26 de septiembre de 2010, 14:47
NUEVATRIBUNA.ES - 11.1.2010
Si Luis XIV era el Estado, Mariano es sin duda la salvación. Dice que con él bajaría el paro. Lo que no dice es si la solución que baraja es nombrar tantos ministros como para tener que celebrar los Consejos en la Plaza de las Ventas en vez de en Moncloa. O si va a volver a la cola de las oficinas del Inem a reclutar asesores a mansalva. Total, para que le aconsejen que suelte en el debate electoral lo de la niña o que emule a Arguiñano en un comedor de pobres, con tener cuarto de hora de bachillerato vas que te matas.
Hasta la fecha, la derecha aseguraba que el empleo lo creaban las empresas. Y eso que ya conocían a Díaz Ferrán. Cierto es que, también hasta este día, nunca había tenido noticia de un líder capaz de cocinar un cocido gallego, rellenar un par de quinielas, disertar con retranca en el Congreso y presentarse al mundo como el Tamariz compostelano que en realidad es. Todo un mago a pesar de lo mucho que le costó hacer desaparecer a Richi Costa y a que nunca ha logrado sacar de la chistera a la vez a Espe y a Gallardón sin que se peleen.
Por si lo desconocen, cuando la crisis económica era todavía más severa, de haber estado Rajoy al frente del Gobierno, lejos de quedarse en paro, a cualquier currela incluido en un ERE le hubieran nombrado consejero de una multinacional o rentista del año a cargo de los Presupuestos del Estado. Mire si no lo que pasó con Zaplana. Iba a opositar, luego a pedir un crédito al ICO para comprarse el ciclomotor de ‘mensaka’ y, al final, gracias a esa política de fomento de la actividad laboral, le salió esa chapucilla en Telefónica.
Pues así todo. Si no votó a Mariano en su momento que sepa lo que se ha perdido y si ya lo hizo sepa que entre los reincidentes se sorteará un cargo en la Administración. En vez de hacerlo ante notario se hará ante Carlos Fabra por su dilatada experiencia en estos asuntos desde los tiempos de Viriato. Cuando el viento de las insidias cese, la Historia hará justicia a la contribución de este prohombre en la creación de puestos de trabajo que ni ZP ha podido destruir.
Que alguien se arrogue por sí mismo la capacidad de reducir el paro evidencia que, a menudo, la frontera entre la presuntuosidad y el caudillismo es tan débil como bochornoso resulta este Monopoly social que le han montado al candidato. Primero le llevan a dar de comer a los desarrapados y ahora a una oficina del Inem para que se haga la foto como si en vez de abordar un drama familiar fuese a comprobar si los mandriles tienen el culo tan pelado como dicen. Luego nos quejábamos de los posados de la Obregón en la playa.
No sé si estas Navidades le han regalado el dvd de Evita o es que la desfachatez es infinita, pero verle caminar al lado de una fila de parados, hacer uso de ellos para chupar cámara, mirarles con compasión aunque haya que repetir plano, hablar mientras estas gentes le sirven de atrezzo demuestra que, aunque fuese capaz de acabar con el desempleo, lo que no lograría jamás es acabar con tanta vergüenza ajena.
Germán Temprano es escritor y periodista.
JAULA DE GRILLOS
Si Luis XIV era el Estado, Mariano es sin duda la salvación. Dice que con él bajaría el paro. Lo que no dice es si la solución que baraja es nombrar tantos ministros como para tener que celebrar los Consejos en la Plaza de las Ventas en vez de en Moncloa. O si va a volver a la cola de las oficinas del Inem a reclutar asesores a mansalva. Total, para que le aconsejen que suelte en el debate electoral lo de la niña o que emule a Arguiñano en un comedor de pobres, con tener cuarto de hora de bachillerato vas que te matas.
Hasta la fecha, la derecha aseguraba que el empleo lo creaban las empresas. Y eso que ya conocían a Díaz Ferrán. Cierto es que, también hasta este día, nunca había tenido noticia de un líder capaz de cocinar un cocido gallego, rellenar un par de quinielas, disertar con retranca en el Congreso y presentarse al mundo como el Tamariz compostelano que en realidad es. Todo un mago a pesar de lo mucho que le costó hacer desaparecer a Richi Costa y a que nunca ha logrado sacar de la chistera a la vez a Espe y a Gallardón sin que se peleen.
Por si lo desconocen, cuando la crisis económica era todavía más severa, de haber estado Rajoy al frente del Gobierno, lejos de quedarse en paro, a cualquier currela incluido en un ERE le hubieran nombrado consejero de una multinacional o rentista del año a cargo de los Presupuestos del Estado. Mire si no lo que pasó con Zaplana. Iba a opositar, luego a pedir un crédito al ICO para comprarse el ciclomotor de ‘mensaka’ y, al final, gracias a esa política de fomento de la actividad laboral, le salió esa chapucilla en Telefónica.
Pues así todo. Si no votó a Mariano en su momento que sepa lo que se ha perdido y si ya lo hizo sepa que entre los reincidentes se sorteará un cargo en la Administración. En vez de hacerlo ante notario se hará ante Carlos Fabra por su dilatada experiencia en estos asuntos desde los tiempos de Viriato. Cuando el viento de las insidias cese, la Historia hará justicia a la contribución de este prohombre en la creación de puestos de trabajo que ni ZP ha podido destruir.
Que alguien se arrogue por sí mismo la capacidad de reducir el paro evidencia que, a menudo, la frontera entre la presuntuosidad y el caudillismo es tan débil como bochornoso resulta este Monopoly social que le han montado al candidato. Primero le llevan a dar de comer a los desarrapados y ahora a una oficina del Inem para que se haga la foto como si en vez de abordar un drama familiar fuese a comprobar si los mandriles tienen el culo tan pelado como dicen. Luego nos quejábamos de los posados de la Obregón en la playa.
No sé si estas Navidades le han regalado el dvd de Evita o es que la desfachatez es infinita, pero verle caminar al lado de una fila de parados, hacer uso de ellos para chupar cámara, mirarles con compasión aunque haya que repetir plano, hablar mientras estas gentes le sirven de atrezzo demuestra que, aunque fuese capaz de acabar con el desempleo, lo que no lograría jamás es acabar con tanta vergüenza ajena.
Germán Temprano es escritor y periodista.
JAULA DE GRILLOS