jueves. 25.04.2024
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Consejo Europeo

A los europeos se nos ha convencido de que el motor gracias al cual la Unión Europea (UE) se mueve es, Alemania y su economía. Por lo tanto, llegado el momento y en caso de ser necesario, toda la maquinaria de la unión debe movilizarse para salvar dicho motor. En la pasada crisis los apodados PIGS –Portugal, Italia, Grecia, y España-, como ven todos países del sur europeo, tuvieron que pagar los platos rotos de la Comisión Europea (CE) representada por el Eurogrupo, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI): La TROIKA. Con la excusa de salvar el euro y el mercado común, haciendo uso obsceno de las normas comunes, han llegado incluso a pervertir el orden constitucional, tal como lo hicieron, por ejemplo, en Italia destituyendo al presidente electo - independientemente de que Berlusconi nos gustara o no -, así como desbaratar completamente la elección del pueblo griego, imponiendo medidas que más tarde reconocerían que quizás “no eran del todo justas”, obligando a una movilización masiva en España protagonizada por el 15M o llevando el pueblo portugués casi a la ruina. Con la perspectiva del tiempo, podemos decir que la CE y las otras instituciones que conforman la TROIKA son un poderoso aparato de disciplinamiento de los pueblos del continente, usando además para ello sus propios gobiernos.

LA DIÁSPORA GRIEGA

El caso griego es paradigmático, una de las sociedades más contestatarias; que por cierto, este 20 de agosto por fin se ha librado de la intervención y la tutela directa de la Troika. Una intervención que duró varios años, cuyo único resultado visible es el agotamiento y el empobrecimiento de la sociedad helena. Es revelador ver como el desplome del Producto Interior Bruto (PIB) griego coincide exactamente con la concesión del primer tramo del rescate europeo. Desde que la TROIKA intervino las cuentas griegas su PIB ha caído un 25%, con el consecuente deterioro de los servicios públicos y la masiva fuga de cerebros que no son capaces de encontrar una vida viable en su propio país.

Debido a las deplorables condiciones de vida, causadas por la austeridad impuesta por la Troika al pueblo griego, en 2019 el Banco Central del país calculó la fuga de casi medio millón de personas, en su mayoría jóvenes, menores de 30 años, con alta cualificación técnica y profesional. Casualidad o no, la mayor parte de la diáspora griega se encuentra entre Alemania y EEUU -326.297, 163.819 respectivamente-. Para que nos hagamos una idea, en 2008 en las universidades extranjeras había 7.854 docentes e investigadores griegos, apenas siete años después, esta cifra había alcanzado 141.200. Seguro que coincidiremos en que un país que pierde su gente mejor cualificada y formada su futuro se vislumbra más bien oscuro, además del desembolso que supone al país sin ningún retorno posterior.

EL CASO DE ESPAÑA Y PORTUGAL

En otros países, obligaron sus gobiernos a aplicar políticas de Ajuste Estructural, nunca vistas antes, llevando sus poblaciones a la asfixia y la extenuación. Para no ir tan lejos, en España han llegado a convencer a gran parte de la población de que aquí “se había vivido por encima de nuestras posibilidades” e incluso de ‘persuadirnos’ de que aquí éramos ‘unos vagos y que nuestro único oficio era la fiesta y la juerga’; cuando en realidad nuestra jornada laboral media es de 37,70 horas a la semana, mientras que la alemana es apenas de 35,10 o la de los Países Bajos es de 30,03 horas semanales. Seguramente, nos dirán que trabajamos más porque no somos productivos; nada de eso es cierto, trabajamos más porque nuestro tejido económico es de los que exigen una mano de obra extensiva y menos cualificada. Al adherirse España a la UE allá en 1986, una de las condiciones, que nunca se debió aceptar fue el desmantelamiento de nuestro tejido industrial y especializarnos en el sector servicios, principalmente el turismo. La rica Europa del norte, nos necesitaba pero solo como lugar de esparcimiento y así es como España renunció a su industria y se convirtió en el lugar de veraneo del resto de los europeos, principalmente del norte. De modo que, si trabajamos más horas es porque nos obligaron a especializarnos en los sectores que exigen unas jornadas largas, extenuantes y además con muy poco valor añadido.

