Un país que es capaz de alojar, dar de comer y divertir a noventa millones de visitantes pero es incapaz de dar vivienda a quienes viven en él, es un país fracasado, roto, inconstitucional.
Convertir el debate político en una pocilga es la estrategia elegida por la derecha hispana para llegar al poder desde que Aznar se hizo con la jefatura.