jueves. 28.03.2024

Gobierno y patronal coinciden en una cosa. La reforma de la negociación colectiva –que el Ejecutivo aprobará este viernes en su consejo de ministros- ahonda en el camino iniciado hace un año por la reforma laboral. Aquella reforma –que introdujo medidas de flexibilidad para las empresas- movió entonces a los sindicatos a plantear una huelga general. “Nunca en la democracia” habrán contado las empresas con tanta flexibilidad como cuando entre en vigor, previsiblemente la próxima semana, la reforma de los convenios, destacó el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez.

“Las empresas van a tener ventajas en la distribución de las jornadas, en movilidad de los puestos de trabajo y en las bolsas de horas”, afirman los sindicatos“Esta no es una reforma hecha a medida de los sindicatos”, afirmó el ministro tras presentar el borrador de la reforma a los sindicatos este jueves en el ministerio de Trabajo. Por su parte, los representantes sindicales, que comparecieron previamente ante los medios, se desmarcaron de la reforma que introducirá importantes modificaciones sobre el sistema que regula “la forma en que nos organizamos para trabajar y cómo retribuimos el trabajo por cuenta ajena”, según definió con esfuerzo pedagógico el titular de Trabajo.

Previamente, los sindicatos lanzaron advertencias al Gobierno y a las fuerzas políticas que podrán introducir cambios durante la tramitación de la norma como proyecto de ley en el Congreso. “Este no es el proyecto del principio de acuerdo que habíamos alcanzado y del que ha renegado la patronal”, afirmó el número dos de UGT, Toni Ferrer, al frente de la negociación con los empresarios hasta su ruptura la semana pasada.

Las centrales sindicales no se sienten comprometidas con la reforma del sistema de convenios que el Gobierno aprobará este viernes, aunque reconocieron que la reforma salva “algunos muebles”, según dijo el secretario de Acción Sindical de CCOO, Ramón Górriz, en referencia a la ultraactividad o prórroga automática de los convenios. “Hay bastantes cuestiones que son manifiestamente mejorables”, manifestaron.

“Las empresas van a tener ventajas en la distribución de las jornadas, en movilidad de los puestos de trabajo y en las bolsas de horas”, añadió Ferrer, que acusó al presidente de la organización empresarial CEOE, Juan Rosell, de intentar “confundir” a la opinión pública, cuando éste esgrimió, para desmarcarse del acuerdo, el argumento de que los sindicatos “quieren entrar en las empresas”.  “Evidentemente que queremos entrar en las empresas”, tercia Ferrer, en alusión al malogrado acuerdo sobre flexibilidad.

Los sindicatos afirman que el preacuerdo no previó que las empresas pudieran desmarcarse del convenio superior en cualquier momentoPrevalece el convenio de empresa

“En el principio de acuerdo se habló de potenciar el convenio de empresa, pero desde el ámbito del sector o autonómico. Y no previó que las empresas puedan desmarcarse del convenio superior en cualquier momento, como ahora. Máxime cuando se plantea su entrada en vigor inmediata”, afirma Ferrer. “Los convenios sectoriales se van a debilitar”, sentencia. 

Los sindicatos acusan a la patronal de mentir al negar que empresarios y sindicatos habían alcanzado un principio de acuerdo antes de romper las negociaciones. En este sentido, Ferrer y Górriz ironizaron hoy al celebrar que Roseel haya reconocido ayer jueves que sí hubo preacuerdo en contra de los afirmado hace días por “miembros de su organización”.

Además, las centrales arremetieron contra la patronal por retomar en el último momento la cuestión de la caducidad de los convenios. Según las centrales, “apartar la ultraactividad” fue el eje que permitió discutir a empresarios y sindicatos hasta alcanzar el preacuerdo, luego frustrado.

Sobre legimitidad, los sindicales advierten de que el Gobierno abre la vía a los sindicatos corporativos a través de los convenios franja o de categoría, según las centrales, que lamentan los efectos que esta medida pueda tener sobre la economía, en clara alusión a los convenios de categoría firmados con los controladores aéreos y otros colectivos.

En resumen, las centrales creen que el gobierno profundiza en la vía impuesta por la reforma laboral. En su opinión, el Ejecutivo “no corrige” los efectos sobre las jornadas y los puestos de trabajo introducidos con la reforma laboral y mantiene el descuelgue salarial aprobado en aquella reforma. “Hay que corregirlo”, instó Ferrer.

Según las centrales, el Gobierno abre la vía a los sindicatos corporativos a través de los convenios franja o de categoría“Hace falta un acuerdo interconfederal”

En cuanto al desarrollo de la reforma, los sindicatos dejaron la puerta abierta a pactar posibles modificaciones de la reforma, especialmente en materia de arbitraje y mediación. “No nos vamos a sentar a desarrollarla”, afirmó Górriz, quien destacó, sin embargo, la necesidad de que se haga un acuerdo interconfederal entre empresarios y sindicatos, especialmente en lo relativo a mediación y arbitraje. En caso contrario la reforma puede convertirse en “papel mojado”, advirtió. “Hace falta un acuerdo interconfederal”, insistió.

 “La reforma de la negociación colectiva requiere acuerdos entre las partes”, terció Ferrer, quien recordó que la reforma laboral aprobada en 1994 modificó hasta 30 artículos del Estatuto de los Trabajadores. Luego, recuerda, hicieron falta tres acuerdos interconfederales (AI) para su desarrollo eficaz. “Sin esos acuerdos no habría una aplicación completa”.

“En absoluto estamos planteando que no se haga nada, sino que se hagan cosas eficaces. Queremos una reforma útil. Claro que hay que continuar negociando”, defendió Ferrer.

Gómez: “Nunca en democracia las empresas han contado con algo así”

Por su parte, el ministro de Trabajo defendió el “equilibrio” de una reforma que busca dar “más flexibilidad a las empresas” y “mantener el grado de cobertura para los trabajadores”, dijo en una intervención en solitario.

“Es mejor el diálogo que la imposición”, dijo el ministro, tras recordar que el Ejecutivo espero tres meses a la llegada de un acuerdo que finalmente no se produjo. “El diálogo tiene que ser eficaz y rendir frutos a la sociedad”, dijo.

Gómez vinculó la reforma de los convenios con la reforma laboral y explicó las ventajas de la reforma laboral en materia de flexibilidad. Desde la entrada en vigor de la reforma laboral, las empresas se pueden acoger “al descuelgue salarial y modificar las condiciones de trabajo”, dijo. A partir de la entrada en vigor de la reforma de los convenios, se establece además la prevalencia del convenio de empresa sobre el convenio provincial. “Nunca en democracia las empresas han contado con algo así”, insistió, tras negar que esta sea una reforma hecha a medida de los sindicatos”.

Primer guiño a la patronal

El Gobierno ha hecho un primer guiño a los empresarios al rebajar de 20 a una horquilla de 12 a 18 meses el plazo en que un convenio permanece vigente desde su fecha de caducidad. Con todo, el ministro anunció que el gobierno no introducirá reformas en la ultraactividad que desprotejan a los trabajadores durante el trámite parlamentariio. “Las reformas tendrán que venir del ámbito de la flexibilidad”, insistió.

El decreto ley se convalidará en el Congreso “lo antes posible”. Luego se tramitará en el Congreso como proyecto de ley con enmiendas de todos los grupos, afirmó Gómez, que valoró como “positiva” su impresión tras los primeros contactos con las fuerzas políticas.

El Gobierno ahonda en la vía abierta por la reforma laboral