Vergonzante fue la reforma del artículo 135 de la Constitución, acordada entre Zapatero y Rajoy, que se efectuó con nocturnidad y alevosía

Otra cosa vergonzante fue la reforma del artículo 135 de la Constitución, acordada entre Zapatero y Rajoy y que se efectuó con nocturnidad y alevosía, sin el refrendo ni la validación del pueblo español y la cual obliga a que “todas las Administraciones Públicas adecuarán sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria”. Lo que no significa otra cosa que, la priorización de la devolución de la deuda sobre cualquier otra cosa o consideración.

En Portugal las cosas tomaron más o menos la misma deriva. Tras el rechazo del parlamento luso al cuarto bloque de rescate, que por supuesto iba acompañado de medidas de austeridad, el primer ministro José Sócrates se vio forzado a dimitir. Claro estaba el objetivo principal, siguiendo la obsesión alemana con el control del déficit, lo acordado con la TROIKA era rebajarlo al 3%. Portugal llegó a reducirlo en el año 2017 al 2,1%. Pero este resultado, aparentemente positivo, tuvo unas consecuencias nefastas para la sociedad lusa. Por ejemplo, entre otras muchas medidas, una fue la subida del IVA al 23%; pagar 5 euros de copago al acudir al médico de familia ó 20 euros al ir a urgencias. Además de la subida del precio de transportes, del impuesto sobre la renta, etc. Otra de las consecuencias de todo este sin sentido fue lo que podríamos denominar: Robín Hood a la inversa, que consistió en subir las cotizaciones a la Seguridad Social (lo que supuso la merma del poder adquisitivo de la masa asalariada), al mismo tiempo que a las empresas se les rebajó la cotización de 23% a 18%; ello supuso un trasvase de 2.000 millones de euros de manos de los trabajadores a los empresarios. Suponiendo así la socialización de la precariedad y la privatización de los beneficios.

De nuevo toca sacrificarse ¡No me digan!

Resulta confuso por no decir desgarrador descubrir que la gran Maschine alemana que presuntamente “lo hace todo bien” en realidad no ha hecho nada a derechas; incluso en un tema tan evidente para la soberanía de cualquier Estado, como es la energía. Ahora sabemos que su negligencia no tiene parangón. Es sorprendente descubrir que en la pasada crisis, del 2008, Ángela Merkel y su ministro de finanzas Wolfgang Schäuble, erigiéndose, sin que nadie se lo reclamara en salvadores de la UE, y que con su intransigencia y arrogancia llevaron a miles de hogares a la ruina total, especialmente los del sur de Europa; hoy son estas mismas arruinadas familias las llamadas a sacrificarse otra vez para enderezar la economía europea y salvarle el pellejo a Alemania y sus acólitos. Es realmente doloroso darse cuenta que los mismos que andaban dando lecciones sobre el buen hacer, sean los mismos que han cometido los errores más inexplicables e incomprensibles. Algo básico en la economía es no poner nunca todos los huevos en la misma cesta. No creo que se necesite ser catedrático de las finanzas para darse cuenta de ello.  

Desde el final de la II Guerra Mundial, la RFA primero y la Alemania unificada más tarde siempre ha sido la vanguardia y el adalid de la economía de mercado en Europa

Durante su mandato, el ministro Schäuble lideró una batalla sin cuartel a favor del control del déficit, de la reducción de la deuda soberana de los Estados y la garantía de la competitividad. Todos ellos buques insignia del Ordoliberalismo alemán, cuyo origen es la ciudad alemana de Friburgo, ciudad natal del señor Schäuble. Un Ordoliberalismo que se llevó a cabo intensamente en la República Federal Alemana (RFA), cuyo objetivo era construir una Alemania a imagen y semejanza de los EEUU y que por supuesto se pretende trasladar a toda la UE. Así pues, cabe reseñar que desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la RFA primero y la Alemania unificada más tarde siempre ha sido la vanguardia y el adalid de la economía de mercado en Europa y uno de los engranajes más importantes en la estrategia de dominación global de los EEUU.

