jueves. 02.05.2024
NUEVATRIBUNA.ES / ANTONIO SANTO 29.06.10

Justamente hoy hace 2 años de la cabalgada de Torres frente a Alemania, del salto por encima del defensa y el balón levemente picado que sobrepasó al portero ya vencido y entró en la portería germana, del momento en el que Casillas levantó el trofeo que nos señalaba como campeones de Europa. Dos años de la segunda Eurocopa de España (demasiado a menudo se olvida que ya teníamos otra), y justo hoy nos vamos a jugar el pase a cuartos de final contra la Portugal de Cristiano Ronaldo. El duelo fratricida entre las dos selecciones de la Península Ibérica se desarrollará a partir de las 20.30 en el estadio de Green Point de Ciudad del Cabo, a nivel del mar, lo que puede beneficiar a los jugadores de Del Bosque (que se han estado alojando a 1700 metros de altura). Tras la fase de grupos, que se llenó de temores y ansiedad por la inesperada derrota ante Suiza, España llega a octavos reforzada psicológicamente, con un alto ritmo de competición y con ganas de morder, aunque físicamente algo mermada. Los preparadores de la Selección afirman que su trabajo se orientó a que los jugadores alcanzaran buen nivel en octavos y cuartos, para ir creciendo a partir de ahí; esperemos que tengan razón, porque la falta de potencia física ha sido un escollo importante en los primeros partidos. Por otro lado, tanto Queiroz como Del Bosque cuentan con todo el equipo (incluyendo a Xabi Alonso, dolorido en su tobillo derecho pero disponible para jugar).

La selección portuguesa es un equipo muy serio en defensa, correoso y potente: llevan 16 partidos sin perder y 9 sin recibir un gol. Pero en ataque se muestran débiles, absolutamente dependientes de Cristiano Ronaldo y sin ningún brillo en la creación de juego (el 7-0 que clavaron a la escuadra norcoreana no es sinónimo de nada, por las singulares características de ese partido). Conocemos algunos jugadores de su alineación: Pepe, Tiago, Simao, Duda y por supuesto CR9, pero el resto son más o menos desconocidos para los jugadores españoles. Pepe, por cierto, podría haber sido ya expulsado unas 3 veces en lo que va de Mundial si los árbitros hubieran castigado como deben la habitual dureza excesiva (por denominarla de algún modo educado) del central del Real Madrid. Esperemos que su fiereza, rayana en el juego sucio y en la pura agresión, no termine con ningún jugador español doliéndose en el césped (o que, si esto ocurre, el trencilla le señale directamente el camino a la bocana de vestuarios sin miedo a que se lo coma la escuadra de Queiroz). La Roja es netamente superior a su adversario de hoy en prácticamente todas las áreas del juego (salvo en defensa), pero los lusos cuentan con un arma nuclear: Cristiano Ronaldo, que si bien suele desdibujarse con su selección siempre puede tener el día inspirado y decidir el partido. Pero el equipo español conoce perfectamente a CR9 (Arbeloa y Ramos son compañeros suyos; Busquets, Piqué, Puyol y Xavi lo han dejado seco dos veces durante esta liga).

La estrategia de Portugal será la habitual: entregar la pelota y esperar un contragolpe. No les valió ni contra Costa de Marfil ni contra Brasil para pasar del empate a 0 (sí, Brasil tampoco ganó, pero a la canarinha el empate les valía para ser primeros de grupo). Si la Roja es capaz de aislar a Ronaldo y no dejarle controlar con comodidad, y además se cuida bien en las jugadas a balón parado, el partido será duro, difícil y probablemente poco agradable, pero caerá del lado de España. Pero hoy quizá Queiroz cambie su esquema táctico para aprovecharse de la lentitud de Capdevila, experimentado y listo pero no muy rápido: se comenta que Simao y Ronaldo pueden hacer de extremos para intentar entrar por las bandas, con Liedson en el centro para encargarse de convertir los balones colgados. Con este 4-3-3 España tendrá que defender más atenta, pero al haber más huecos en el mediocampo la superioridad de los centrocampistas españoles puede imponerse y resultar decisiva. La suerte está echada.

La Roja contra Cristiano