jueves. 18.04.2024
congreso

Pedro Sánchez ha hablado de economía en el Foro de la Toja y, con la autoridad que le permiten los medios de los que dispone el gobierno, ha comparado las repercusiones que tendrán las medidas fiscales que están a punto de aprobar con las que tendrían las propuestas que ha hecho el Partido Popular. 

Así, nos enteramos de que, por ejemplo, un trabajador sin descendientes con un sueldo por debajo de 18.000, se va a ahorrar 746 euros con las nuevas medidas fiscales previstas por su gobierno, mientras que, con la propuesta de reducción lineal del PP, ese ahorro sería, solo, de 23 euros, casi treinta veces inferior. También por ejemplo, dio el dato de que, el gobierno, ha movilizado ya una cantidad equivalente al 2,9% del PIB para mitigar el efecto de la inflación,

Otras políticas anteriores, como la campaña de vacunaciones, PERTES, reforma laboral, reparto de los fondos europeos, medidas en relación con el alza de los costes energéticos o aumento del salario mínimo, han sido bien valoradas por la Unión Europea. Pero Von der Leyen no vota en España.

Sin embargo, todo eso, ni tampoco lo que ha dicho Pedro Sánchez en La Toja, no se traduce en las encuestas en España que parecen situar al Partido Popular por encima del PSOE valorando más las expectativas que las realidades.

Las medidas no se traducen en las encuestas que parecen situar al Partido Popular por encima del PSOE valorando más las expectativas que las realidades

Una reciente encuesta de Metroscopia para LaInformación refleja que la mayoría de la población está consumiendo igual o más que "antes" (según la terminología de la propia encuesta). Y, sabido es, que el consumo es una de las pruebas de confianza en la economía, ya que, el que gasta, espera reponer renta en el futuro. Por ello, y ante otra pregunta directa, parecida mayoría cree que su situación personal es buena. A pesar de eso, la misma encuesta dice que una gran mayoría de la población cree que la economía va a empeorar.

La culpa es del relato, esa especie de guión que modela el pensamiento de la gente haciéndola vivir unarealidad paralela a la de su propia existencia. O, como dicen los expertos, impone el "marco mental de referencia". Para ello, se sirve de la prensa, la radio y la televisión para enunciar unas ideas básicas que, más tarde son desgranadas, transformadas y ampliadas por las redes sociales.

Esas ideas básicas son, necesariamente, simples, para que sean fáciles de entender. Una parte del mismo consiste en hablar de "populistas, separatistas y amigos de los terroristas" como prueba de las malas compañías que necesita el PSOE para gobernar. No sé por qué le hacen falta al PSOE malas influencias si ya tiene a Pedro Sánchez como líder. Quizás porque, para el relato, hace falta también poner de manifiesto lo difícil que le resulta al gobierno de coalición tomar cualquier decisión y, mucho más, convencer a sus "amigos" para que le ayuden a aprobar las cosas en el Congreso. Claro que, aquí, y quizás sin darse cuenta, el relato parece entrar en una contradicción. En efecto, ya que, si esos amigos lo que quieren es destruir España y lo que terminan aprobando es destructivo, ¿Por qué les cuesta tanto llegar a acuerdos? ¿Es que aún les parece poco lo que destruyen?

Una parte del relato consiste en hablar de "populistas, separatistas y amigos de los terroristas" como prueba de las malas compañías que necesita el PSOE para gobernar

La otra parte de ese relato me recuerda el chiste del que iba por el desierto con un yunque en brazos. Preguntado el porqué, reveló que era por si venía un león. En ese caso, tiraba el yunque y podía, ya sin peso, salir corriendo con ligereza. Pues bien, el Partido Popular se ha desprendido del yunque que parecía ser Pablo Casado y han entronizado a Núñez Feijóo. El expresidente de Galicia se ha convertido en la gran esperanza blanca de la derecha española. Un ganador nato, por mayoría absoluta, al que no le va a hacer falta pactar con la derecha silvestre para arrasar en las próximas elecciones, sean municipales, autonómicas o generales. De Europa, ya hablaremos.

Porque, y aquí ya deberíamos referirnos a lo que son, puramente, hechos, Núñez Feijóo parece tener soluciones para todos los males que nos aquejan. De la pandemia no se tuvo que ocupar porque, por entonces, no era de su competencia más allá de asistir, plasma mediante, a la multiconferencia periódica para hacer "cogobernanza". Tampoco ha tenido que referirse a nuevos referéndums "full" en Cataluña ni huidas de presidents como ocurrían cuando gobernaba Rajoy, su correligionario y paisano. Pero, desde entonces, ha visto, bien es verdad que de lejos, una guerra "de Putin" y, sobre todo, una inflación.

En esto, habría que detenerse un poco. ¿Recuerdan ustedes lo de la "gripe española" de 1918? Esa fue una gripe que se extendió por el mundo, procedente, al parecer de un campamento en Texas que los soldados norteamericanos se ocuparon de transmitir, a través de las trincheras de la Primera Guerra Mundial, a sus colegas de todo el mundo. Luego, dado que en España no existía la censura de guerra de otros países y que hasta Alfonso XIII se contagió, llegamos a dar apellido a esa gripe.

El PP considera que la inflación que aqueja al mundo es una “inflación española” con origen en Moncloa y cuyo “paciente cero” se apellida Sánchez

Pues bien, el Partido Popular ha llegado a considerar que la inflación que aqueja al mundo es una especie de "inflación española" cuyo origen está en el mismísimo Palacio de la Moncloa y cuyo "paciente cero" se llama Pedro y se apellida Sánchez. Y, la cosa, parece que cuela. De ahí, a anunciar que, en cuanto llegue el PP al poder, se acabará la inflación no hay más que un meme.

Porque, sobre todo, el relato se alimenta con memes, muchos memes. Algo que, estando a la altura intelectual de las mentes a las que se dirige, tienen una gran eficacia. Sin necesidad de lavar el cerebro a nadie, simplemente les pasan el polvo. No hace falta explicar nada, porque basta con sugerir, sobre todo cuando se dirigen a convencidos o simpatizantes. Desde la simple estupidez a lo soez, todo tiene cabida en esas píldoras digitales que inundan internet, siempre que denigren a quien tienen que denigrar.

 Así pues, la clave política ya no es la economía, como aconsejaba James Carville a Clinton que tenía que decir. Ahora es el "story telling", el relato como decimos por aquí. Vamos, el rollo.

Es el relato, estúpido