nuevatribuna.es
3 de noviembre de 2010, 12:54
NUEVATRIBUNA.ES - 1.11-2010
...Porque Valencia, Atlético y Sevilla que empezaron fuerte, se han desinflado a las primeras de cambio incapaces de seguir el ritmo, físico y futbolístico, de los dos grandes. El Valencia, cuarto, ya está a seis puntos del Madrid impotente para seguir con ese bloque tan físico que admirábamos en los primeros partidos. El Atlético, al que no le pitaron otro claro penalti en los primeros minutos, sale muy fuerte pero se desinfla enseguida y no aguanta el ritmo fuerte que le proponen los demás equipos. Y el Sevilla, pues algo parecido a los dos anteriores. Así que quienes no compartimos la dictadura de los dos grandes nos agarramos, de momento, al clavo ardiendo del Villarreal para no convertir la liga en un tuya-mía de Madrid y Barça.
Detrás de éstos nos queda la ilusión de seguir al Español, que se llevó un batacazo ante un sorprendente Deportivo, y a los solventes Getafe y Athletic que, temporada tras temporada, nos deparan buenos partidos y emoción en la lucha por los puestos europeos. Sin perder de vista al histórico Real Sociedad que ya está ahí, décimo con 13 puntos. De los puestos de abajo preocupa el Zaragoza, hundido con sólo 4 puntos. Aunque, insisto, todavía es muy pronto para sacar conclusiones en cuanto al descenso se refiere.
Huérfanos de polémicas, en cuanto a la clasificación se refiere, hay que fijar la atención en algunos jugadores. Para no repetir a los citados en otras crónicas quiero destacar dos sorpresas. Un veterano como Reyes al que milagrosamente ha recuperado su entrenador, tan importante en el Atleti actual que se lesionó en el partido contra el Almería y su equipo desapareció. Y, sobre todo, a otro diamante en bruto para la cantera de la selección: Muniain, un chaval de ¡17 años! que ilumina el equipo de los leones. Si la suerte lo protege podremos disfrutar de uno de esos jugadores impredecibles capaz de romper con su arte rígidos esquemas de entrenadores mediocres y partidos de fútbol de esos que ahora se ha dado en llamar “físicos”.
Volviendo a los dos mandamases de la liga no quiero repetir todos los tópicos y admiraciones que sobre ellos se escriben a diario. Como el Barça ya se ha incorporado al frenesí goleador del Madrid con el 5-0, nada menos que al Sevilla, me pregunto si ambos equipos podrán aguantar toda la temporada a ese ritmo que he dado en llamar de vendaval. Y despejada la incógnita de que otra vez hay una liga de dos y otra para los demás, me pregunto si seguirán pegando a los contrarios esas palizas de cinco o seis goles por partido en una especie de competición individual para ver quien mete más goles en un partido. No sé…no lo veo claro. Porque si le meten esas goleadas a los demás equipos, de lo que son muy capaces, harán perder el interés por el fútbol y hasta es posible que bajen las audiencias, un tabú en este circo. Si sé que a mi equipo le van a meter seis goles y no soy masoquista ¿para que voy a ir al campo o voy a comprar un partido en la tele con la crisis que está cayendo? Eso sí, las aficiones de esos equipos tan contentos, aunque corran el riesgo de quedarse solas. Recemos porque alguna vez les metan seis goles a cada uno de ellos en bien de la democracia futbolística. Lo dejo aquí. Señoras, señores, amen la vida, amen el fútbol.
...Porque Valencia, Atlético y Sevilla que empezaron fuerte, se han desinflado a las primeras de cambio incapaces de seguir el ritmo, físico y futbolístico, de los dos grandes. El Valencia, cuarto, ya está a seis puntos del Madrid impotente para seguir con ese bloque tan físico que admirábamos en los primeros partidos. El Atlético, al que no le pitaron otro claro penalti en los primeros minutos, sale muy fuerte pero se desinfla enseguida y no aguanta el ritmo fuerte que le proponen los demás equipos. Y el Sevilla, pues algo parecido a los dos anteriores. Así que quienes no compartimos la dictadura de los dos grandes nos agarramos, de momento, al clavo ardiendo del Villarreal para no convertir la liga en un tuya-mía de Madrid y Barça.
Detrás de éstos nos queda la ilusión de seguir al Español, que se llevó un batacazo ante un sorprendente Deportivo, y a los solventes Getafe y Athletic que, temporada tras temporada, nos deparan buenos partidos y emoción en la lucha por los puestos europeos. Sin perder de vista al histórico Real Sociedad que ya está ahí, décimo con 13 puntos. De los puestos de abajo preocupa el Zaragoza, hundido con sólo 4 puntos. Aunque, insisto, todavía es muy pronto para sacar conclusiones en cuanto al descenso se refiere.
Huérfanos de polémicas, en cuanto a la clasificación se refiere, hay que fijar la atención en algunos jugadores. Para no repetir a los citados en otras crónicas quiero destacar dos sorpresas. Un veterano como Reyes al que milagrosamente ha recuperado su entrenador, tan importante en el Atleti actual que se lesionó en el partido contra el Almería y su equipo desapareció. Y, sobre todo, a otro diamante en bruto para la cantera de la selección: Muniain, un chaval de ¡17 años! que ilumina el equipo de los leones. Si la suerte lo protege podremos disfrutar de uno de esos jugadores impredecibles capaz de romper con su arte rígidos esquemas de entrenadores mediocres y partidos de fútbol de esos que ahora se ha dado en llamar “físicos”.
Volviendo a los dos mandamases de la liga no quiero repetir todos los tópicos y admiraciones que sobre ellos se escriben a diario. Como el Barça ya se ha incorporado al frenesí goleador del Madrid con el 5-0, nada menos que al Sevilla, me pregunto si ambos equipos podrán aguantar toda la temporada a ese ritmo que he dado en llamar de vendaval. Y despejada la incógnita de que otra vez hay una liga de dos y otra para los demás, me pregunto si seguirán pegando a los contrarios esas palizas de cinco o seis goles por partido en una especie de competición individual para ver quien mete más goles en un partido. No sé…no lo veo claro. Porque si le meten esas goleadas a los demás equipos, de lo que son muy capaces, harán perder el interés por el fútbol y hasta es posible que bajen las audiencias, un tabú en este circo. Si sé que a mi equipo le van a meter seis goles y no soy masoquista ¿para que voy a ir al campo o voy a comprar un partido en la tele con la crisis que está cayendo? Eso sí, las aficiones de esos equipos tan contentos, aunque corran el riesgo de quedarse solas. Recemos porque alguna vez les metan seis goles a cada uno de ellos en bien de la democracia futbolística. Lo dejo aquí. Señoras, señores, amen la vida, amen el fútbol.
