miércoles. 08.05.2024

@Montagut | La editorial “berez haziku” acaba de publicar una reedición de la primera novela de Julián Zugazagoitia (1899-1940), “Una vida anónima”. Zugazagoitia, además de periodista y político, escribió algunas novelas que de alguna forma estuvieron en el germen de lo que poco más tarde se denominaría novela social.

La edición actual cuenta con un muy personal y emotivo epílogo («La segunda organola de Melcher») a cargo del escritor José Ramón De La Mar. La edición está prologada por un servidor.

El autor plantea con una mirada sensible, pero, sobre todo comprometida, los inicios del sindicalismo de tendencia socialista en el País Vasco, vertebrando un texto entre la ficción literaria y la propia historia.

Aquel universo estuvo lleno de conflictos, de idealismos y de realidades acusadas en un País Vasco urbano donde se desarrollaba el capitalismo, y donde se generaron, en consecuencia, tantas injusticias sociales. Es un mundo de trabajadores y trabajadores pero también de burguesía.

Julián Zugazagoitia, además de periodista y político, escribió algunas novelas que de alguna forma estuvieron en el germen de lo que poco más tarde se denominaría novela social

Julián Zugazagoitia, tristemente conocido por su injusto final, entregado por la Gestapo y fusilado por el franquismo, fue, más que político, que lo fue, un intenso intelectual, un enamorado de la literatura y con una especial sensibilidad social. Buen conocedor del entorno social y político de Bilbao, vivió el auge del socialismo como en ningún otro sitio de España, si exceptuamos un poco Madrid, y especialmente a partir de la Primera Guerra Mundial con su deriva de desarrollo económico y de injusticia social al no repartirse los beneficios que aquella contienda generó. El mismo sufriría la represión por la Huelga General de 1917.

En los años veinte se dio a conocer con una serie de novelas donde el valor social sería el eje de las mismas. Mientras se encontraba en Santoña, trabajando en la Compañía Exportadora de Conservas de Pescado, además de ser secretario de la Federación de Fabricantes de Conservas de la UGT, escribió sus tres primeros libros, que tuvie­ron mucha repercusión en su momento.

Buen conocedor del entorno social y político de Bilbao, vivió el auge del socialismo como en ningún otro sitio de España

La gran aceptación de sus obras estriba en su originalidad, ya que se tratan de biografías noveladas de personajes comprometidos con la suerte de los trabajadores. Zugazagoitia deseaba llegar a un público amplio, por lo que no le interesaban las biografías académicas o los trabajos historiográficos en estas obras, aunque fuera necesario acudir a datos reales imprescindibles. Estamos hablando de  Una Vida Heroica (1925) sobre Pablo Iglesias, Una Vida Humilde (1925) sobre Tomás Meabe, el fundador de las Juventudes Socialistas, y la tercera, la que aquí nos ocupa en esta reseña, Una Vida Anónima, que salió en 1927, que, en realidad sería la “más novela” de las tres, al no tener como pro­tagonista a un personaje histórico real sino a un anónimo “oficial aventajado de una fundición”, pero manteniendo en cualquier caso, ese objetivo social al que nos hemos referido.

Animamos a la lectura de una obra que salió hace casi un siglo pero tiene la frescura que un hombre tan cultivado y tan atento con el sufrimiento nos brinda. 

“Una vida anónima” de Julián Zugazagoitia