viernes. 26.04.2024

Dos años después de la sublevación, hay pocos datos que acercan a la magnitud de la gravedad de la guerra en Siria. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), hizo gran parte de trabajo de campo para responder a una de las preguntas más persistentes sobre Siria, ¿Cuál es el estado del ejército de Bashar Al-Asad y cómo ha sido afectado por la revolución? En el 2013, Military balance ha tenido como objetivo proporcionar una evaluación completa de la capacidad de combate militar siria, y las luchas que han enfrentado ambas partes para conseguir cierta ventaja la una de la otra.

La conclusión a la cual ha llegado el Military Balance, ha sido la siguiente: Entre el comienzo de la sublevación y el otoño de 2012, la fuerza del ejército sirio se había reducido a la mitad, la tropa tenía un total de 110.000 efectivos. De ese total de efectivos, el régimen sólo podía contar con la lealtad de unos 50.000 soldados, de los cuales la gran mayoría son de origen alaouita, tanto las fuerzas especiales, como la guardia republicana y la tercera y cuarta división.

Actualmente se calcula, que residen en Siria alrededor de 22 millones de personas lo que hace que Al-Asad no pueda mantener su nivel sustancial de control con tan sólo 50.000 soldados. Por eso mismo, es lógico pensar que recibe el apoyo incondicional de otras ramas de las fuerzas armadas, en concreto se complementan con 60.000 soldados del ejército activo, otros 60.000 soldados de la fuerza aérea, y un número indeterminado de policías y fuerzas paramilitares. Lo que hace que sea evidente la implicación de otras fuerzas como Hezbollah o Irán.

El Military balance, no tratará de hacer un recuento de los rebeldes sirios en combate, sin embargo sí ofrece una evaluación de sus métodos. Los rebeldes cada vez utilizan más los métodos de insurgencia moderna, incluyendo emboscadas, asesinatos así como atentados suicidas, según los informes del Military balance.  Sin embargo, se han obstaculizados por la falta de organización así como falta de coordinación entre ellos y sobre todo por la falta de una autoridad política unificada.

Por otro lado, la estructura descentralizada de los rebeldes les ha impedido ser aniquilados por el ejército aunque numéricamente sea más amplio y tecnológicamente más avanzado. Ya van dos años desde el inicio de la sangrienta revolución siria, y la comunidad internacional sigue siendo un simple espectador ante una masacre sin precedentes. Cierto es que el deterioro del ejército del régimen del  Al-Assad, ¿pero hasta cuando seguirá el pueblo sirio soportando la muerte de inocentes? Y como muchos analistas afirman: “Si Al-Assad no pudo ganar la guerra, los rebeldes aún pueden perder”

El ejército de Al-Asad se desploma