Al loro, al loro compañeros y compañeras pensionistas, ya ha empezado por tierra mar y aire la campaña para enfrentarnos con nuestros hijos y nietos. Ya han encontrado a los culpables de los bajos salarios y de la precariedad laboral de nuestros jóvenes. Ahí está, con sus informes, estudios, discursos y artículos, el batallón de “sabios” (algunos comentaristas, economistas, empresarios, políticos...) explicándonos que ya han encontrado a los culpables de que los salarios en España hayan perdido un 12% de poder adquisitivo desde la crisis de 2008 y la razón de que el salario medio sea hoy inferior al de hace 20 años, pese a que el PIB se ha multiplicado por dos.
Por fin, ya han encontrado a los responsables de la penosa realidad social que padecen los jóvenes de nuestro país, y la explicación a la realidad que nos dibuja la última edición de la Encuesta de Calidad de Vida 2021, publicada hace una semana, que destaca la pérdida de renta del tramo de edad de los más jóvenes, de 16 a 39 años, de manera que si en 2012 su renta representaba el 84,8 % de la de los mayores de 64 años hoy la proporción ha disminuido hasta el 77,8 %.
Por fin estos “sabios” ya han encontrado donde están los verdaderos culpables de la brecha salarial generacional que padece la juventud española, que se ha agravado desde la crisis inmobiliaria. Hasta el extremo, como ha publicado hace unos días la Cambra de Comerç de Barcelona, que cobran de media la mitad que sus padres. ¡Por fin! Ya han encontrado las razones que explican que este año, y el pasado, centenares de miles de trabajadores y trabajadoras padezcan de facto una congelación salarial causada por el bloqueo de la negociación colectiva y con ellos sus convenios colectivos sin renovar.
Ya sabéis, compañeros y compañeras pensionistas. ¿Dónde están las razones y los culpables de la precariedad y los bajos salarios de las nuevas generaciones? Somos nosotros y nuestras pensiones. Lo hemos podido ver justo al instante en que el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha anunciado la revalorización de las pensiones para el próximo año 2023 con la rigurosa aplicación de la “Ley de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones”, aprobada por cierto por las Cortes Generales con amplia mayoría.
Ha empezado la batalla con titulares y argumentos como
“En España se acaba de firmar el saqueo a los jóvenes subiendo un 8,5% las pensiones”
"Un jubilado con derecho a la pensión máxima recibirá 3.000 euros brutos al mes en 14 pagas cuando la mitad de los trabajadores españoles cobra menos de 1.500”.
"La pensión media ha subido en España durante los últimos años un 40%, mientras el sueldo de los jóvenes se ha incrementado en el mismo periodo de tiempo menos de un 6%”.
"La pensión máxima subirá hasta diez veces más que el salario de los menores de 24 años”.
"El gobierno PSOE-UP ha atracado a los jóvenes con el incremento de las pensiones para el próximo año”.
Una campaña que está teniendo su resultado, como se pudo oír por ejemplo el pasado 5 de octubre en el programa “EN BOCA DE TODO” de TV CUATRO, en el que una abuela, Lola de 86 años, que cobra una pensión moderada pero superior al salario mínimo interprofesional, le pedía al Gobierno: "Que no nos suban las pensiones, que les den más sueldo a los jóvenes”. Porque “aquí estamos todos los abuelos apoyando a los nietos". El de Lola, le explica al entrevistador, “tiene 24 años y es informático, pero su sueldo no le da para independizarse y le tiene que ayudar".
Pero a Lola deberíamos decirle que los responsables del bajo salario de su nieto no es su pensión, ni la de los 4,7 millones de pensionistas, el 52,5% del total, con una pensión menor que el salario mínimo interprofesional, ni la de los 3,8 millones que ingresa entre el SMI y la pensión máxima y que son el 42,3%, ni tampoco la de los 460.000, que son tan solo el 5,2%, que cobran la pensión máxima. Su nieto, como todos los jóvenes de este país, tiene que saber, y quien mejor que sus abuelos y abuelas para explicárselo, que será su compromiso, su organización en sindicatos y su lucha, lo que puede mejorar sus salarios y sus condiciones de trabajo. Así fue ayer, así es hoy, y así, queridos jóvenes y nietos, lo será en el futuro.