Dos hechos importantes en la citada estrategia. El primero de ellos es la propia reunificación y adhesión de la RDA a la UE; tengan en cuenta que tras la caída del muro de Berlín, la RDA era un país soberano, con una economía fuertemente planificada desde el Estado, dicho de otra manera: la economía de la RDA era la antítesis de lo que son los postulados económicos de la UE; para que un país pueda adherirse al mercado común debe transitar un largo camino de reformas institucionales y de acomodación de sus estructuras económicas a las del mercado común. Lo lógico hubiera sido que pasaran más años para la integración total de lo que era la antigua RDA en la UE. No obstante, no más de un año después de la caída del Muro de Berlín; la RDA había desaparecido por completo, jurídicamente pasaba a formar parte de la RFA bajo el paraguas de la Ley Fundamental de Bonn y de esta forma se integraba completamente en la UE.

El segundo asunto de lo que no nunca se habla es el coste de la operación. Se nos ha convencido de que los países recién incorporados a la UE son lo que más fondos reciben y que por supuesto Alemania no es uno de ellos. No obstante, la verdad es otra, los Länders Alemanes del Este, según una estimación del Instituto IFO, en el cuarto siglo comprendido entre la caída del Muro de Berlín y 2014, habrían recibido unos 30.000 millones de euros del Fondo de Desarrollo Regional (FEDER). A eso hay que añadir unos 50.000 millones recibidos del Fondo Social Europeo (FSE), el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA) y el Instrumento Financiero para la Orientación de la Pesca (IFOP).

Visto desde España, el caso del IFOP es realmente interesante; la misión de dicho fondo es alcanzar el equilibrio entre los recursos del sector pesquero y su explotación; además de fortalecer la competitividad del sector desarrollando aquellas regiones que dependen del mismo. Dada la enorme importancia del sector pesquero en nuestro país, podemos llegar a pensar que somos el gran beneficiario de los fondos comunes, ya vemos que no es el caso. Huelga decir que todos estos fondos siempre van acompañados del principio de la condicionalidad, pero en el caso alemán - al menos de los 50.000 millones del FSE, FEOGA e IFOP - nunca hubo ninguna condicionalidad o contraprestación.

Siempre se nos ha presentado a Alemania y con ella los países del norte como estados y sociedades política, ética e incluso cívicamente mucho más sólidos que los países del sur

Existe otra dimensión. La ética. Siempre se nos ha presentado a Alemania y con ella los países del norte como estados y sociedades política, ética e incluso cívicamente mucho más sólidos que los países del sur. Cuando se hablaba del desarme Alemania se consideraba el ejemplo, cuando había que buscar políticas verdes, necesariamente se miraba hacia el norte con Alemania como epicentro. Cuando se buscaba un ejemplo de estabilidad y pragmatismo tanto en lo económico como en lo político se miraba en el espejo de los alemanes. Política y éticamente eran el ejemplo a seguir. Para nuestra sorpresa, ahora nos damos cuenta de que su desarme era una quimera, sus políticas verdes una ilusión y su pragmatismo político y sobre todo el económico podrían ser nuestra perdición.

