viernes. 26.04.2024

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NUEVATRIBUNA.ES - 28.4.2009Hubo un tiempo en este país que no había parados. A lo sumo vagos que se empeñaban en mancillar las estadísticas de aquel legendario gobierno del PP. En aquellos días, uno pisaba una caca de perro y, era tal la suerte, que debajo encontrabas un chalete en La Moraleja o, como mínimo, unos trajes de Milano al mismo precio que los de Camps.
NUEVATRIBUNA.ES - 28.4.2009

Hubo un tiempo en este país que no había parados. A lo sumo vagos que se empeñaban en mancillar las estadísticas de aquel legendario gobierno del PP. En aquellos días, uno pisaba una caca de perro y, era tal la suerte, que debajo encontrabas un chalete en La Moraleja o, como mínimo, unos trajes de Milano al mismo precio que los de Camps. A los compis de pupitre, en pago por las fotocopias de los apuntes de tercero de EGB, se les nombraba presidentes de alguna compañía de trincofonía. A los especuladores se les hacía hijos predilectos y sus retratos presidían las escuelas encima de los encerados.

A los inmigrantes díscolos se les dopaba, se les subía a un avión provistos de una tartera con filetes empanados y se les mandaba para su pueblo con una foto de Josemari dedicada de su puño y letra para que si a alguno tenía la tentación de emigrar ni se le ocurriera. Acaso las generaciones más jóvenes no sepan que en ese vergel de prosperidad las parejas se casaban en El Escorial y que Berlusconi donaba miles de euros por ser el primero en cortar la corbata del novio mientras piropeaba las curvas de la novia.

Los pensionistas veraneaban en la Costa Azul. Los currelas de la construcción manchaban de aceite de sardinas el Financial Times mientras miraban como iban sus acciones en bolsa. Los perros iban atados con longanizas de Loewe y en la Cabalgata de Reyes en vez de caramelos se tiraban Ferrero Rocher.

Esa España, envidia del Viejo Continente pese a no haber logrado ganar Eurovisión bajo su mandato, es la que dejó en herencia Josemari antes de que las hordas de ZP dejaran al caballo de Atila a la altura de un cervatillo. Es una lástima que Aznar, cual Arguiñano de la anti recesión, guarde las recetas contra la crisis debajo de la almohada. El mismo lugar donde debe reposar su vergüenza si algún día la encontró o la tuvo.

Por si fuera poco, también nos dejó el legado de estos discípulos que ven el paro más como una oportunidad que como un drama. El tentáculo político trata de rapiñar votos en el caldo de las estrecheces de los ciudadanos y el tentáculo empresarial pretende rebajar los derechos de los trabajadores para darles una patada en el culo en nombre de la ineficacia de Zapatero.

Que la situación es límite lo sabe mejor que nadie quien la padece. Mucho mejor que el señor gobernador de un banco o que esa lumbrera de Pizarro que, si fuese patriota, haría pública la fórmula para apañarse una pensión de miles de millones de pesetas como hizo él. Así sí que se sale de la crisis.

Lo cierto es que no tienen mucho mérito. Siempre le podrán decir que si no quiere tener problemas con la hipoteca se haga conferenciante de Georgetown como Jose, fiche por Telefónica como Zaplana, se haga manager de Shakira como Michavila o tenga usted unos terrenitos al paso del AVE como el tío de Espe. No me digan que no tienen recursos. Luego no es extraño que diga Mariano que los socialistas no tienen ninguno. Es lo que tiene acaparar tanto.

Es muy posible que las medidas de ZP sean alicortas, mejorables, timoratas o equivocadas. Lo que sí es seguro es que Espe y Gallardón declamaban que Madrid era el motor de Europa y que incluso ya se notaba el efecto de su economía en el PIB de Plutón cuando las cosas iban bien y ahora que van mal es porque la legislación laboral es franquista y los sociatas unos inútiles ¿Alguien lo dudaba?

Germán Temprano es escritor y periodista

JAULA DE GRILLOS

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