27 de septiembre de 2010, 15:17
NUEVATRIBUNA.ES - 27.9.2010
... -a los de clase, no a todos-, al modelo social de los derechos colectivos y al estado del bienestar, intentando provocar y desvirtuar el objetivo de la huelga con el establecimiento de servicios mínimos abusivos allí donde gobierna.
El Gobierno intenta ponerse de perfil buscando minimizar la convocatoria y la propia huelga con el objetivo de presentarse el día 30 diciendo: aquí no ha pasado nada y seguir avanzando en las medidas de recortes, especialmente las que afectarán a pensiones públicas.
Parece que sólo hay dudas y división entre las personas agredidas por ambos, que son las que realmente han sido convocadas a la participación. La huelga tiene un sentido central : protestar contra los recortes laborales y sociales impuestos por el Gobierno y conseguir su retirada y modificación reabriendo negociaciones serias con los sindicatos para establecer un modelo social positivo para los trabajadores.
Sin embargo los acontecimientos de los últimos meses y las posiciones expresadas por los diferentes agentes políticos y económicos imponen que también signifique una reafirmación del empuje colectivo y autónomo de los trabajadores en defensa de sus intereses, independientemente del lugar del que proceda la agresión.
En la vida privada los ciudadanos solemos exacerbar la autoestima y mostrarnos muy sensibles ante situaciones que puedan disminuir nuestra propia valoración, así como estamos raudos en la defensa cuando estimamos que nuestros intereses van a ser perjudicados.
Colectivamente, no tiene por qué ser diferente. La situación actual presenta rasgos que apuntan hacia un intento de disminuir la autoestima, la valoración y los intereses de los trabajadores como clase social organizada y por eso es necesario reaccionar y participar activamente el 29 de Septiembre.
La cuestión no es tan complicada. Sabemos que cuando nos mostramos fuertes los enemigos retroceden y si somos débiles estos avanzan en sus posiciones. Junto a la necesidad de parar las agresiones establecidas por la reforma laboral y el anunciado recorte de las pensiones, la dignidad frente a las descalificaciones e intentos de desarmar a los trabajadores por parte de la derecha y sus acompañantes y la autodefensa frente a las agresiones establecidas por el Gobierno deben servir de sencillos y muy humanos estímulos para movilizarnos el día 29.
Javier Fernandez - Sindicalista
... -a los de clase, no a todos-, al modelo social de los derechos colectivos y al estado del bienestar, intentando provocar y desvirtuar el objetivo de la huelga con el establecimiento de servicios mínimos abusivos allí donde gobierna.
El Gobierno intenta ponerse de perfil buscando minimizar la convocatoria y la propia huelga con el objetivo de presentarse el día 30 diciendo: aquí no ha pasado nada y seguir avanzando en las medidas de recortes, especialmente las que afectarán a pensiones públicas.
Parece que sólo hay dudas y división entre las personas agredidas por ambos, que son las que realmente han sido convocadas a la participación. La huelga tiene un sentido central : protestar contra los recortes laborales y sociales impuestos por el Gobierno y conseguir su retirada y modificación reabriendo negociaciones serias con los sindicatos para establecer un modelo social positivo para los trabajadores.
Sin embargo los acontecimientos de los últimos meses y las posiciones expresadas por los diferentes agentes políticos y económicos imponen que también signifique una reafirmación del empuje colectivo y autónomo de los trabajadores en defensa de sus intereses, independientemente del lugar del que proceda la agresión.
En la vida privada los ciudadanos solemos exacerbar la autoestima y mostrarnos muy sensibles ante situaciones que puedan disminuir nuestra propia valoración, así como estamos raudos en la defensa cuando estimamos que nuestros intereses van a ser perjudicados.
Colectivamente, no tiene por qué ser diferente. La situación actual presenta rasgos que apuntan hacia un intento de disminuir la autoestima, la valoración y los intereses de los trabajadores como clase social organizada y por eso es necesario reaccionar y participar activamente el 29 de Septiembre.
La cuestión no es tan complicada. Sabemos que cuando nos mostramos fuertes los enemigos retroceden y si somos débiles estos avanzan en sus posiciones. Junto a la necesidad de parar las agresiones establecidas por la reforma laboral y el anunciado recorte de las pensiones, la dignidad frente a las descalificaciones e intentos de desarmar a los trabajadores por parte de la derecha y sus acompañantes y la autodefensa frente a las agresiones establecidas por el Gobierno deben servir de sencillos y muy humanos estímulos para movilizarnos el día 29.
Javier Fernandez - Sindicalista