miércoles. 24.04.2024
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Es preocupante que entre 2011 y 2014 los delitos fiscales destapados por la AEAT pasaron del récord de 1.014 expedientes de denuncia levantados en 2011 a 391 expedientes tan sólo tres años después

En los últimos tiempos no dejan de saltar a los medios noticias sobre investigaciones fiscales o sanciones a pensionistas retornados, jubilados, pequeños autónomos, etc., sencillos ejemplos para entender el modo de actuar de la Agencia Tributaria (AEAT) en estos años. Ya lo dijo la Abogada del Estado en el juicio sobre el caso Nóos, “Hacienda somos todos es un eslogan publicitario sin virtualidad jurídica”, una frase que, por la manera de proceder de la investigación fiscal, parece válida.

Es preocupante que entre 2011 y 2014 los delitos fiscales destapados por la AEAT se redujeran más de un 60%, pasando del récord de 1.014 expedientes de denuncia levantados en 2011 a 391 expedientes tan sólo tres años después.

Como ya denunciamos los Técnicos de Hacienda en su día, esta brusca caída se debe sobre todo a la limitación de competencias con que nos hemos encontrado para investigar delitos fiscales, ya que hemos dejado de tener responsabilidad sobre los casos de dificultad “sobrevenida”, que implican una simulación, conflicto, fraude de ley o delito fiscal. Este nuevo proceder dificulta la tramitación de los expedientes correspondientes a fraudes superiores a 120.000 euros, la cantidad mínima que supone delito fiscal.

Lo paradójico es que el número de contribuyentes investigados aumentó considerablemente, pero no las cantidades reclamadas, precisamente porque las actuaciones se centran en particulares o pequeñas empresas

Además, estas cifras evidencian que la Agencia Tributaria se centra en “el menudeo”, enfocando fundamentalmente la investigación fiscal en los fraudes más fáciles de descubrir, los cometidos por particulares y pequeñas empresas, a los que somete a un control exhaustivo. En cambio, la investigación al fraude complejo y sofisticado cometido por grandes patrimonios y grandes empresas cuenta con menos presión, seguimiento o inspección -como queramos llamarle-, por parte de Hacienda.

Esto explica que, tal y como consta en la última Memoria publicada por de la Agencia Tributaria, el importe de las actas levantadas por Hacienda en 2014 bajase en 700 millones de euros en sólo un año. Lo paradójico es que el número de contribuyentes investigados aumentó considerablemente, pero no las cantidades reclamadas, precisamente porque las actuaciones se centran en particulares o pequeñas empresas.

De este modo, vemos cómo la lupa de Hacienda enfoca fundamentalmente a los pequeños contribuyentes. Y esto nos lleva de nuevo al argumento esgrimido en el juicio del caso Nóos por la Abogacía del Estado y que, a tenor de los números, parece ser cada vez más real.


Contesta Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

¿Sobre qué contribuyentes pone la lupa Hacienda?