miércoles. 24.04.2024

Esteban Righi, un histórico del peronismo, renunció a su cargo después de que el vicepresidente Boudou acusara al estudio jurídico familiar de proponerle sus buenos oficios para hacer lobby ante los jueces, anticipándose a los problemas que lo vinculan con un presunto caso de corrupción. 

Según relató el vicepresidente argentino, entre 2009 y 2010 fue visitado en dos ocasiones por Ana María García, la esposa del renunciante Procurador General de la Nación y otros dos integrantes del estudio jurídico de Righi, para advertirle que necesitaría ayuda “en Comodoro Py”, sede de los tribunales. En la primera visita, Boudou era jefe de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social); la segunda ya lo encontró como ministro de Economía.

La denuncia de Boudou, que también alcanzó al presidente de la Bolsa de Valores de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, que en este caso actuaría por cuenta de una empresa rival de Ciccone (la imprenta a la que podría haber favorecido el vicepresidente), ha levantado un torbellino con importantes consecuencias políticas y jurídicas.

El hasta ahora Procurador General de la Nación presentó su dimisión en una carta a la presidente, “al no poder obrar con la serenidad espiritual apropiada para servir al interés público”. Y rechazó rotundamente las acusaciones del vicepresidente: “lo que corresponde es que cada protagonista explique su comportamiento en el ámbito previsto en el derecho vigente, donde inexorablemente se demostrará la falsedad de las informaciones e imputaciones” con las que lo agravió Boudou, aunque no cita expresamente al vicepresidente.

Aunque el cargo le confiere estabilidad y solo podría ser removido por un juicio político, Righi decidió alejarse y no polemizar “en relación a hechos que son del dominio público”.

La renuncia de Righi, designado por Néstor Kirchner en 2004, supone que Amado Boudou ha recibido el apoyo implícito de la presidente, Cristina Fernández. La mandataria eligió como candidato para nuevo Procurador (debe ser ratificado por los dos tercios de los diputados del Congreso), a Daniel Reposo, actual titular de la SIGEN (Sindicatura General de la Nación). Raposo es amigo del vicepresidente y fue subordinado de Boudou tanto en la Seguridad Social como en el Ministerio de Economía. El diario Clarín recuerda que, la semana pasada, Raposo atacó en una exposición pública al fiscal Rívolo, que es quien investiga al vicepresidente por presunta corrupción.

El renunciante “Bebe Righi”, como era conocido desde que muy joven entró en la vida política, es una figura poderosa en el imaginario colectivo de la izquierda peronista. Su imagen está ligada, sobre todo, a su breve paso por el gobierno (también breve, 49 días) de Héctor J. Cámpora. Fue quien puso la firma para liberar a los presos políticos de la dictadura militar de turno (la de Lanusse), horas después de que asumiera el nuevo gobierno, en 1973.

Según el diario oficialista Página 12, Righi ha caído por la falta de firmeza del Procurador “ante lo que consideran un manejo irregular en la causa Ciccone y en algunos otros expedientes”. También porque apoyó la designación del juez que lleva la causa que afecta al vicepresidente, Daniel Rafecas, y del fiscal, Carlos Rívolo.

Para Manuel Garrido, ex titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y actual diputado de la UCR, “a Righi lo echan por blando”, porque no habría podido domesticar al fiscal y al juez que llevan la causa contra Boudou por presunta corrupción. “Van a poner a una especie de Moreno (en referencia al polémico secretario de Comercio Interior) para que discipline de manera más brutal todavía al funcionamiento de la justicia”, añadió Garrido.

Alberto Fernández, que fuera jefe de gabinete de Néstor Kirchner y que hoy está enfrentado a la presidente, consideró que la Argentina va a tener una justicia peor sin Righi. Y consideró que el vicepresidente Boudou “está actuando como muchos a los que tilda de mafiosos”. Fernández señaló que le preocupa que la presidente no reaccione: “la Argentina perdió a un fiscal probo y mantenemos en pie a un vicepresidente de cuya honorabilidad ya muchos dudan”, añadió.

Y, para que no falten elementos de confusión, el diario La Nación informa que un abogado que participó en la estrategia de defensa del vicepresidente, presentó una serie de mensajes que acreditarían que el juez Daniel Rafecas, a cargo de la causa contra Boudou, habría dado consejos para ayudar al vicepresidente y a sus socios en el inicio de la causa. El abogado defiende a José María Núñez Carmona, socio reconocido del vicepresidente y es amigo del juez desde hace años. Según La Nación, los mensajes del juez incluyeron recomendaciones para gestionar el caso ante la prensa, sugerencias jurídicas y hasta consejos políticos.

El magistrado reconoció al diario la existencia de estos mensajes, mediante el sistema WhatsApp, pero le restó trascendencia. “Pude haberme excedido en alguna palabra o comentario informal, eran los primeros momentos de la investigación cuando creía que era una causa puramente mediática”, añadió.

Renuncia el jefe de los fiscales argentinos, arrastrado por el 'Caso Boudou'