jueves. 25.04.2024
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Escritura de constitución de Ferrovial.

Hay un relato muy común entre los jugadores de fútbol que destacan. Se trata de esos jugadores que, circunstancialmente, empiezan a mejorar en su rendimiento deportivo y se dan cuenta de que pueden cobrar más de lo que ya cobran. Es entonces cuando dicen eso de que "No me valoran lo suficiente". En realidad, no están hablando de valor, si no de precio, pero para la queja es mejor hablar de algo cualitativo que de pasta gansa. Se trata del relato, del famoso relato.

Porque si es verdad que a los tontos de Carabaña se les engaña con una caña, los listos del contrato engañan con el relato.

Como ese grupo empresarial llamado Ferrovial que ha encontrado la forma de pagar menos impuestos de los que pagaba, cambiando su domicilio fiscal desde una calle madrileña a otra de Amsterdam. Ese traslado, absolutamente legítimo, lleva relato incorporado. Se trata de decir que no están suficientemente valorados, cosa que, al parecer, es verdad porque han ganado en el último año menos de lo que acostumbran y que, hasta ahí pueden llegar las cosas. Pero, claro, decir eso queda peor que hablar de la falta de seguridad jurídica en España, algo que, además, suena a colaboración con los partidos políticos de la oposición al gobierno. Así, el relato se hace carne y aspira a habitar en los próximos tiempos entre los candidatos de nuestra derecha.

Ferrovial ha encontrado la forma de pagar menos impuestos de los que pagaba cambiando su domicilio fiscal desde una calle madrileña a otra de Amsterdam

Pero, a esos partidos, el asunto les puede poner en una contradicción: la paradoja patriótica. Resulta que los partidos que pueden, presuntamente, utilizar ese cisne negro que le ha surgido al gobierno, son los más patrióticos del mercado, es decir, PP y VOX. Ciudadanos no les va a la zaga, pero bastante tienen ahora con conseguir algún diputado que pueda entrar en el Grupo Mixto del próximo Congreso de Diputados. Y resulta también que, bajo el baremo de los servicios a España, el exilio de Ferrovial no resulta demasiado patriótico.

Por eso, una crítica política utilizando a Ferrovial puede asemejarse a la de los independentistas catalanes con el cambio de residencia de Puigdemont como ejemplo de "inseguridad jurídica". Al fin y al cabo, Holanda y Bélgica no están tan lejos y tienen cierta historia común. Los expertos en relatos, o sea en cuentos, van a tener que afinar mucho para tratar de convencer a alguien más que a los ya convencidos.

Y es que, el relato del patriotismo hace aguas cuando se pasa de lo abstracto a lo concreto. Hay gente sabía que lo dijo hace ya mucho tiempo. Por ejemplo, el mismísimo Cicerón, ese señor al que se acudía cuando no había Google. Uno de sus aforismos era el de "Ubi bene, ibi patria" que, traducido, más o menos dice que "Donde está el bien, está la patria". Una vez leí que Serrat hablaba de una cierta interpretación que, de esa frase, hacía su padre, diciendo que "Mi patria está donde dan de comer a mis hijos".

El relato del patriotismo hace aguas cuando se pasa de lo abstracto a lo concreto

Pues bien, hay gente que teniendo resuelto lo de comer, tienen un concepto de "bene" más amplio y, eso, puede comprender el acumular más riqueza por el sencillo método de pagar menos impuestos. ¿Se puede hablar de poco patriotismo cuando se hace eso? Pues sí, naturalmente, y hay gente que lo dice. Pero también hay gente que habla de patriotismo enarbolando una bandera con una mano y escaqueándose de pagar impuestos con la otra. Es lo que un amigo mío llama “tocar con una mano el cielo y con la otra el suelo”. Y es que, ni se puede jugar con las cosas de comer ni, mucho menos, con las de ganar mucho dinero.

Porque, eso del patriotismo parece un asunto de cantidad. Hay quien no está dispuesto a vender su patriotismo por un euro pero está dispuesto, por un millón, a hacerlo un millón de veces. La cantidad, cualifica, como se sabe. Por eso, los que emigran a paraísos, o pseudo paraísos, fiscales, no son los que menos tienen si no los que más quieren tener.

Deportistas de élite, artistas famosos y profesionales excepcionalmente bien pagados compiten en multinacionalidad con empresas que tienen ingresos repartidos por el mundo. Luego, basta con que encuentren una buena relación entre diferencial fiscal y posibilidades de salir corriendo, para que terminen haciéndolo. Y, esto, lo saben, naturalmente, las autoridades por lo que, cuando toman medidas reguladoras ya tienen en cuenta que, quien pueda, va a cambiar de aires a zonas más templadas fiscalmente, pero les va a compensar por los que se quedan.

Hay gente que habla de patriotismo enarbolando una bandera con una mano y escaqueándose de pagar impuestos con la otra

El problema es, otra vez, el relato. Eso de la "inseguridad jurídica" que parece que nos acerca a la categoría de Estado fallido y la personalidad de quien lo ha dicho, Ferrovial, duele. Se podría contrarrestar con una manifestación patriótica en la plaza de Colón, esta vez de empresarios que no se van, que son la mayoría. Pero no creo que la hagan.

Hablando de manifestaciones patrióticas de verdad, es decir las que se hacen contra el gobierno de Sánchez, y aunque la nueva sede les vaya a quedar un poco más lejos, no creo que en Ferrovial tengan ningún problema en acudir a la plaza de Colón cuando haya que hacer un alarde de patriotismo. Al fin y al cabo, el avión privado es un transporte rápido y cómodo. Además, esos actos suelen ser en domingo, cuando los bancos están cerrados.

Y, a propósito de bancos y hablando de seguridad jurídica, el BBVA puede hablar de como se ha comportado el TSJ de Madrid con su Operación Chamartín no encontrando ni una sola, ni una, mácula jurídica en los nueve recursos económico-administrativos presentados contra al asunto. Pero, eso, y como diría el tabernero de Irma la Dulce, es otra historia. 

El relato del patriotismo