viernes. 29.03.2024

Ante las dificultades, nada mejor que insuflar disciplina y revolución. Cuando aún se desconoce cuál es el real estado de salud de Hugo Chávez, y por tanto si podrá ser el candidato para las elecciones de diciembre del año próximo, el presidente venezolano ha advertido que no está vencido y que se viene una radicalización del proceso político.

Al mismo tiempo dosifica sus apariciones para que no haya sensación de vacío de poder. Sus llamadas a distintos programas de televisión y sus mensajes en twitter son la vía más común para marcar esta presencia. En las últimas horas también se le vio en una misa en Fuerte Tiuna, acompañado por sus ministros y la cúpula militar, donde recibió la unción de los enfermos. La misa no fue oficiada por el obispo de Caracas, Jorge Urosa Savino, al que Chávez ha calificado de “indigno y troglodita”, sino por monseñor Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, del Estado Táchira, con quien Chávez tiene una buena relación personal.

En su última aparición pública, mediante una llamada a la televisión, que estaba transmitiendo un acto académico, Chávez advirtió: “la oposición y la contrarrevolución andan tramando que Chávez ya está muerto, que se está muriendo, que ya no puede, que tiene que entregar y que viene la transición antes de las elecciones”. Y añadió que la única transición que corresponde y que hay que acelerar “es la del modelo capitalista, que está acabando con el mundo, al modelo socialista, que es la salvación de la humanidad”.

“Es la del modelo capitalista, que está acabando con el mundo, al modelo socialista, que es la salvación de la humanidad”Una reacción similar tuvo en octubre del año pasado, después de sufrir un importante revés en las elecciones legislativas, en las que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fracasó en su objetivo de hacerse con los dos tercios de la Asamblea, el número necesario para aprobar leyes orgánicas, poderes especiales para el ejecutivo y designar algunos importantes titulares del Estado, sin necesidad de contar con los votos de la oposición.

Hace un año, la consigna fue impulsar nuevas estatizaciones, sobre todo de latifundios, y la militarización de la Milicia Bolivariana. En abril de este año se reformó la ley de las fuerzas armadas para permitir el adiestramiento militar y el adoctrinamiento en las escuelas, colegios y universidades. De acuerdo a la nueva ley, los milicianos y voluntarios son autorizados a llevar armas de manera permanente.

En otro gesto de las últimas horas que quizá no ha sido suficientemente resaltado, Chávez hizo un llamamiento a la unidad cívico-militar, “ante un contexto de adversidad”. Afirmó que su llamamiento era para todo el país, no solo el PSUV, e incluyó a la clase media, “que no tiene que ser enemiga de este proceso que le pertenece también”.

Aunque no fue más explícito sobre sus planes para acelerar el proceso hacia el socialismo, hay que recordar que tiene todos los resortes institucionales y económicos para seguir adelante. Cabe recordar que, a pesar del revés electoral en las legislativas del 2010, Chávez dispone de la Ley Habilitante, aprobada por la Asamblea saliente, que le autorizó a asumir todas las facultades legislativas por un período de 18 meses. Es decir, que podrá gobernar por decreto hasta casi la fecha de las elecciones, fijadas para el 2 de diciembre de 2012.

Chávez promete acelerar el proceso al socialismo