lo largo de todo el año 2008, con la organización de distintas jornadas de trabajo con la participación de las AA.PP, el sector financiero, las universidades, los sindicatos y la patronal. Con ese mismo propósito, la Fundación Sindical de Estudios dedico su curso anual en la escuela de verano de el Escorial a analizar los riesgos de la financiarización de la economía.

El debate ha propiciado un acuerdo muy generalizado en cuanto a las principales debilidades de la economía madrileña, dependencia energética, crecimiento basado en la actividad inmobiliaria, ausencia de una estrategia de desarrollo industrial y una excesiva precarización del mercado laboral, poniendo de manifiesto al mismo tiempo el enorme esfuerzo y la audacia que requiere, sentar las bases, para un cambio de modelo y una nueva especialización productiva, en un horizonte de crecimiento sostenible.

Todos cuantos han participado en el debate, han resaltado la necesidad de un amplio acuerdo político y social para poder llevar a cabo ese empeño.

Hasta ahora no había sido posible sentar las bases de ese acuerdo, sin duda por la obstinación del gobierno regional, que estaba más pendiente de destruir a su advsersario que de trabajar por el interés general.

Precisamente en el momento en el que, acuciado por la gravedad de la crisis y porqué no decirlo, en un intento de distraer la atención de la que se le viene encima, el gobierno regional convoca a las partes para iniciar el dialogo social, inexplicablemente interrumpido, la CEIM irrumpe de forma abrupta con su propuesta de abaratar el despido y flexibilizar la contratación laboral, por toda solución a la gravísima situación de crisis económica que estamos viviendo.

La propuesta es del todo decepcionante, pero en ningún caso debe de desalentarnos. Es necesario insistir redoblando esfuerzos en que la gravedad de la crisis es de unas proporciones desconocidas que afecta a todo el sistema y que no es posible superarla con recetas de parte, que han demostrado sobradamente su ineficacia.

La crisis es una crisis de demanda, para cuya recuperación es imprescindible inyectar liquidez al sistema y superar la contracción del crédito que ahoga a familias y empresas, pero para la recuperación de la actividad es imprescindible también devolver la capacidad de compra a los salarios más bajos y sobre todo estabilizar el empleo y restituir a la contratación la causalidad perdida.

Se trata de revitalizar el diálogo social y trabajar por conseguir acuerdos básicos que confirmen a los ciudadanos que existe la voluntad común de gobierno regional, patronal y sindicatos de la Comunidad de Madrid de superar la situación de recesión de la economía y, de ese modo, contribuir a restablecer el clima de confianza. Hemos de responder a esa exigencia de los ciudadanos y hacer un esfuerzo por poner el acento en todo aquello en lo que coincidimos.

Pedro Reyes es Coordinador de proyectos europeos de CC OO de Madrid

La CEIM debe rectificar
Comentarios