EEUU tiene desplegados decenas de miles de soldados en Europa, de ellos al menos 35.000 están en territorio alemán, además el ejército americano tiene en la ciudad de Ramstein en el suroeste del país su mayor base militar fuera de sus fronteras. De este modo nos damos cuenta que en realidad a Alemania no le hacía falta armarse; pero una vez EEUU cambia la doctrina de su hegemonía global, recuerden que el primero en hablar de la necesidad de que Europa aumentara su inversión armamentística fue Donald Trump; en esa nueva doctrina de Washington de compartir el coste militar con sus socios, a Alemania no le quedó más remedio que cuadrarse y poner en marcha el programa de rearme más ambicioso desde la Segunda Guerra Mundial, aumentando así su gasto militar en 100.000 millones de euros, un 2% de su PIB. Lo paradójico de la operación es que será ejecutada por una coalición de gobierno formada por el SPD, los Liberales y lo más sorprendente es la participación entusiasta de los Verdes. Un consejo para futuros aspirantes a políticos, siempre que se quiera tomar medidas impopulares es mucho más fácil encargárselas a la “izquierda”; es una forma maquiavélica de hacer política, pero las sociedades las aceptan mejor que si esas mismas medidas las llevara a cabo la derecha.

Otro de los asuntos espinosos, es que Alemania, estando los Verdes en el gobierno, hace apenas un mes decidió reactivar sus centrales eléctricas en base al carbón y al petróleo. Además Olaf Scholz quiere ahora que otros contribuyamos a este colosal y sin sentido esfuerzo, recuperando proyectos ya enterrados por su alto coste económico y medioambiental como es el caso del gasoducto MidCat. En el Berlín de la eficacia y la eficiencia política, donde se toman las mejores e incuestionables decisiones, resulta que las mismas no eran ni las mejores, ni las más eficaces y mucho menos eficientes; más bien todo lo contrario. Durante años, siendo Scholz vicecanciller, Berlín ha puesto todos los huevos en una misma cesta, dependiendo en más del 55% del gas ruso hasta el inicio de la guerra de Ucrania. Eso es hasta febrero, una cantidad que se supone ha reducido al 35% en la actualidad. Pero ahora que Washington ha iniciado su estrategia para garantizar su hegemonía global, principalmente contra China; y dada la urgencia de desacoplar su economía de la de Pekín y su aliados, Berlín ha descubierto, de la noche a la mañana su error estratégico y los países del sur que por una vez habían hecho bien sus deberes, tienen que acudir en su rescate. A eso lo denominan el principio de solidaridad, llama poderosamente la atención que de un tiempo para acá, ese principio de solidaridad, casi siempre tiene que ver con los tropiezos, en la misma dirección… de los del norte.

De las 20 plantas Regasificadoras de la UE siete se encuentran en la Península Ibérica (seis en España y una en Portugal). Según Gas Infraestructur Europe (GIE) el 35% de la capacidad de almacenamiento del Gas se encuentran en España. Una de las contradicciones más desgarradoras y de la que no se habla mucho es que parte importante del gas que recibiría Europa a través de las infraestructuras españolas procederá de EEUU, que será más caro y con origen en la práctica del Fracking que en principio la UE no debería aceptar dado su enorme coste medioambiental.

Qué oportunidad y para quién

Muchos expertos nos dicen ahora que conectar energéticamente a España con el resto de Europa es una oportunidad para nuestro país. Nos dicen que de esta forma España podría convertirse en el granero del gas de Europa. La pregunta lógica que hay que hacerse: ¿Cómo es posible que uno de los países más dependientes energéticamente puede convertirse en el más importante proveedor del gas de Europa? Llámenme ingenuo pero algo no me cuadra, y si tenemos en cuenta las enormes tensiones entre España y Argelia como consecuencia del giro inesperado de Pedro Sánchez respecto al Sahara, la cosa se complica más aún. Con todo, seamos crédulos y creámonos el mantra de los expertos –otro consejo, cuando sean políticos y les resulte difícil legitimar una decisión, llamen a los “expertos”-, por fin los del sur podemos mirar a los del norte y decirles que tenemos algo tan esencial para su economía y que efectivamente estamos ante una oportunidad histórica. En este caso la pregunta obvia es, qué oportunidad y si así fuera oportunidad para quién. Personalmente dudo que en esa ecuación contamos todos y todas por igual.  

