jueves. 28.03.2024
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La implantación de la Renta Básica, más allá de la eliminación material de la pobreza y la disminución objetiva de las desigualdades, provocará una transformación de hábitos culturales y valores en la sociedad

La Renta Básica hará protagonistas de la transformación de la sociedad a ciudadanos y ciudadanas hacia un modelo más justo contra los poderes económicos que provocan las crisis y hacen pagarlas a la mayoría social.

Según algunos analistas internacionales, este 2018 será el año que situará la Renta Básica Universal definitivamente en el debate político. En España hay una enorme confusión sobre lo que realmente significa ese término, pues se llama Renta Básica a las rentas mínimas o garantizadas, que son condicionales, para cuya recepción se han de cumplir determinados requisitos y que han sido un completo fracaso por no cumplir los objetivos para las que se crearon. En cambio, la Renta Básica Universal es un derecho derivado del derecho a la vida.

Por tanto, es importante definir qué es la Renta Básica y cuáles son sus características. Ha de ser suficiente (al menos, por un importe equivalente al de la cantidad que supera el umbral de pobreza), incondicional, individual y universal: la cobrarían todas las personas individualmente, con independencia de su situación económica, de convivencia, recursos materiales o si percibe otro tipo de renta.

Según la última definición de Basic Income Earth Network (BIEN, Red básica de ingresos de la tierra), ese importe se percibiría con el disfrute de otros derechos y servicios sociales, como educación y sanidad. Esos derechos junto con la Renta Básica son parte fundamental de la estrategia política para eliminar la pobreza material y facilitar la participación social y política de todas las personas.

Pero la implantación de la Renta Básica, más allá de la eliminación material de la pobreza y la disminución objetiva de las desigualdades, provocará una transformación de hábitos culturales y valores en la sociedad como exponemos a continuación.

La Renta Básica pone suelo a la dignidad, garantizando la existencia material de las personas, pero a su vez, las corresponsabiliza para que cada individuo desarrolle sus capacidades culturales, intelectuales, científicas, físicas o emprendedoras. 

1La Pirámide de Maslow establece las necesidades de las personas y sus prioridades.

Y la Renta Básica asegura los dos niveles inferiores de la pirámide, las Necesidades Básicas. Además nos indica que las Necesidades Secundarias no pueden ser atendidas si las básicas no están satisfechas antes y, por tanto, la Renta Básica es el soporte de los niveles superiores. Es cierto que puede haber personas que se conformen con cubrir sus necesidades básicas y no quieran pasar a otros niveles, optando por un modo de vida plano, pero la historia antropológica de la humanidad indica que el ser humano siempre ha querido superarse.

Si seguimos los niveles superiores de la pirámide, llegamos a la autodeterminación personal completa, objetivo final en esa nueva sociedad. Las personas crean conexiones entre sí y elaboran sus espacios de modo que les permita desarrollar las actividades que tengan sentido y a la vez puedan ser útiles para el resto de la sociedad. Siempre por la colaboración y el desarrollo de capacidades, se ejercen múltiples actividades. Por algunas de esas actividades la persona percibirá una remuneración económica y por otras no, pero las realizará como ocio, como crecimiento personal o simplemente como aportación voluntaria a la sociedad.

Esta situación nos lleva a una nueva definición del trabajo desde otra racionalidad: la riqueza ya no se genera solo en un puesto de trabajo, un empleo, sino que se genera también por el talento y el conocimiento en colaboración entre todos por procesos de razonamiento social, eliminando el individualismo neoliberal y sustituyéndolo por el “nosotros”. El sistema educativo debe preparar a los jóvenes, no solo para integrarse en el mercado laboral, sino también (y aún más importante) para la vida.

En cuanto al trabajo remunerado, el empleo, la Renta Básica introduce aspectos muy interesantes que se pueden resumir en lo siguiente:

  1. A partir de la superación personal, la Renta Básica permite al trabajador optar por una flexibilidad voluntaria para reducir su horario de trabajo remunerado y realizar otras actividades, contribuyendo así al reparto del trabajo.
  2. Aumenta el poder de negociación de los trabajadores frente al empleadores, logrando que la Renta Básica actúe como “caja de resistencia” , cuando sea necesaria,
  3. Puede incentivar la innovación tecnológica de muchos trabajos. Al no disponer el empleador de la capacidad de contratar por “salarios basura”, deberá elegir a personas preparadas. Así el aumento de productividad no solo beneficiará a los empresarios, sino también al conjunto de la población.
  4. Potencia la capacidad de innovación y emprendimiento pues la Renta Básica hace que disminuya la aversión al riesgo.

En definitiva, el apoyo de la ciudadanía y la exigencia continua de implantar la Renta Básica nos hará protagonistas de la transformación de la sociedad hacia un modelo más justo que los partidos políticos no podrán eludir. Sería un acto de rebeldía ante los poderes económicos, para decir NO y ¡Basta ya! a quienes provocan las crisis y luego hacen que las pague la mayoría social, desposeyéndola de lo poco que tiene. 


Francisco Cantero | Observatorio de Renta Básica de ATTAC-Madrid

Renta Básica, una revolución tranquila