lunes. 06.05.2024

¡Revolviendo el río!

Sí, ya saben aquello de “a río revuelto ganancia de pescadores”. Aquí y ahora, desde luego, “los pescadores” pretenden nada menos que encontrar justificación, en la ejecución de Osama Bin Laden, a sus propuestas de que -valiera todo- contra los terroristas.

Sí, ya saben aquello de “a río revuelto ganancia de pescadores”.

Aquí y ahora, desde luego, “los pescadores” pretenden nada menos que encontrar justificación, en la ejecución de Osama Bin Laden, a sus propuestas de que -valiera todo- contra los terroristas. De hecho casi lo consiguieron, con algunos retoques forzados por los demócratas americanos en el paso de la propuesta presidencial de Bush por las cámaras.

Ahora se han apresurado a pretender justificar, aquel disparate democrático, y a establecer un nexo de unión (inexistente) entre aquellas autorizaciones del gobierno de Bush para ejercer la tortura con los detenidos por terrorismo, y la muerte del terrorista más buscado en el mundo, Osama Bin Laden.

Los personajes más oscuros de aquel gobierno, con el ex vicepresidente Dick Cheney a la cabeza, se han apresurado a reivindicar que, este éxito, viene de la autorización que hizo aquel gobierno, del uso de la tortura como medio para obtener informaciones sobre terrorismo. Aquello que pomposamente llamaron “técnicas de interrogación” (razón ya de por si más que suficiente para exigir una explicación).

¿He dicho este éxito? Sí, el mundo en general no me cabe duda de que va a poder respirar un poco más tranquilo con el final de este personaje que dedicó, fortuna y vida, a sembrar de dolor el planeta con su discurso incendiario y su fanatismo religioso.

La pregunta, pendiente de respuesta por parte de la administración del presidente Obama, es si pudo haber sido atrapado vivo para ser sometido al veredicto de la justicia. Porque es esto lo que uno espera y desea que ocurra cuando se actúa en nombre de países democráticos o de la comunidad internacional. Y aquí, los Estados Unidos de América, le deben una explicación al mundo. Una explicación coherente y no los balbuceos contradictorios que hemos escuchado hasta el momento presente.

Porque miren, podemos alegrarnos con la ONU y recibir con satisfacción la noticia de que Osama Bin Laden no va a perpetrar más actos de terror en el mundo, como señalaba la nota del Consejo de Seguridad del organismo internacional. Pero por encima de ello tenemos derecho a saber si su captura con vida fue una opción o no. Si la grandeza de las democracias de no tomarse la justicia por su mano, presentando ante los tribunales competentes a estos asesinos, fue realmente tal, o si se tomaron atajos injustificables e incompatibles con una democracia digna de tal nombre.

Sí, la administración del presidente Obama nos debe una explicación al mundo, a ser posible clara y concisa; pero en cualquier caso donde quede claro si el fin ha justificado los medios o no.

Por último, quiero señalar mi perplejidad de que a estas alturas, ninguna voz autorizada de organismos internacionales prestigiosos, haya alzado la voz para solicitar las explicaciones oportunas que nos aclaren, si estamos ante un atajo tomado por las fuerzas especiales de élite estadounidenses o ante un resultado ciertamente imponderable.

Y es que quizás, algunos seguimos estando en la nostalgia de ciertos principios éticos infranqueables para una democracia digna de recibir ese nombre. En este caso, ese que dice que el fin nunca podrá justificar los medios.

De lo contrario, se pueden pervertir de tal modo las democracias que lleguen a dejar de tener sentido.

¡Revolviendo el río!
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