Se sabe que el coste del gasoducto MidCat será entre 400 y 450 millones de euros y su tiempo de realización estará comprendido entre ocho y nueve meses según la vicepresidenta Teresa Rivera, y tres años según la Patronal catalana. Si comparamos el coste, en términos económicos y medioambientales y el beneficio -su capacidad de bombeo apenas alcanzará unos 17000 millones de metros cúbicos-. Europa consume aproximadamente 500.000 millones de metros cúbicos de los cuales 150.000 millones provienen de Rusia, para cubrir solo la parte que corresponde a esta última partida Europa debe hacer frente aún a 133 000 millones de metro cúbicos. Otro de los problemas es que hasta ahora Francia se había negado por su alto coste y porque lo consideraba una amenaza para su intereses, ya vemos que esto de la solidaridad va siempre acompañado de la pregunta, qué hay de lo mío. Según nos dicen, o al menos de eso nos intentan convencer, como medida de presión, Rusia va a cerrar la llave del gas este invierno. El eterno retorno del invierno ruso –aun cuando no estamos físicamente en Rusia- por lo tanto urge la desconexión del gas ruso. Si Francia cede, y la vicepresidenta Rivera acierta, las obras en el MidCat finalizarán en la primavera del año que viene, para entonces será demasiado tarde y no digamos nada si acierta la Patronal catalana.

El objetivo nunca ha sido salvar el planeta, ni la prioridad el cambio climático, la clave está en el sentido que le damos a la palabra rentabilidad y sobre todo para quien

Pero no se preocupen, para nuestra tranquilidad, ya están con los cantos de sirenas. Según parece, uno de los objetivos futuros del Gasoducto es transportar hidrogeno azul, si bien en su proceso de producción genera gases de efecto invernadero, éstos son fáciles de capturar y almacenar y lo más importante es que en unos años, cuando la tecnología lo permita; eso quiere decir cuando lo haga rentable, se dedicará a transportar hidrógeno verde (H2) producido mediante la técnica de la electrolisis. Un proceso completamente limpio. El problema es que su producción es cara. Para que se hagan una idea, un kilo de H2 que contiene 33 KWh cuesta unos 5 euros, mientras que la misma cantidad producida con la energía fósil en la actualidad cuesta 1,5 euros. Seamos honestos, si lo que importa es el futuro del planeta ¿no sería más rentable invertir el 2% del gasto militar al que nos vemos abocados en el proceso de investigación y producción del H2? ¿Acaso 5 Euros es una cantidad inasumible si de lo que se trata es salvar el planeta y la humanidad? El objetivo, en realidad, nunca ha sido salvar el planeta, ni la prioridad el cambio climático, la clave está en el sentido que le damos a la palabra rentabilidad y sobre todo para quien. Entendemos ahora porque la CE ha incluido la Energía Nuclear y el Gas en la lista de las energías limpias.

Un hecho está claro, se sabe que el MidCat estuvo sobre la mesa en la Cumbre de la OTAN de Madrid; el objetivo real nunca ha sido otro que aislar a Rusia. EEUU está inmersa en una lucha sin cuartel para garantizar su hegemonía mundial, su principal enemigo es China; las idas y venidas de legisladores estadounidenses a Taipéi –primero Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, y más tarde una delegación de cinco legisladores entre congresistas y senadores- lo dejan claro. Washington sabe que ella sola no puede hacer frente a Moscú y Pekín, y ha delegado en Europa la misión de aislar al Kremlin. Tenemos que reconocer que la UE ha cogido la misión con muchas ganas y entusiasmo, para darse cuenta de ello, solo hay que ver las intervenciones de Josep Borrell, que más que el jefe de la diplomacia europea parece un funcionario en el despacho del Secretario de Estado de los EEUU Antony Blinken.

El objetivo siempre ha sido salvar al tío Sam y ya puestos a Alemania