Recuerdo a gente rezando el rosario frente al madrileño cine Palafox para protestar contra el estreno de Jesucristo Superstar. Temía que ocurriese algo similar con el estreno de No me llame Ternera en el Zinemaldia. Pero he recibido un correo del festival donostiarra donde su director cuenta que su pase quiere ser censurado. Medio millar de personas entienden que podría ser apología del terrorismo. Ahí es nada. ¿Acaso es la película El hundimiento una defensa del pobre Hitler acosado en su búnker? La película No habla del referéndum que perdió Pinochet. ¿Acaso defiende su traición al gobierno de Allende?
Resulta preocupante cómo algunos partidos políticos instrumentalizan el terrorismo etarra para esconder su carencia de propuestas. ETA es responsable del 11M y de lo que sea menester, aún cuando ya no esté operativa desde hace una década. Josu Ternera es un personaje olvidado, pero cuya existencia conviene recordar. Fue nada menos que presidente de una comisión en el Parlamento vaco, la concerniente a derechos humanos, gobernando el PNV. Estas cosas no deberían caer en el olvido. Acusar a un periodista de tener mal gusto por entrevistarle y proponer a un festival cinematográfico censurar su proyección denota una deprimente patología social.
¿Era la novela y la serie Patria una defensa del terrorismo etarra? ¿Lo es Maixabel? Yo estoy deseando ver la entrevista hecha por Évole. Luego la enjuiciaré y podré dar uno u otro parecer. Que los prejuicios proclamen un anatema me parece inquietante. Oír hablar a Albert Speer o leer sus memorias resulta muy ilustrativo y desde luego no te convierte para nada en un filonazi. He leído un montón de biografías que tratan sobre Hitler y el tercer Reich. Ayudan a comprender psicopatologías monstruosas que intoxicaron una sociedad presuntamente cultivada.
Me preocupa que un porcentaje significativo de la población chilena se solidarice con Pinochet y que las cuotas del franquismo sociológico vayan en aumento. Eso es un problema del presente que podría escorar el futuro. Intentar entender el genocida fenómeno etarra no debería despertar semejantes recelos. Veamos la entrevista y entablemos un debate constructivo a renglón seguido. Manifiesto aquí toda mi solidaridad con José Luis Rebordinos, artífice del mejor festival internacional en activo.
